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Los salarios reales han caído en un promedio del 6%.
La pobreza aumenta más en las zonas urbanas, según la Encuesta Nacional de Hogares. (foto AFP)
En nuestro país bien podría gobernar el Banco Central, pues la ausencia de una intervención activa del Poder Ejecutivo en materia de estrategia económica, para generar empleos, ha llevado a que la pobreza alcance el índice más alto desde 1994: el 21.7% de los hogares.
A esta conclusión arribó el economista Juan Diego Trejos, especialista de la UCR, al analizar la última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, correspondiente al presente año, cuyos resultados fueron dados a conocer la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
«La política económica que se sigue consiste en dictar medidas generales que mantengan la estabilidad y dejar todo lo demás, inclusive la creación de empleos, en manos del mercado. El resultado es el incremento o en todo caso el estancamiento de la pobreza que presenciamos en la última década», dijo.
El economista enfatizó en que la principal causa de la pobreza en el país es que el crecimiento económico es débil y volátil (a veces se crece mucho, otras muy poco), lo cual impide generar los nuevos puestos de trabajo necesarios, así como mejorar los salarios. Por el contrario, los salario reales (es decir, descontada la inflación) han caído en un promedio del 6%.
«Tenemos una estrategia económica que está generando poca producción y poco empleo. Ya estamos creciendo menos que el año pasado, y mucho menos en empleo. No hay medidas específicas para promover la creación de puestos de trabajo, sino políticas generales, y se confía en que el mercado resuelva los problemas, cosa que no está sucediendo. Entonces, los salarios no aumentan ni se puede combatir estructuralmente la pobreza», enfatizó.
A continuación diez aspectos de esta nueva Encuesta son analizados por el especialista.
¿ES CULPABLE LA METODOLOGÍA?
El especialista explicó que la metodología usada para determinar el número de hogares pobres (21.7%) y en extrema pobreza (5.6%), es la misma que la utilizada el año pasado, cuando las cifras registradas fueron 18.5% y 5.1%, respectivamente.
«El argumento de que el año pasado la pobreza se redujo por la acción del Estado y de la política social, no es válido. Tampoco es válido ahora decir que la pobreza aumentó porque en la metodología no se está contabilizando la política social», dijo.
Lo anterior porque la Encuesta de Hogares mide la pobreza a partir de los ingresos captados en el mercado de trabajo, algunas transferencias -básicamente pensiones-, y en ciertos casos los ingresos de capital, todos en efectivo.
«En los ingresos de las familias no se consideran los subsidios por parte de la política social, de modo que estos pueden ser muy altos o muy bajos, pero no afectan los resultados de esta medición de la pobreza en el corto plazo.»
LAS CANASTAS DE LA POBREZA
La llamada «línea de pobreza» se establece a partir de definir una Canasta Básica Alimentaria (de 40 alimentos) que suplen las 2.200 calorías necesarias para que una persona continúe con vida y que debería ser posible de adquirir con los ingresos del hogar. También se usa otra canasta para medir necesidades básicas no alimentarias.
¿Estas canastas reflejan las verdaderas necesidades de la gente?
«Son válidas, en términos de que son elaboradas con un criterio de necesidades nutricionales muy extremas. Son canastas de requerimientos mínimos, porque lo que se está tratando de medir es pobreza absoluta, no la relativa, de identificar los umbrales en los que la vida misma corre peligro. Estos umbrales se identifican a partir de una lista de alimentos y se extrapola para la canasta ampliada. En este sentido, no se desactualiza mucho. En realidad, los patrones de consumo de alimentos no cambian. Es una medición válida.»
Agregó que cuando esté lista la nueva Encuesta de Ingresos y Gastos, a fin de año, «habrá que actualizar la canasta de alimentos para llegar a la ampliada. Eso sí puede haber cambiado algo, porque a medida que el país se hace más urbano, hay ciertos bienes que ocupa la gente, como transporte, y que afectan el costo total.»
¿PUEDE MANIPULARSE LA POBREZA?
Si el índice de pobreza se establece a partir de la capacidad de adquirir estas canastas predefinidas, ¿puede el Gobierno «reducir» la pobreza a partir de simplemente tener una política anti-inflacionaria estricta?
