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Lanzan campaña contra flexibilidad laboral

Diversas organizaciones consideran que esta práctica atenta contra los derechos adquiridos en esta materia.

Diversas organizaciones consideran que esta práctica atenta contra los derechos adquiridos en esta materia.
La flexibilización laboral es un instrumento ideado por las empresas para aumentar su productividad a costa de los derechos de los trabajadores, quienes se verían sus derechos muy afectados por esta práctica.

Ese es el principal argumento de sindicatos y organizaciones sociales agrupadas en la Asociación de Servicios de Promoción Laboral (Aseprola) para rechazar la flexibilización laboral en Costa Roca y en toda la región centroamericana.

Para evitar que se reforme el Código Trabajo como pretende el proyecto de ley #15.161, y las empresas puedan variar horarios y otros aspectos del trabajo, estas organizaciones iniciaron el pasado jueves una campaña informativa entre la población y los diputados para que no se apruebe ningún cambio en las leyes que rigen las relaciones de trabajo en el país.

La campaña ya se había lanzado en El Salvador, y después de Costa Rica le corresponderá el turno a Honduras y Nicaragua.

Omar Salazar, director ejecutivo de Aseprola, dijo durante el lanzamiento que el objetivo fundamental es promover la discusión sobre la flexibilización laboral en los espacios sociales y políticos para lograr que el tema esté en la agenda nacional, especialmente en el marco de una eventual aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que atraería a múltiples empresas interesadas en flexibilizar las normas laborales del país.



POR QUÉ NO



Rubén Chacón, investigador de Aseprola, aseguró que la flexibilización laboral  es fruto del pensamiento capitalista y globalizador que predomina actualmente.

«La flexibilización da la espalda a la historia de los derechos laborales, sus principios éticos y sobre todo, a las luchas que se dieron para conseguirlos; se preocupa únicamente por la producción y el aumento en la rentabilidad de las empresas, especialmente trasnacionales», indicó.

Para Chacón, permitir la reforma de derechos como el horario fijo de ocho horas, el pago de horas extra y de la disponibilidad es atentar contra el bienestar y la estabilidad de los trabajadores.

Salazar subrayó una serie de inconvenientes que conlleva la flexibilización como la proponen diversas empresas en toda Centroamérica, y en Costa Rica el caso de Intel.



– «Equipara la jornada ordinaria diurna con la mixta, pues normalmente se trabaja varios días al menos 12 horas, tomando algunas horas de la noche que se pagan como diurnas, con lo cual se disminuye el salario del trabajador».

– «Elimina la distinción entre la jornada diurna y la nocturna, pues se trabaja 48 horas a la semana (como la diurna) y en la realidad se incluyen muchas horas de la noche sin pagarlas como extra».

– «Deteriora el derecho a un salario mensual fijo, digno y legalmente establecido al pagarse por horas trabajadas en jornadas variables y establecidas según las necesidades de la producción y no de los trabajadores».

– «En las épocas de baja producción se permitiría reducir la jornada diaria a sólo seis horas, con lo que el ingreso familiar disminuye y baja la calidad de vida de las personas».

– «Los horarios en la mayoría de los casos no son fijos, y se rotan de acuerdo con las necesidades de la empresa. Su única obligación sería avisar con dos semanas de anticipación, lo cual limita la posibilidad de estudiar e impide la planificación de actividades familiares en el tiempo libre».

– «Se facilita el despido sin responsabilidad patronal, pues el trabajador puede ser despedido si no acepta los nuevos horarios impuestos por el patrón».

– «Debilita el derecho a la sindicalización, y en su ligar refuerza la tendencia ya existente en el país de estimular la creación de asociaciones solidaristas que no promueven ni presionan por mejoras en los estándares de los derechos laborales».



MUJERES MUY AFECTADAS



Según Ana Rosa Ruiz, economista de la Plataforma de Mujeres de los 12 puntos, si ya de todas formas las condiciones laborales para las mujeres son difíciles y discriminatorias, con la legalización de la flexibilidad el panorama sería todavía peor.

«El Estado costarricense nunca se ha preocupado por garantizar los derechos laborales de las mujeres, y en los últimos años en que las imposiciones neoliberales han mermado los derechos de la población en general, la discriminación se ha profundizado y las brechas de género se han ampliado», manifestó.

Para Ruiz, los efectos de las jornadas de 12 horas que exige la flexibilización constituyen un enorme problema para la salud integral de las mujeres pues a diferencia de los hombres la totalidad de ellas, además de la jornada laboral, deben llegar a sus casas a encargarse de sus familias y los oficios domésticos.

«El carácter de las exigencias del trabajo doméstico no permite concentrar las tareas en los tres días libres semanales, ya que hay necesidades que deben ser satisfechas diariamente», apuntó.

Ruiz, Chacón y Salazar coincidieron en que este proyecto de ley es una antesala para luego hacer una revisión general de los derechos laborales en Costa Rica  cuyo fin último es eliminar el derecho de los trabajadores a un contrato formal, regulado y protegido por el Estado.

Unidos contra la flexibilización:
Estas son algunas de las organizaciones que participan en la campaña:

-Asociación de Servicios de Promoción Laboral (Aseprola)

-Foro Emaús

-Plataforma de Mujeres de los 12 puntos

-Sindicato de Empleados del Ministerio de Hacienda

-Asociación de Estudiantes de Trabajo Social UCR

  • Nancy de Lemos A. 
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