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El éxito que alcanza el Festival Internacional de la Artes ha convertido a San José en una fiesta permanente de 10 días. Los 19 países invitados a la cita han ofrecido al público variedad y calidad.
El miércoles 17 de noviembre a las 10 de la noche inició con un magnífico espectáculo callejero a cargo del grupo Xarxa, de Valencia, España, al que precede una extensa fama por sus trabajos de este tipo. En el Parque Cañas, frente a la vieja Estación de Ferrocarril al Pacífico, un enorme escenario de tres niveles sirvió para contar la historia Dioses o Bestias, que recorre la relación de los humanos con el ganado vacuno. Aunque se trató de una historia muy cantábrica, el público la siguió con gran interés y disfrute. Recreaciones históricas, una utilería magnífica, efectos con fuegos artificiales y un excelente sonido que proyectó la ejecución de los músicos ubicados en el primer nivel incrementaron la espectacularidad.
Los varios miles de personas que acudieron a esta inauguración tuvieron un vistazo de lo que vendría en los diez días siguientes, cuando la agitación no ha cesado un día en la vieja estación y familias completas, desde los abuelos que dictan cátedras de memorias sobre cómo, cuándo y dónde se toma el ferrocarril, hasta la menor de las nietitas en brazos que muda gestos a la velocidad del barullo a su alrededor.
El equipo de producción del festival, encabezado por su director Iván Rodríguez y el productor general Jaime Gamboa, optó por favorecer los espectáculos teatrales. La experiencia en los festivales anteriores demuestra que la preferencia del público se inclina por esta expresión artística.
Ha habido actividad desde las mañanas, en 14 horas continuas de espectáculos. Para esto se adecuó los espacios del Museo de Arte Costarricense, los teatros Melico Salazar, Nacional, La Aduana, 1887 y Fanal. En la estación de ferrocarril, las enormes galerías se convirtieron en gigantescas salas para albergar a varios miles de espectadores.
El jueves 18 a las 9 de la mañana un gigantesco pasacalles llevó a los niños por las vías de la capital al Museo de los Niños. En la noche, el grupo Tararam de Israel presentó uno de los espectáculos más celebrados. En una de las salas de la estación Extazira cautivó con su ingenio y virtuosismo. Se trata de una propuesta escénica basada en la habilidad de los actores para producir sonidos tanto con la percusión de objetos simples, como un banco o sus propios cuerpos, así como un magnífico conjunto escénico de coreografías, luces y canciones, espectáculo energético y contemporáneo que inyectó adrenalina al inicio del FIA.
La idea de los organizadores de tomar la vieja estación ferroviaria logró una mezcla de nostalgia, identidad y fiesta. Convertir aquellas grandes galerías en salas de espectáculo ya había sido probado por el director Gabrio Zapelli cuando montó ahí Trampa Mortal. Ahora, toda la estación se abrió el público con venta de comidas, una feria de artesanía y el acceso a los vagones, algunos intervenidos por artistas plásticos según la propuesta de galería de arte contemporáneo Teorética. Jamás una propuesta contemporánea había estado al alcance de tantos miles de personas. De igual manera, algunos escultores trabajan ante los ojos de los visitantes.
Desde temprano, algunas máquinas de tren se activaron y rutas de San Pedro y Pavas, al este y oeste de la capital se pusieron a funcionar para que turistas y nacionales recorran parte de la ciudad desde una perspectiva distinta.
Este año Brasil presentó a la Cía Bastarda de Teatro Plástico, en el Melico Salazar, espectáculo que buena parte del público no entendió, pero que reconoció por sus expresiones atrevidas y experimentales, que caracterizan al teatro de Brasil, esta vez a cargo de un grupo de jóvenes.
Con Celeste Flora, el grupo Albanta, de España, conmovió con una obra bien actuada en el teatro 1887 del CENAC. Esta historia narra la relación entre una mujer asesina de niñas y la siquiatra que la trata. Fuerte drama sobre la ética y la locura.
Por otra parte, todas las noches, después de las 10 p.m. ha habido conciertos en la estación.
Celebradísimo el de Ana Belén y Víctor Manuel, que puso a esta estrellas al alcance de un público multitudinario por un precio muy cómodo. También programó el FIA a los nicaragüenses Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, a la Filarmónica Nacional, con varios de los grupos más exitosos de Costa Rica y para cerrar a Chano Rodríguez con diversos grupos nacionales.
Otro de los espectáculos privilegiados por el público fue el grupo canadiense Les Deux Mondes, con la el monólogo Memoria viva, en que los efectos visuales y escénicos lograron un espectáculo de alta calidad, cautivador por su narración y reflexivo por su discurso sobre la vida y el siglo XX.
El FIA continúa hasta el sábado 27, grupos de Argentina, México y Uruguay ofrecen obras de teatro de la mejor de Latinoamérica.
Este festival, como los anteriores, constituye una experiencia especial para los costarricenses, quienes pueden exponerse a una gran diversidad de propuestas estéticas, creativas y discursivas en el escenario. Las palmas no sólo se las llevan los 400 artistas que han participado, sino los varios cientos que intervinieron en la organización.
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