«Diría que sí. El Gobierno podría muy mecánicamente reducirla, en varias direcciones. Si la Encuesta midiera bien las transferencias del Estado en dinero, en vez de dar servicios de educación y salud, el Gobierno podría darle la plata al IMAS para que éste a su vez dé las transferencias a la gente. Y en tanto las haga a la gente menos pobre, a la que está más cerca de la línea de pobreza, con menos plata podría «sacar» a más gente de la pobreza, pues la colocaría por encima de la línea. Vía transferencias monetarias, el Gobierno podría así mostrar reducciones de ese porcentaje, que serían temporales, es decir, en tanto se mantengan las transferencias.
Una segunda forma sería manipular las estimaciones de pobreza a partir de controlar los precios de algunos bienes estratégicos de la canasta.
Con eso haría que la canasta creciera poco, y que incluso esté por debajo de la inflación, como ocurrió el año pasado, cuando hubo una inflación del 10% y la canasta creció un 6%. Entonces, aunque los ingresos familiares reales no aumentaran, la pobreza se reduce. Pero cada vez es más difícil que el Gobierno controle precios. Ya todo el sistema de control de precios se desmanteló. En la nueva onda económica, controlar precios es como una mala palabra. Ahora se promociona la competencia. Entonces es difícil que el Estado se meta a controlar precios, pero podría hacerlo. Creo que el año pasado fue más o menos aleatorio el asunto. Se trata de alimentos, y muchos son productos agrícolas sujetos a condiciones climáticas. Si hubo una buena cosecha, y hay sobreoferta de algunos productos, bajan los precios, y eso pudo haber ocurrido. Es el problema del método: que es muy sensible a los precios. A raíz de la experiencia del año pasado y de otros años, he sugerido que se debería calcular el costo de la canasta para un año base y después seguirla actualizando con la inflación, para que no sea tan sensible a los factores climáticos o de producción.»
¿INFLUYÓ EL PETRÓLEO EN LA POBREZA?
«El costo de la canasta aumentó más que la inflación este año. Los precios de los alimentos de la canasta respectiva aumentaron incluso más que el rubro global de alimentos. Mientras el rubro de alimentos aumentó 14%, el costo de la canasta de alimentos subió de un 16% a 17%. Y la inflación general está alcanzando un 12%. El precio de la gasolina puede aumentar el costo de traslado de los productos e incrementar su precio, pero no hay ninguna razón para que los alimentos aumenten más que el resto. Debe ser más un problema de la producción de los alimentos, que del costo del transporte.»
NO SE CREAN SUFICIENTES EMPLEOS
Entonces, ¿por qué exactamente aumentó la pobreza?
«Uno, por que el mercado de trabajo generó muy poco empleo y, dos, porque tampoco los ingresos aumentaron, más bien cayeron.
El mercado de trabajo prácticamente no creó empleos, la fuerza de trabajo creció menos del 1%. Esto es muy importante porque la fuerza de trabajo crece históricamente un promedio del 3% anual. Este año creció 0.6%, casi un medio por ciento. Esto es una señal de que hay problemas en el mercado de trabajo y de que no se están generando empleos. Esto hace que la gente se resista a meterse al mercado laboral, porque piensa que no encontrará trabajo. Simplemente ya ni busca, y si lo hacía, deja de hacerlo. Esto también es una señal de que está creciendo el desempleo oculto, lo cual afecta principalmente a las mujeres.»
¿CUÁL EQUIDAD POR SEXO?
Como socialmente las mujeres ocupan el último lugar en la escala de las inferioridades, ellas también son las más amenazadas por la precaria situación del mercado laboral.
«La participación de las mujeres en el mercado de trabajo se redujo más que la de los hombres. A ellas las afecta más el desempleo (8.5% versus 5.4%). Ellas tienen más problemas para conseguir trabajo, y cuando no se generan puestos de trabajo, son las más afectadas. El desempleo oculto -las personas que están saliendo del mercado de trabajo- son principalmente las mujeres.
Cuando el empleo crece mucho, el de ellas es el que crece más rápido (son una mano de obra disponible y más barata), pero sus puestos son más inestables que los de los hombres. Como la inserción de las mujeres en el mercado laboral es un fenómeno más nuevo, tienden a ser las trabajadoras más recientemente contratadas, entonces, cuando se despiden, ellas son las más baratas de despedir, porque las empresas han invertido menos en costos de capacitarlas que en los empleados más antiguos.»
