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Los aumentos de precios, las protestas y la corrupción han deteriorado la percepción de la gente sobre la situación económica del país.
La confianza de las personas consumidoras cayó abruptamente en el mes de setiembre por factores como el aumento de los precios del petróleo, la convulsión social generada por la pasada protesta, protagonizada por el Movimiento Cívico y las recientes denuncias de corrupción.
Así se desprende de la «V Encuesta de Confianza del Consumidor», dada a conocer el lunes 1 de noviembre a la prensa costarricense en la Universidad de Costa Rica.
Esta fue realizada por el M.Sc. Johnny Madrigal Pana, profesor de la Escuela de Estadística e investigador del Observatorio del Desarrollo.
Durante la presentación, explicó que cuando las personas están optimistas se genera confianza para contraer deudas y aumentar el gasto, pero si están pesimistas disminuye el consumo y se enjaranan menos, lo que provoca una contracción en la economía nacional.
Agregó que cuando la confianza cae, lo hace para todos los rubros y eso se puede constatar en los resultados de esta encuesta que mide la percepción de la gente sobre la situación económica ante la escalada que se dio en los precios del petróleo.
BAJONAZO
El Indice de Confianza del Consumidor (ICC), cayó en setiembre 10 puntos, de un 43.0 que tenía en el mes de marzo a un 33.1. El pesimismo que refleja la gente en la encuesta es, incluso, más acentuado que el observado en marzo del 2003(ICC=37.2), cuando Estados Unidos invadió Irak, cuyo conflicto bélico impactó negativamente la economía mundial.
Seis meses después (setiembre) este subió 2 puntos (ICC=39.6) y para la IV encuesta (marzo 2004) llegó a 43.0, cuando la situación económica del país se mantenía con perspectivas favorables, gracias a que en diciembre se habían cumplido la metas positivas que estableció el Banco Central de Costa Rica, en términos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y de la inflación.
En los últimos seis meses las cosas cambiaron. «Los precios del petróleo a nivel mundial se incrementaron rápidamente, lo que está causando una espiral inflacionaria como hace años no se experimentaba en el país. Como consecuencia, los pronósticos optimistas de crecimiento del PIB y de una inflación menor a la del 2003, ya no serán alcanzadas, según lo anunció el Banco Central», reza en el documento entregado a la prensa.
A esta caída en el nivel de confianza también contribuyó la convulsión social generada por las protestas contra la revisión vehicular que realiza la empresa Riteve, la negativa a una ratificación del Congreso al Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y los Estados Unidos y la demanda de un aumento salarial superior al 4,5%, decretado por el gobierno para el sector público.
Detalla el informe que el otro peso en la baja de confianza lo tuvieron las denuncias por aparentes actos de corrupción como consecuencia de las comisiones pagadas, tanto por la adjudicación del préstamo finlandés a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) como por la venta de líneas celulares al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), por las que descuentan prisión preventiva dos expresidentes, funcionarios públicos de alto nivel, políticos, empresarios nacionales y exempleados de transnacionales.
CONSULTA TELEFONICA
La encuesta fue realizada del 29 de setiembre al 9 de octubre en 802 hogares con teléfono, escogidos en todo el territorio nacional. En cada uno de ellos fue entrevistada, vía telefónica, la persona que representa el principal sostén económico, para un porcentaje del 67.6% de hombres y 32.4% de mujeres.
De estas personas, el 39.4 tenía solo primaria o menos, un 30.8% tenía secundaria y un 29.8% universitaria. En cuanto a los ingresos, un 58% reportó un monto de ¢250.000 o más y un 40.9% dijo que eran menores a esa cifra.
Sobre la situación económica, un 42.6% manifestó que sus ingresos justo le alcanzan, sin grandes dificultades, 34.9% dijo que no les alcanza y a 21.8% les alcanza bien y pueden ahorrar. Sin embargo, un 60.1% reveló no tener recursos para gasto discrecional de lo que si dispone el restante 39.9%. Además, el 57.5% considera que están económicamente peor que el año pasado, mientras un 45.5% cree que dentro de un año estará peor que ahora.
Para medir el ICC se hicieron cinco preguntas, dos de ellas sobre las finanzas personales, otras dos sobre las finanzas de las empresas y una que mide la percepción del momento hacia la compra de bienes duraderos (casa, carro).
CAIDA APARATOZA
La caída del ICC fue generalizada entre los distintos segmentos de la muestra encuestados, tanto en cuanto a nivel educacional como de ingreso económico y a la disponibilidad o no de gasto discrecional, que se define como la capacidad de la familia de realizar compras de artículos grandes para el hogar (muebles, electrodomésticos, microcomputadoras, terreno, carro, casa y/o viajes de placer).
Sin embargo, quienes tienen mayor nivel educativo, mayores ingresos y posibilidad de gasto discrecional poseen más confianza en la economía que quienes tienen menor nivel educativo y menos ingresos, aunque la caída fue mayor entre los primeros (12, 10 y 11 puntos contra 8 y 9 respectivamente).
También se midió la percepción que tiene la gente en relación con la inflación en el futuro, mediante el comportamiento de las tasas de interés de los préstamos personales, la expectativa sobre cambios en el ingreso familiar y en la capacidad de compra. La población espera un aumento de las tasas de interés, en los precios y en sus ingresos, pero considera que este último será inferior al de los precios, cuyo porcentaje en los últimos dos años se incrementó de un 39.6% a un 60.8%. Esta situación hace que haya una percepción de que se avecina una pérdida significativa en su capacidad de compra.
Respecto a la política económica y social, «el 61.2% afirmó que se está haciendo un trabajo pobre para combatir la inflación, el desempleo y la pobreza», lo que implica que la percepción está en franco deterioro entre la población. Esta calificación de trabajo pobre es la más baja que se le ha dado al gobierno durante las cinco encuestas hechas desde hace dos años (1 por semestre). En cuanto al desempleo, el porcentaje que cree que este será mayor durante los próximos doce meses es del 68%, pero ya en la segunda y tercera encuesta había tenido un 72%. El pesimismo se mantiene alto con un leve aumento respecto a la pobreza pues un 75.2% considera que este porcentaje crecerá durante los próximos doce meses , pero en las encuestas citadas anteriormente tubo un 76.5%.
También se le preguntó a las personas sobre el momento adecuado para comprar carro y casa, quienes en un 66.6% y un 55%, respectivamente, creen que actualmente es malo.
De esta manera, según el investigador, la última encuesta de consumidores de la UCR muestra que las perspectivas sobre la inflación, la política económica y social de la actual administración y el momento de compra de carro y casa son desfavorables y se deterioraron con respecto a la encuesta anterior.
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