Arias quiere reformar los estatutos del partido para escoger él mismo los diputados.

«De la lucha contra la pobreza y la corrupción en el PLN no queda nada», afirmó el diputado José Miguel Corrales.
A 13 meses de las elecciones ya se iniciaron los movimientos estratégicos en los partidos políticos, y Liberación Nacional es tal vez el que está dando más para analizar.

La inminente salida del partido del expresidente y fundador Luis Alberto Monge, la posible eliminación de la convención interna, y la elección, nunca antes vista, de diez diputados, a dedo, por el candidato, definitivamente prevén un proceso electoral diferente al que estamos acostumbrados los costarricenses.

Además, el PLN enfrenta, como agrupación tradicional del bipartidismo, el reto de recuperar la confianza de los ciudadanos desencantados por años «de lo mismo», y ahora aún más por los recientes escándalos de corrupción que salpicaron no sólo a la Unidad Social Cristiana, sino a una de las figuras emblemáticas del partido, el ex presidente José María Figueres Olsen.

En este contexto, UNIVERSIDAD conversó con el abogado, diputado y excandidato liberacionista José Miguel Corrales, para conocer una visión de estas transformaciones «desde adentro» del PLN. A continuación un extracto de la entrevista:



Con todos los cambios, si se quiere radicales, dentro del PLN, ¿cómo vislumbra el futuro del partido de cara a las próximas elecciones y más allá de febrero del 2006?



– Liberación Nacional ya es un partido muerto. Yo me equivoqué cuando antes dije que Oscar Arias iba a ser el último presidente liberacionista, porque para gobernar iba a tener que matar al partido, pero lo mató antes. Y también me equivoqué en eso, pues Arias no va a ser presidente.

Las medidas que hemos visto en los últimos días son antidemocráticas. La lucha para que el pueblo pudiera elegir a los candidatos de la misma manera que elige al presidente, y que fue apoyada en su momento por la mayoría del pueblo y por la Sala IV, ahora se ha perdido.

Arias pretende además reformar los estatutos del partido para escoger él mismo los diputados; un gravísimo error, pero lo hace para tener cerca un grupo de gente que esté de acuerdo con él en todo.

Don Oscar se equivocó de tiempo para nacer, debió nacer en la época de las monarquías absolutas, para que pudiera concentrar todo el poder como desea.

Estos cambios que ha tenido el partido son un retroceso para la democracia, y un claro domino del neoliberalismo que quiere abrirse camino para vender el país a los intereses privados y extranjeros.

Si todo esto se concreta, como parece, habrá una desbandada del partido, aún mayor de la que ha venido ocurriendo.



Usted ve el panorama muy negativo, sin embargo ¿cree que hay algo que todavía puede salvar a Liberación?



– No, para nada. El PLN ya no tiene salvación. Los problemas no son de estructura de partido, son ideológicos y antidemocráticos. El Liberación de hoy ha caído en un profundo irrespeto por el pueblo, y ha abandonado por completo las luchas contra la pobreza y la corrupción. De esas banderas, por las que nació, ya no queda nada.



¿Qué significa la salida del ex presidente Monge en estos momentos?



Es algo muy serio y significativo, pero estoy totalmente de acuerdo con sus razones. Don Luis Alberto es el único ex presidente fundador del partido que quedaba en él, y su salida demuestra la debacle del PLN.



¿Y piensa mantenerse en un partido que según usted mismo no tiene futuro?



– Estoy analizando mi permanencia en el partido, pero existe la probabilidad de que lo deje. Eso lo decidiré pronto, y dependerá en gran parte del resultado de la Asamblea Nacional.



El Partido Unión Patriótica, presidido por el diputado Humberto Arce le ofreció ser su candidato a la presidencia, ¿ya tomó una decisión al respecto?



Todavía no pero lo haré antes de marzo, pues si la respuesta es afirmativa se debe empezar a trabajar lo más pronto posible, y de lo contrario también. Lo que he leído del pensamiento del partido me gusta mucho, refleja los ideales de Calderón Guardia, Figueres Ferrer, Rodrigo Facio, García Monge, Carmen Lyra, y tantas otras ilustres figuras de nuestra política nacional que tenían pensamiento propio.



REPLANTEAR LAS FUERZAS ELECTORALES



El PLN y el PUSC han visto muy afectada su imagen en el último año, ¿podría esto significar el fin del bipartidismo en Costa Rica?



– Sí, entendido como del bipartidismo entre Liberación y la Unidad. Estas cosas hacen que la gente se decepcione, por lo que se podría pensar en un mayor abstencionismo; por otra parte yo creo que lo que habrá es un reacomodo permanente de las fuerzas electorales.

Las verdaderas bases del PLN y del PUSC probablemente se junten tarde o temprano en un partido de centro-izquierda, mientras que los viejos y nuevos ricos que ha creado el neoliberalismo promovido por ambos partidos en los últimos años, también se agolparán en un solo partido de derecha, tal vez con el apoyo del Movimiento Libertario.



¿Cuál puede ser ese partido de centro-izquierda que represente a las bases, a la gente de clase media y baja de este país?



– Eso no se puede saber, podría ser alguno de los que están naciendo, u otro con más trayectoria. Lo que si es seguro es que nada une tanto a los seres humanos como los ideales; lo vimos en 1948, cuando personas de todos las tendencias se unieron en contra de la corrupción al llamado de don Pepe.

Hoy la bandera puede ser la de la gente que quiere que la política sea una actividad limpia y siga un ABC de prioridades como un nuevo modelo de Estado basado en salud, educación y bienestar fiscal y social.



¿Quién es José Miguel Corrales?
Un abogado cartaginés, nacido el 29 de septiembre de 1938. En su juventud practicó fútbol y llegó a jugar en la Primera División con el Deportivo Saprissa y el Club Sport Cartaginés.

Ha sido miembro de la Junta Directiva del proyecto Niños Abandonados, fundador y primer Presidente del Colegio Universitario de Cartago., vicepresidente del Colegio de Abogados, presidente del Club Sport Cartaginés y miembro de la Federación Costarricense de Fútbol.

También ha sido diputado por el Partido Liberación Nacional en los periodos 1974 – 1978, 1986 – 1990 y 2002-2006; presidente del Tribunal de Ética del PLN y jefe de fracción del mismo partido.

Profesor de cursos libres en la Universidad de Costa Rica y Magistrado Suplente de la Corte Suprema de Justicia.