La mayoría de los empleos que se crearon este año fueron ocupados por hombres y el de las mujeres más bien se redujo en términos absolutos. El año pasado había 572 mil mujeres en el mercado laboral, este año hay 560 mil.
«Es un problema de discriminación. En muchos casos ellas se retiran más fácilmente que los hombres del mercado de trabajo, porque es lo que llaman «fuerza de trabajo secundaria», en términos de que no es el principal perceptor de ingresos del hogar. Cuando la mujer es la segunda fuente de ingresos del hogar, y no la fuente principal, es más fácil que ella asuma los costos de desempleo.
Pero además, hay un deterioro en el empleo de las mujeres, porque no ha aumentado la demanda de mujeres en las ocupaciones técnico-profesionales ni de personal administrativo, donde básicamente se concentran ellas (las que tradicionalmente están en el mercado de trabajo son las más calificadas), sino que creció el empleo en el servicio doméstico.»
NO HAY EMPLEOS PARA LA GENTE POBRE
Según la Encuesta, por rama de actividad se constata que la industria sigue perdiendo empleos. Sí se crearon puestos de trabajo en el sector público, principalmente en la administración central: en salud, pero no en educación. También creció el empleo en los sectores financiero y comercial, históricamente dinámicos.
Pero, por ocupaciones, «no se creó empleo no calificado, sino que más bien se redujo. Creció en ocupaciones semi-calificadas (obreros de industria y agricultura, vendedores), lo cual también influye en la pobreza, porque no solo se crean muy poco empleos, sino que los que se crean exigen cierta calificación, que no tienen los miembros de las familias más pobres.»
INGRESOS REALES, PARA ABAJO
«El mercado está muy débil. Como no genera empleo, como no hay demanda por trabajo, no hay presión para que aumenten los salarios, que lo hacen cuando hay escasez de mano de obra. Cuando la demanda es baja, los salarios también. En una situación de escasa demanda, no hay ningún mecanismo para que suban los salarios, que han crecido solo un 6% en términos nominales, mientras hay un 12% de inflación. Es decir, una caída del 6% del salario real. Los montos no van a crecer si no hay una demanda por trabajo.»
Pero, entonces, en la medida en que no existe una política estatal de promoción del empleo, ¿podría decirse que existe una política de mantener bajos los salarios para ofrecer competitividad al capital?
«Sería muy peligroso querer atraer inversión extranjera directa a partir de salarios bajos. La política con respecto a los salarios mínimos, durante los últimos cuatro años ha sido de estancamiento, tal vez no de deterioro, pero sí de no mejorarlos, cuando un aumento de los montos mínimos podría empujar un poco hacia arriba a los del mercado.
Pero en este contexto de estancamiento del mercado de trabajo, difícilmente el salario mínimo pueda hacer mucho. Esta política es importante cuando el mercado está creciendo. Entonces el Gobierno puede hacer que los aumentos en ganancias de las empresas se puedan transferir a los salarios, a través del salario mínimo.»
CHOROTEGA Y BRUNCA, LAS MÁS POBRES
«La Encuesta muestra que, ahora, la pobreza aumenta más en las zonas urbanas. Normalmente ocurre en las zonas rurales. Esto es porque se trata de una pobreza sustentada en que el empleo crece poco y básicamente afecta al sector asalariado. Las regiones más pobres son la Chorotega y la Brunca, donde la pobreza aumenta, y también en las zonas urbanas de la región central, donde más tienen que ver el empleo femenino y asalariado, y donde más golpea el estancamiento del mercado de trabajo.
¿PRONÓSTICOS?
«No basta con mantener la estabilidad macroeconómica, sino que es necesario promover actividades que generen puestos de trabajo. Pero Ud. no ve ninguna medida en este sentido. Se dice que nos interesa que vengan dólares, aunque generen muy poco empleo. Está bien, pero no hay ninguna política de encadenamientos y promoción con micro y pequeñas empresas que pudieran crear empleo, en el turismo, ni de suplidoras de insumos para el sector industrial.
Y hay cosas que podrían hacerse. Por ejemplo, la inversión pública tampoco se utiliza para generar empleo. En reparación de caminos, hay varias tecnologías, y se usan las que no son intensivas en mano de obra, cuando con el mismo gasto se podrían generar muchos empleos. La política económica no incluye la creación de empleos que el Gobierno anunció.»
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