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Hombres toleran explotación sexual a menores

Tan débil y vulnerable se siente el «Macho man», socializado al estilo patriarcal androcentrista, que necesita demostrar su poder y supremacía  pagándole a una muchacha menor de edad,  para que tenga sexo con él; él manda, pagó un servicio completo, por tanto  es amo y señor en la cama, al menos por escasos minutos.

Tan débil y vulnerable se siente el «Macho man», socializado al estilo patriarcal androcentrista, que necesita demostrar su poder y supremacía  pagándole a una muchacha menor de edad,  para que tenga sexo con él; él manda, pagó un servicio completo, por tanto  es amo y señor en la cama, al menos por escasos minutos.

El hecho de que los varones paguen por sexo a personas menores de edad resulta preocupante; pero lo es aún más, que dicho acto delictivo sea tolerable e incluso visto con  normalidad por el hombre promedio de Centroamérica; quien ven su sexualidad como algo incontrolable y  a la mujer como un objeto que pueden comprar.

Lo anterior se evidencia en el estudio

«Explotación sexual comercial y masculinidad», elaborado por los psicólogos José Manuel Salas Calvo y Alvaro Campos Guadamuz, del Instituto costarricense  para la acción, educación e investigación de la masculinidad, pareja y sexualidad (WEM).

El trabajo, presentado en la UCR el 14 de octubre, es un estudio regional cualitativo y se desarrolló dentro del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC).

Este se realizó con 445 hombres de la población de Costa Rica, Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana; todos mayores de edad y de diferentes condiciones socioeconómicas, geográficas, étnicas y culturales. Participaron indígenas, profesionales, obreros, taxistas, universitarios. «Son hombres comunes y corrientes», expresó Salas.

Las técnicas empleadas fueron: entrevista a profundidad y  grupo focal (reuniones de grupos pequeños en los cuales los participantes conversan en torno a un tema).



SEXO Y PODER



El estudio expone que los hombres perciben la prostitución  y cualquier otra forma de sexo comercial – ya sea con personas mayores o menores de edad-  como un derecho en cuanto a clientes, como un acceso a un servicio sexual que no debe ser penalizado. «Mientras el hombre pague, está eximido de toda responsabilidad», expresaron en los grupos focales.

Según Álvaro Campos, esto se debe a que en la mentalidad de los varones comunes prevalecen conceptos muy  machistas: «Yo  soy el que tengo el poder y el control, la mujer está desvalorizada y en materia de sexualidad la lujuria es incontrolable, todo lo que miran mis ojos es mío», ejemplificó Campos.

La prostitución además de la satisfacción anónima, inmediata y rápida, representa otra serie de funciones para los hombres: reafirma su masculinidad y los hace  sentirse muy viriles y con habilidades sexuales. Así mismo, representa una manera de ejercer su poder y demostrar control.

Esta masculinidad misógina abonada a  una cultura capitalista consumista, convierte al sexo en una mercancía en donde se «cosifica» a la mujer. El hombre paga por sus servicios como comprar cualquier producto en un centro comercial; «la lógica del mercado ha impregnado la sexualidad masculina», denuncia el estudio.

Del mismo modo, la investigación revela que  los hombres que utilizan la prostitución para satisfacer sus deseos sexuales, están propensos a traspasar el límite, a ir más allá de la edad legal permitida.



EDUCACIÓN DE GÉNERO



José Manuel Salas comentó que el estudio sirve para entender el problema pero  no para justificarlo, por lo que se recomendaron acciones para combatir la explotación sexual comercial en personas  menores de edad.

A corto plazo se propuso organizar campañas para prevenir dicha explotación, dirigidas específicamente a la población masculina; a mediano plazo, establecer acciones tendientes a reeducar la sexualidad  de los hombres jóvenes y adultos; y a largo plazo, incluir políticas preventivas de educación de la sexualidad  masculina en el contexto de una masculinidad alternativa.

Por su parte Campos opinó que las medidas como la cárcel no bastan, por lo que se necesita  dar educación  al hombre. «Habría que tomar conciencia de que es necesario  trabajar con los hombres, crear campañas dirigidas a la población masculina, que se den cuenta lo dañino que es pensar y actuar de esta manera y de que es posible el cambio».

Así mismo, la presidenta ejecutiva del Patronato Nacional de la infancia (PANI), Rosalía Gil, reconoció  que la explotación sexual comercial es una costumbre arraigada en ciertas áreas de la sociedad, lo que en algunos caso la invisibiliza. No obstante, enfatizó en la necesidad de concienciar a la población masculina desde jóvenes, en escuelas y colegios. El PANI abrió una  campaña en todas las playas Rica, resaltando que la explotación sexual comercial es un crimen.

Concurso de machismo
Como si fuera un concurso de machismo, hombres de los siete países que abarcó el estudio emitieron su opinión acerca de temas relacionados con la mujer y la sexualidad, A continuación algunas citas textuales extraídas de los grupos focales.



«La niñas se enamoran…, y el hombre las viola por el vicio de ella». (República Dominicana)



«… pero me bajé del taxi por otro lado para ver como era la mercancía… y no fuera a ser que no me gustaba». (Panamá)



«Es un valor de uso y un valor de cambio y vea si tanto es así que la mujer que no es virgen está devaluada en el mercado del matrimonio» (Costa Rica)



«Es como un mercado y si querés vender tenés que ofrecer lo más nuevo. Para comercializar tenés que buscar chavalas nuevas, bonitas, decididas a hacer cualquier cosa: salir con un viejo o irse con mujeres, con quien sea. Y el mercado está lleno de solo gente nueva ahora» (Nicaragua)



«Entre menos edad tengan, mayor apetecida es.» (El Salvador)



«Es que cuando una mujer te cobra, no es tu culpa. Uno lo que busca es que te den placer, si ellas no tienen la edad, eso no es culpa tuya». (Guatemala)



«… de 13 a 15 que es cuando empiezan a desarrollarse y de repente se encuentra un jodido y le dice vamos a lo que vamos y allí dejó de ser menor de edad porque ya sabe lo que hizo». (Nicaragua)

  • Javier Córdoba 
  • Universitarias
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