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Laura Guzmán Stein, directora del CIEM, (izquierda) y Silvia Regina De Lima Silva, teóloga brasileña, (derecha), durante el foro que analizó los textos de las guías sexuales desde la perspectiva teológica
De peligrosos por violentos, discriminatorios, irresponsables, idealistas e inconstitucionales, fueron calificados los textos «Aprendiendo a querer»,que la Iglesia Católica ha presentado ante el Consejo Superior de Educación para guiar la educación sexual en los colegios.
Así lo manifestaron las expositoras en el Foro de la Mujer realizado sobre el tema el pasado 30 de noviembre en el miniauditorio de la Facultad de Letras, organizado por el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM-UCR).
Silvia Regina De Lima Silva, teóloga brasileña, católica, aseguró que el lenguaje de esos textos es sexista, androcéntrico, no inclusivo, cerrado, duro e impositivo, y eso apunta hacia un fundamentalismo teológico. «Cuando se analizan los textos se ve el peligro de una teología patriarcalista que es muy rígida y refuerza la discriminación de la mujer», afirmó.
Planteó que al identificar a Dios con lo masculino refuerza los patrones sexistas y androcéntricos de la sociedad y le asigna a la mujer el rol de madre, esposa y provocadora.
Mireya Baltodano Arróliga, psicóloga y profesora de la Universidad Bíblica en Costa Rica, explicó que cuando leyó los libros iba de sorpresa en sorpresa. «Es como un texto de horror, hay que sacarlos de circulación. Son absurdos, están desfasados de la realidad. Son muy peligrosos. Hay un texto oculto detrás del texto que no se visualiza, pero es muy violento, es una violencia estructural, simbólica; esto pese a que no se hace referencia alguna respecto a la violencia doméstica(en la pareja). Texto viola los derechos sexuales y reproductivos de la mujer», explicitó.
Sara Baltodano Arróliga, también profesora de la Universidad Bíblica en Costa Rica, manifestó que el texto es irresponsable al desconocer las investigaciones hechas sobre los anticonceptivos y ridiculizar los estudios demográficos que hablan de la sobrepoblación.
Agregó que en éstos se busca mantener el «status quo» de una sociedad patriarcal y desigual y el único proyecto de vida para la mujeres es casarse y ser madre para ser feliz.
Además se plantea que la carne es la mala y hay que proteger a las santas y escogidas de sus tentaciones. Así mismo, la sabiduría se considera como propiedad del hombre y no de las mujeres, enfatizó.
Para Laura Guzmán Stein, directora del CIEM, «estos textos son una forma de terrorismo de la palabra, de terrorismo del discurso, es una forma de violencia que amedrenta y confunde a la juventud».
LA SEXUALIDAD
La sexualidad es parte de la vida humana, pero en estos textos se presenta como un desarrollo que culmina en el matrimonio y pertenece a la naturaleza, o sea que la limita a las relaciones sexuales dentro de éste.
Para la teóloga brasileña, parece que la iglesia católica busca imponer un orden natural que permite limitar la sexualidad al matrimonio y controlar ésta en la mujer.
Afirmó que la propuesta teológica que está detrás de las guías transmite la teología patriarcal de siempre, pero encubierta por un lenguaje moderno que utiliza palabras como persona entera, unidad del cuerpo, etc.
Fue enfática al afirmar que en estos textos no hay nada rescatable, «solo pensarlo es pérdida de tiempo, porque su punto de partida está equivocado».
Mireya Baltodano agregó que con estos textos la iglesia trata de controlar la sexualidad de las mujeres desde la familia. «Solo en dos páginas habla de sexualidad, pero está implícita en el texto, solo que se trata de una sexualidad vedada».
Denunció que la iglesia ha ejercido un control sobre la sexualidad humana mediante la familia heterosexual, monogámica, al elegir como modelo la relación conyugal como la única vía para la felicidad. «No se habla del placer sexual sino del amor de pareja que tiene un sentido superficial.».
Además, el lenguaje utilizado usa como sinónimos las palabras sexo y género, pues se afirma que cada persona es hombre o mujer desde el momento de la concepción. Esta visión ignora por completo el aprendizaje socio cultural, que es el que define lo que es ser hombre o ser mujer, o sea el género. Se trata de una actualización del discurso con enfoque «biologista» de hace 800 años.
Como si fuera poco, en el texto se matizan las relaciones de poder en la pareja bajo el supuesto principio del amor comprometido.
Las tres expositoras coincidieron en la necesidad de que se genere la discusión sobre estos textos y que se escuchen otras voces.
Guzmán denunció que el Consejo Superior de Educación limita la información e impide que se pueda dar un debate abierto, pese a que su obligación es dar a conocer los textos. Éstos están disponibles en el CIEM, el cual los adquirió en otros países donde se publican. Son de la editorial Alafa que tiene representantes en Chile, Buenos Aires de Argentina, Caracas de Venezuela y Lima de Perú.
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