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Con anuncios de protestas en todo el mundo contra la globalización neoliberal, se clausuró esta semana el Foro de Pôrto Alegre.
Transformado en el mayor escenario de debate sobre alternativas para la globalización neoliberal, el Foro Social Mundial (FSM) reunió durante una semana, en Pôrto Alegre, Brasil, a unas 150 mil personas.
El encuentro, finalizado el lunes 31, expresó su rechazo a las políticas del presidente estadounidense George Bush en Irak, así como los resultados del modelo de apertura comercial y privatizaciones impulsadas bajo el modelo neoliberal.
En la sesión de clausura se expuso un gran mural con las principales propuestas surgidas de las diferentes actividades y de las casi 7.000 organizaciones que participaron de este evento.
Este «panel de ilusiones», como lo llamaron, incluyó 352 propuestas, desde las que proponen erradicar el hambre en el mundo y acabar con la guerra en Irak, hasta peticiones para impulsar campañas contra el racismo o lograr una sociedad con más tiempo libre.
Diversidad
La diversidad parece ser la fortaleza y la debilidad del Foro Social. La mayor cantidad de participantes y la variedad de temas sugeridos por sus miembros revelan la inquietud de la gran mayoría de la humanidad.
Esta reunión de Pôrto Alegre fue también escenario de una discusión sobre el papel del propio Foro como instrumento de cambios políticos y sociales. Es evidente ya, entre sus miembros, una cierta inquietud sobre los alcances de esas reuniones y la forma como el FSM puede contribuir a lograr esos cambios.
«Llegó el momento de la cosecha», dijo el teólogo brasileño de la liberación Leonardo Boff, quien opina que el FSM ya no debe considerarse sólo un foro de discusión. «Llegó la hora de tomar decisiones e iniciar campañas», afirmó Boff, que estuvo muy cerca del presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, durante el primer año de su mandato; ahora se ha alejado paulatinamente, desilusionado con las políticas económicas de ese gobierno.
Como contrapartida, el presidente venezolano, Hugo Chávez, único mandatario latinoamericano presente, además de Lula, fue recibido con entusiasmo por los asistentes.
Chávez, quien visitó un emblemático campamento del movimiento de los «Sin Tierra», en Lagoa do Junco, a unos 130 km. de Pôrto Alegre, anunció en Brasil que estaba dispuesto a recuperar tres millones de hectáreas de tierra, de 20 millones que permanecían «bajo el régimen feudal del latifundio» en Venezuela. «Eso no se puede tolerar», afirmó.
El mandatario fue recibido por el director del periódico Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet quien dijo, en su elogiosa presentación, que Hugo Chávez era un dirigente político de nuevo tipo que no se ha comprendido del todo. En la Venezuela bolivariana todas las libertades se respetan, empezando por las de los oponentes, pues no hay detenidos políticos ni clausura de los medios que mienten, afirmó Ramonet.
Voces críticas
Las voces críticas lamentan que los resultados del FSM son difícilmente mensurables y no han cambiado el mundo.
«El uno por ciento de la población del mundo tiene casi todo el poder y el control del mundo. ¿Cómo es posible?», se preguntó uno de los fundadores del foro, Oded Grajew, exejecutivo de una empresa de juguetes que actualmente dirige el Instituto Ethos de Empresas y Responsabilidad Social, grupo no gubernamental.
Pero todos se preguntan si el FSM es el escenario para cambiar esa realidad. El dilema de Lula resume, de alguna manera, el del Foro. El presidente de Brasil tuvo que enfrentar el creciente disgusto que sus políticas generan en amplios sectores de quienes asistieron a Pôrto Alegre, incluyendo una frase que lo molestó cuando presentó su plan de lucha contra el hambre en el Foro, que decía: «Con Bush y Lula, otro mundo es imposible». La comparación irritó al mandatario, pero refleja la encrucijada en que se debate el movimiento.
Por ahora, es un gran debate para el intercambio de ideas, un lugar donde vastos sectores de la humanidad expresan su descontento con el estado de cosas. «La posición oficial del Foro Social Mundial dice que busca congregar a quienes se oponen a la «globalización neoliberal» y al «imperialismo en todas sus formas». Afirma que el Foro es un «espacio abierto» y no un movimiento», recordó Immanuel Wallerstein, Profesor e investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Yale, en una reflexión sobre el futuro del movimiento.
Otro foro
Como contrapartida, al otro lado del mundo se reunían cerca de 2.500 representantes de los poderes económico y político, en el centro de esquí suizo de Davos.
Pôrto Alegre 2005 tendrá un impacto muy limitado en los medios de comunicación, si se le compara con la reunión de la estación suiza de ski, que supone las primeras planas de todos los diarios del mundo, decía un reciente comentario internacional sobre ambas reuniones.
En Davos, la otra cara de la humanidad, ese 1% que, según Grajew, controla el poder mundial, analizaba también la situación del mundo. Lula estuvo presente también ahí, para plantear su tesis de que «El hambre es un problema de los que están comiendo» y recordarle a la élite mundial su responsabilidad en la solución de los retos globales.
«Su lucha ha sido escuchada», le respondió el fundador del Foro de Davos, Klaus Schwab. La realidad es que la crisis se ha hecho tan grave que amenaza la estabilidad de todos.
Pero en Davos se oyeron también voces preocupadas con los desequilibrios económicos en Estados Unidos, con el papel de China en el escenario económico mundial, o con el tema de la cuestión nuclear en Corea del norte.
El déficit de ahorro en Estados Unidos significa que debe absorber miles de millones de dólares en capital extranjero, particularmente de Asia, para financiar su déficit de cuenta corriente, que está por encima del 5,6 % del Producto Interno Bruto y sigue creciendo, dijo Stephen Roach, economista jefe de Morgan Stanley.
La tendencia en los bancos centrales de cambiar el dólar como moneda de reservas podría provocar un drástico debilitamiento de la divisa estadounidense y perjudicar la economía mexicana, dijo, por su parte, el secretario de Economía de México, Fernando Canales.
La Reserva Federal estadounidense debe seguir elevando las tasas de interés que están «incuestionablemente bajas» porque han inflado los precios de bienes raíces y han alentado a los consumidores a pedir prestado mucho dinero contra sus viviendas, añadió Roach. «Han convertido sus hogares en máquinas masivas de ATM (cajeros automáticos), chupando dólares para comprar DVD construidos en China,» agregó. «Estoy crecientemente preocupado de que el consumidor estadounidense (…) es el eslabón débil de la cadena cuando la Reserva Federal sube las tasas.
Las advertencias sobre la gravedad de los desequilibrios de la economía de EE.UU. se han reiterado, por ser uno de los factores más preocupantes en el escenario internacional.
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