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Precarios se concentran cerca de exclusivos centros comerciales.
Una nueva generación de personas con altos niveles de ingresos ha surgido en el país, gracias a un sistema económico que promueve el crecimiento del capital con una gran concentración en pocas manos.
El nuevo grupo de ricos ha adquirido las costumbres y forma de vida de los norteamericanos acaudalados e incluso europeos.
Esto es evidente con el surgimiento de urbanizaciones y condominios exclusivos y de gran ostentación, con los que buscan diferenciarse de las clases menos pudientes y procurarse seguridad a la vez.
Los datos del X Estado de la Nación muestran una gran polarización social que se visualiza en zonas urbanísticas en la Gran Área Metropolitana (GAM).
Las desigualdades se producen, según el informe, porque el crecimiento económico se concentra en las actividades del sector financiero, turismo y exportaciones.
Este estudio muestra que la desigualdad se incrementó de manera sostenida desde desde 1998 al 2001 y luego sufrió una baja muy leve.
Para analizar este fenómeno social y su origen, UNIVERSIDAD conversó con los expertos Miguel Sobrado, Alberto Salom, Juan Manuel Villasuso, José Carlos Chinchilla y José Luis Vega Carballo.
¿QUIENES SON?
El economista Juan Manuel Villazuso se refiere a tres tipos de ricos que corresponden al 20% de la población nacional, quienes tienen altos recursos económicos. Primero habla del grupo que ya era considerado rico desde mucho tiempo atrás, que provenía de los negocios agrícolas y que ahora se encuentra muy involucrado en el sector financiero privado.
El segundo corresponde a quienes se han visto enriquecidos súbitamente y que como consecuencia buscan imitar el estilo de vida de norteamericanos acaudalados y que se refleja en los medios de comunicación.
Esta forma de vida promueve el alto consumo, según el analista, y estas personas ostentan su poderío al incorporarse a clubes, barrios, escuelas y colegios exclusivos.
Villasuso explicó que el tercer grupo se trata de profesionales jóvenes que no tienen ingresos altísimos, pero sí suficientemente buenos como para mantener un alto consumo. Este segmento difícilmente logra acumular algún capital, pues lo gasta todo en diversión y viajes exclusivos o bien adquieren viviendas en lugares diferenciados con otras personas de su misma clase, como los condominios que se elevan en varias zonas de la GAM.
Sin embargo, este último grupo de jóvenes, mayoritariamente ubicados en el campo de las finanzas también es considerado rico por su nivel de gastos elevado.
En opinión de Villasuso estos dos últimos segmentos hasta ahora tienen la posibilidad de ostentar lujos debido a que su acumulación de capital ha sufrido un proceso gradual para llegar a un nivel que le permita ese tren de gastos.
Para José Carlos Chinchilla, la ubicación urbanística es una manera de cómo los nuevos ricos buscan diferenciarse del resto de la sociedad, al apropiarse de algunas montañas para construir residenciales con piscinas y canchas de golf.
Esto produce concentración de la riqueza y de la pobreza en zonas muy delimitadas y contrastes visuales muy evidentes como en el caso de precarios aledaños a los centros comerciales de Multiplaza del Este, en Zapote y Paseo de las Flores, en Heredia.
¿CÓMO SURGIERON?
Los analistas consultados por este Semanario concordaron en que el proceso de concentración de la pobreza y de la riqueza no es un hecho aislado ni reciente, sino que viene desde dos décadas atrás con el modelo de sustitución de importaciones.
Además, las consecuencias se han agravado en los últimos cinco años en perjuicio de las clases más desposeídas.
El informe del Estado de la Nación detalla que hay 195.300 familias pobres en Costa Rica, lo que la coloca en una incidencia de 18,6%, la tercera más baja de Latinoamérica y una tasa de pobreza extrema de un 7,7%, también de las más bajas de la región.
Por otro lado el estudio habla de una equiparación en la inversión pública que se ubica en 22% para el quintil (sector de la población) más pobre y un 23% para el más rico.
El politólogo Alberto Salom detalló que en el proceso acelerado de globalización de los últimos 20 años, un sector de la sociedad ha «amasado enormes fortunas», primordialmente con actividades financieras.
Añadió que el estilo de desarrollo permitió un crecimiento económico con una alta concentración de capitales. Eso hizo que las capas medias se empobrecieran y que las diferencias sean abismales entre una clase social y otra.
