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Jorge Perugorría Un héroe que apuesta a lo nuestro

» No crítico a quienes se han ido, porque hacer cine en Cuba es difícil.».

» No crítico a quienes se han ido, porque hacer cine en Cuba es difícil.».
Jorge Perugorría, protagonista de «Caribe», conversó con UNIVERSIDAD sobre su compromiso de seguir apoyando el cine latinoamericano desde su trabajo actoral.
No importa el país latinoamericano en el que ponga sus pies Jorge Perugorría.  Su nombre es uno de los más reconocidos en la cinematografía de la región.

En tan solo una década, su fama como actor y los reconocimientos obtenidos le han colocado como uno de los mejores embajadores del cine de la región en Europa, Estados Unidos y Asia.

El éxito le llegó de sorpresa.  «Cuando éramos estudiantes de cine en La Habana todos soñábamos con trabajar con directores emblemáticos, como Tomás Gutiérrez Alea», dijo en conferencia de prensa en ocasión del estreno de Caribe, película del director costarricense Esteban Ramírez en la cual actúa en el papel protagónico.

Y fue precisamente de la mano de Gutiérrez Alea que Jorge Perugorría saltó, a lo que popularmente llaman, el estrellato.  Fue la película «Fresa y chocolate» la que sirvió de trampolín para incluir su nombre en la historia de la cinematografía de América Latina.

Aquella fue su primera oportunidad en un largometraje.  Lo que vino después se resume en más de 30 películas que le han llevado a recorrer el continente; finalmente aterrizó en Puerto Viejo de Limón, para aportar su experiencia en «Caribe».

Al finalizar el acto, Perugorría conversó con UNIVERSIDAD antes de abandonar el hotel capitalino donde se hospedaba, previo al estreno de «Caribe «el 5 de noviembre.



CINE Y COMPROMISO



Si bien el éxito de «Fresa y chocolate» le abrió las puertas de Hollywood, su vida está regida por un fuerte compromiso con el desarrollo del cine en América Latina.

Ha trabajado con los mejores cineastas de la región, y sigue apostando por nuevas propuestas, como la de Esteban Ramírez.

«Creo que es importante que cada país tenga su propia cinematografía», dijo. En este sentido, destacó el espíritu de lucha de Ramírez para llevar esta historia a la pantalla.

Por ese compromiso Jorge sigue anclado en su ciudad, La Habana, haciendo su labor.  Ahí creció viendo cine y hoy es parte de él.  Perugorría decidió apostar por sus raíces.

¿Y si hubiera emigrado a Hollywood?  Perugorría no duda en contestar: «Todo lo que he vivido después de «Fresa y chocolate» ha sucedido porque me quedé».

El cine de esa nación caribeña ha sido una de las mejores vitrinas de América Latina para exhibirse y retroalimentarse, ya sea desde su reconocida escuela de cine hasta el Festival Internacional de la Habana.

¿Pero otros actores y directores cubanos se fueron tras obtener el éxito?, le consulta UNIVERSIDAD.  «Sí es cierto.  Y no crítico a quienes se han ido, porque hacer cine en Cuba es difícil.  Pero fíjate qué curioso, ningún cineasta que haya salido de la isla ha vuelto a filmar.  ¿Quién se va a arriesgar con un director cubano en Estados Unidos?  Y los actores han terminado haciendo telenovelas en México o conduciendo programas de basura».

Como contraste, señaló el protagonista de «Caribe», nuestro cine está comprometido socialmente, sigue intentando reflejar nuestras realidades nacionales.

Con una buena mezcla de la realidad enriquecida con elementos de ficción, Esteban Ramírez logró un producto que retrata una situación particular de Costa Rica.  «Este balance es necesario para no caer en el facilismo del panfleto político», agregó el actor.

Cada país tiene sus propios problemas, sus sueños.  En eso tenemos que trabajar, ir plasmando nuestras historias en las pantallas del continente para vernos retratados, continuó Perugorría mientras se fumaba un cigarrillo, hecho en Cuba con tabaco cubano y una taza de café negro que se enfriaba lentamente mientras exponía sus puntos de vista a UNIVERSIDAD.

«Pese a los recursos técnicos y actores y actrices de trayectoria y productos de calidad, aún tenemos graves problemas de distribución.   Es muy difícil competir con la industria estadounidense porque tiene copadas las salas de proyección en todo el mundo.  Buscan acaparar la atención con productos audiovisuales efectistas», acotó.

Si no fuera por los festivales y las muestras internacionales, el cine América Latina no sobreviviría.  Esta situación afecta también a los europeos y asiáticos, agregó.

No obstante, Perugorría recalcó que debe observarse con atención los intentos que se están dando por impulsar el cine latinoamericano desde plataformas como la brasileña, la mexicana, la argentina, y por supuesto, la experiencia cubana.

Existe una nueva generación de directores y las posibilidades digitales que tienen a su disposición, han generado un gran movimiento, señaló.

Las coproducciones, el subsidio del Estado y mucho ingenio de parte de los creadores, han sido los ingredientes para mantener a flote la cinematografía de la isla.

Ya es hora que los gobernantes den su apoyo a los cines nacionales, que comprendan la importancia para los pueblos de contar y ver sus propias historias, manifestó.



CINE REVOLUCIONARIO



«¿Y tienen total libertad los directores en Cuba para hacer su trabajo?», le cuestionamos al actor, cuando abordamos el tema de las ideas preconcebidas que existen alrededor del control estatal sobre la cotidianidad de la población cubana.

«Libertad absoluta no la tiene ningún director en ninguna parte del mundo.  Los cineastas tienen la total intención, el talento está en cómo decir las cosas pese a todo.  Incluso, el asunto es poder vencer la parte de lo comercial», respondió con vehemencia.

Actualmente en Cuba los jóvenes no evaden nuestra realidad.  Aunque hay muchos problemas económicos, recurren a los formatos digitales para expresarse.

«Un verdadero cine revolucionario cuestiona la realidad, solo así se mejora la sociedad», concluyó Jorge mientras su café ya estaba frío.

La jornada de esa mañana terminó en el boulevar de la avenida central de San José donde los fotógrafos buscaban el mejor ángulo para sus respectivos medios de comunicación.  Las miradas de los curiosos se juntaron y a lo mejor se preguntaban:  ¿quién será este hombre a quien fotografían tanto?  Quizás algunos lo sabían y otros, acostumbrados a otros tipos de héroes hollywoodenses, ni siquiera se imaginaban que también en América Latina tenemos a los nuestros con olor a caribe.

 

  • Manuel D. Arias M. 
  • Cultura
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