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Población decreciente y falta de empleos amenazan futuro

En el 2002 se dio un incremento de la esperanza de vida y una extraordinaria reducción de mortalidad adulta, que llegó a niveles comparables o inferiores a los de países desarrollados.

En el 2002 se dio un incremento de la esperanza de vida y una extraordinaria reducción de mortalidad adulta, que llegó a niveles comparables o inferiores a los de países desarrollados.
El menor crecimiento de la población joven en el país y la falta de empleos de calidad para este grupo amenazan el futuro de Costa Rica, pues en las próximas décadas esa minoría de jóvenes deberán mantener un número creciente de adultos mayores dependientes, advierte el informe del Estado de la Nación.

Arodis Robles, uno de los investigadores del proyecto, dijo a UNIVERSIDAD que el X informe analizó las proyecciones de población del país, cuya composición, ha cambiado producto de la baja fecundidad y los cambios en mortalidad,  y concluyó que  si no se toman medidas urgentes en el campo de la educación y el empleo las futuras generaciones enfrentarán un panorama muy adverso.
 

Para Robles, el problema se viene arrastrando desde hace 20 años, pues en la década de «los 80 perdimos la oportunidad de educar a un conjunto creciente de población entre 6 y 13 años, que en ese momento aumentó radicalmente, pues en esa misma década la inversión en educación cayó y ahora vemos los resultados, una porción de la población que no se incorpora a la fuerza de trabajo en los niveles que debería».



PELIGRAN PENSIONES



El sistema actual de pensiones es altamente vulnerable a este fenómeno,  apuntó Robles, pues la creciente población mayor de 65 años requerirá pensiones y servicios salud más complejos sin haber invertido lo suficiente para obtenerlos.

«Si esa población hubiera tenido niveles altos de ahorro en toda su vida no habría problema, lo malo es que por las características del empleo actual no se tratará en su mayoría de personas que hayan tenido trabajos asalariados y estables, con fondos de capitalización, ni que hayan tomado previsiones para el futuro», manifestó.

En Costa Rica, agregó, la Ley de Protección al Trabajador es un paso adelante,  pero el principal problema es el crecimiento del empleo en el sector informal y de los empleos con poca estabilidad, donde no se cotiza para un sistema de pensiones.

«El reto mayor es el empleo de calidad, la mejor respuesta de cara al futuro es la creación de esos empleos y una mejor educación. El país tiene un déficit importante en educación; la deserción es fuerte en secundaria, los graduados son pocos, lo que indica que jóvenes entran a la fuerza de trabajo sin la mejor preparación posible, por lo que tendrán empleos informales,  bajos salarios y baja productividad», enfatizó Robles.

El experto considera que en el campo de la educación ha habido voluntad política para avanzar en los últimos años, pero que en empleo «hay que hacer un esfuerzo más grande», pues la inversión extranjera ha sido enfocada en sectores de alta productividad que no tienen encadenamiento con el resto de la sociedad.



DECISIONES OPORTUNAS



Otras latitudes como Europa ya han enfrentado el proceso de envejecimiento de su población Europa, y según Robles, es necesario mirar su ejemplo, de que es fundamental planificar los servicios y necesidades de la población adulta mayor y promover cambios en estilos de vida y en salud para poder costear como país los requerimientos de su vejez.

«Lo más importante es que se dieron cuenta que mientras más se atrasen en hacer cambios en los sistemas de pensiones y salud más fuertes tendrán que ser las medidas,  por lo tanto hay un momento para todo.  La lección más importante de comparar estas experiencias es que los cambios hay que hacerlos de manera temprana previendo el futuro», añadió.



CAMBIOS DEMOGRÁFICOS YA SE DIERON



Según el Estado de la Nación, Costa Rica ya se encuentra al final de la transición demográfica, pues el paso de altas a bajas las tasas de mortalidad y natalidad está por concluir, lo que imprime un sentido de mayor premura a las medidas de seguridad social requeridas en el futuro.

En el 2002 se registró la mayor esperanza de vida y la menor fecundidad que alguna vez haya tenido el país; además disminuyó la importancia relativa de los grupos de menor edad y creció la de los grupos en edades por encima de los 30 años, es decir, se dio un proceso de envejecimiento de la población.

Aunado al incremento de la esperanza de vida se dio una extraordinaria reducción de mortalidad adulta (entre los 50 y los 79 años), que en las últimas décadas descendió a niveles comparables o inferiores a los de países desarrollados.

Desde el IX Informe se alertó que Costa Rica tiene un nivel de fecundidad apenas de reemplazo, con una tasa global de fecundidad de 2,1 hijos por mujer, el mínimo necesario para que la población se renueve a sí misma en ausencia de migración.



EL RETO: APROVECHAR BONO DEMOGRÁFICO



Desde hace décadas Costa Rica disfruta las ventajas de un bono demográfico, es decir, una mayor cantidad de personas productivas que dependientes.

Esta relación es hoy aproximadamente de 55 adultos mayores por cada 100 jóvenes, pero se espera que alrededor del año 2018 llegue a 44 dependientes por cada 100 personas en edad de trabajar, lo que abre posibilidades enormes de impulsar el desarrollo del país antes de que la tendencia poblacional se invierta, situación que se calcula sucederá a partir del año 2045.

Según Robles el bono demográfico puede ser un factor de desarrollo para los países pues «una sociedad con una alta proporción de trabajadores tiene más capacidad para aumentar su producción, ahorro e inversión».

Sin embargo la simple existencia de un bono demográfico no garantiza el desarrollo, pues para aprovechar las oportunidades que ofrece es indispensable atender las necesidades en educación de las personas que se incorporan a la fuerza de trabajo, y en este tema Costa Rica sigue siendo deficitaria, subraya el informe.

Un ejemplo exitoso de naciones que aprovecharon esta condición son los países del sudeste asiático, que durante el bono demográfico «exhibieron disciplina fiscal, incrementos sostenidos del producto y la productividad, así como una alta y sostenida inversión pública en salud y educación», indicó Robles.

El informe es enfático en que este debe ser un momento de cambios en el país, un tiempo de preparación que dote de mayor solidez financiera al sistema de seguridad social, con una inversión sostenida en salud, un aumento en la educación y productividad de los trabajadores.

Si esto no se hace se «condenará a una buena parte de los costarricenses a la miseria en una edad en la que tendrán pocas oportunidades para remediar su desamparo, pues una fuerza de trabajo poco calificada y con empleo de baja calidad no tendrá la capacidad productiva para sostener al país», concluye el informe.

  • Nancy de Lemos A. 
  • País
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