José Carlos Chinchilla explicó a UNIVERSIDAD que desde el período colonial en Costa Rica se habían mantenido diferencias sociales muy marcadas, pero que en la década de 1950 empezaron a ser limitadas con proyectos de redistribución de la riqueza.
Para los 60 con la entrada del modelo industrial, el Estado trataba de compensar algunas desigualdades, aunque con la crisis de 1980-82 se cae en una etapa de empobrecimiento, cuando salen ganando los capitales nacionales que se aliaron a los internacionales para ser beneficiados con el modelo de exportaciones.
Los segmentos más bajos redujeron su capacidad adquisitiva, según explicó Chinchilla, y surgió un poderoso sector de servicios privados, especialmente en la educación.
Agregó que al calor de esa educación privada, que luego se desarrolla con el sistema de universidades privadas, se forma una cultura de jóvenes educados sin conocimiento de las necesidades de los demás y a la usanza de las burguesías de otros países.
Añadió que por esta razón estas personas buscan vivir en lugares con las mismas de su clase, en una subcultura globalizada con hábitos muy exclusivos.
Para Villasuso son tres los sectores de la economía originaron este proceso: primero el financiero, principalmente con la banca privada y bolsa; luego el exportador por las zonas francas; y el último lugar el turismo.
José Luis Vega Carballo comentó que los nuevos ricos han emanado de dos áreas: un sector formal y legal, y otro vinculado a mecanismos ilegales con una forma irregular de operar.
Para Vega ambos se interrelacionan en cúpulas que manejan el poder político mediante un sistema planificado de corrupción que ha movido el pago a inversionistas privados por parte de instituciones públicas.
Miguel Sobrado explicó que el fenómeno de la concentración de riqueza y la desigualdad social se atenuó un poco durante la década de los 90, pero se aceleró últimamente como consecuencia del neoliberalismo.
Para el analista es claro que el sector financiero es el que se ha visto más favorecido, pero que es muy difícil medir posibles influencias del narcotráfico y la corrupción.
¿ALEJARSE O PROTEGERSE?
Como parte de su estilo de vida o por afán de seguridad, la clase económicamente poderosa ha promovido un proceso urbanístico en el cual se concentran en lugares de alta plusvalía en las periferias de las ciudades. Ahí amurallan sus urbanizaciones o construyen edificios altos en las las montañas.
Los expertos consultados por este medio concluyeron en que se trata de una forma de diferenciarse más del resto de la sociedad, que una gran medida de protección.
Alberto Salom dijo que si bien es cierto se trata de una protección «como en la época feudal» lo más importante es crear una barrera entre ellos y la sociedad, lo que hacen también con sus autos y su estilo de vida.
En criterio de José Carlos Chinchilla los procesos urbanísticos son un diferenciador que trata de aislar la pobreza como un mecanismo de defensa; los muros pueden ser mecanismos de seguridad contra delincuentes, pero también contra amenazas latentes de violencia debido a las asimetrías en que viven.
Según Villasuso estas tendencias habitacionales son un proceso de diferenciación, más que de seguridad: «Tengo la impresión de que no se sienten amenazados, se mueven con tranquilidad», agregó el economista.
El informe del Estado de la Nación identificó en la Gran Área Metropolitana (GAM) 11 concentraciones de pobreza densamente pobladas, entre ellas: La Carpio en la Uruca, Guararí en Heredia y León XIII en Tibás.
A la vez determinó la existencia de 12 zonas donde habitan personas de altos ingresos como Rorhmoser, el este de San José y San Pedro, Los Colegios y Montelimar.
Una sociedad más polarizada
La capacidad de consumo, las costumbres y el acceso a los servicios de educación, transporte y entretenimiento crean una fuerte polarización entre las personas consideradas económicamente ricos o pobres.
La nueva generación de personas ricas, influidas por patrones de consumo de otros países, tratan de imitar esa forma de vida. Tienen acceso a automóviles, viajes, estudios en el extranjero, computadoras y medios que provocan un ascenso social cada vez mayor.
Mientras los ricos son educados en costosos centros educativos privados, los pobres tienen acceso solo a la educación pública que suele tener serias carencias en las zonas marginales donde se concentran.
Por otro lado los procesos urbanísticos han creado grandes diferencias entre sectores de la Gran Área Metropolitana (GAM), donde la polarización se hace más evidente. Exclusivas urbanizaciones se levantan cerca de poblados marginales con alta densidad de población.
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