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El presidente George W. Bush presentó el primer presupuesto de su segundo mandato, de casi $2,6 millones de millones de dólares para el período fiscal 2005-2006. El incremento en los gastos militares y la seguridad, son los indicadores mas claros de las prioridades de su segunda administración.
Aunque Bush promete reducir el déficit considerado todo un récord el año pasado, esta cifra revela también los desafíos que enfrenta.
Después del faltante de este año, de $427 mil millones de dólares, se multiplicaron las advertencias de que este camino podría tener graves repercusiones para los Estados Unidos y para la economía mundial. A este monto se suma otro, en la cuenta corriente, que revela la pérdida de competitividad de los productos norteamericanos en el mercado mundial.
Bush decidió entonces presentar un presupuesto que reduce el déficit fiscal de 3,5% este año a 3,0% el año próximo. El objetivo del presidente es dejarlo en apenas 1,5%, en el 2009.
El presupuesto estima que los ingresos aumentarán 6,1%, gracias al crecimiento de la economía, una estimación que puede revelarse, finalmente, demasiado optimista.
Para los recortes, el gobierno decidió apuntar hacia una serie de programas, principalmente en el área de la educación, pero también los programas de salud, Medicaid y Medicare.
Como contrapartida, el Departamento de Defensa recibirá $19 mil millones de dólares extras, para un total de más de $419 mil millones el próximo año, un 15% más que el promedio de los años de la Guerra Fría, según el Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias, una ONG de Washington. Esto no incluye, sin embargo, fondos para la guerra de Irak y de Afganistán por unos $80 mil millones, que serán presentados en un presupuesto extraordinario. De ese modo, los gastos del Pentágono representan prácticamente la mitad de los gastos militares de todos los países del mundo.
El gasto de defensa y seguridad crece a pesar de que se han hecho recortes también en programas de desarrollo de armas de última generación, para destinar mayores recursos a la agencia de seguridad interna.
Además, el presupuesto no incluye los gastos de reestructuración de la Seguridad Social que, según la propuesta de Bush, empezaría a aplicarse en el 2009, a un costo de $754 mil millones de dólares en los siguientes cinco años y que podría implicar gastos de millones de millones en las décadas siguientes.
El plan, además, implica desviar parte de las contribuciones a la seguridad social en inversiones en la bolsa que, según el plan, daría mejores dividendos si estos fondos se invierten «sabiamente».
Los riesgos de la propuesta han sido señalados por quienes estiman que los fondos de la seguridad social no deben ser invertidos en la bolsa, con todos los riesgos que esto conlleva.
Con este panorama, parece difícil avanzar en la reducción del déficit, tal como lo proyecta la Casa Blanca. Pero, además, el costo de la política de seguridad y las guerras en Irak y Afganistán empiezan a mostrar sus efectos sobre la economía norteamericana.
PRESUPUESTO MANDA MENSAJE A AMÉRICA LATINA
El presupuesto enviado por el presidente norteamericano George Bush al Congreso la semana pasada manda un mensaje a América Latina, que ha sido interpretado de diversas maneras en cada país.
Colombia es, por mucho, el país al que se destinarán mayores recursos, en una clara evidencia de las prioridades de la Casa Blanca en la región.
Hace cinco años, bajo la administración Clinton, Estados Unidos promovió una Iniciativa Andina contra las Drogas (IAC), con el fin de combatir la producción y el tráfico de narcóticos en la región. El programa incluía , además de Colombia, Perú y Bolivia, así como fondos menores para países vecinos, como Ecuador, Venezuela, Panamá y Brasil.
Por otra parte, el gobierno de Bush continuará financiando a opositores de los presidentes cubano, Fidel Castro, y venezolano, Hugo Chávez. El presupuesto incluye $15 millones para grupos anticastristas y una suma no precisada para la oposición en Venezuela. En ese país, «fondos estadounidenses continuarán apoyando los esfuerzos de construcción de partidos políticos y programas democráticos de organizaciones no gubernamentales», según la justificación del Departamento de Estado para esos gastos.
PRIVILEGIANDO A COLOMBIA
Para la IAC la Casa Blanca propuso, en el presupuesto 2005-2006, destinar $463 millones para Colombia, $97 millones para Perú y $80, para Bolivia. Los demás países recibirían $33,5 millones, para prevenir el «efecto contagio» en sus fronteras. De los recursos destinados a Colombia, una parte importante está orientada más bien a la lucha contra la guerrilla.
Del total presupuestado para ese país, $310,8 millones se dedicarán, entre otras cosas, al mantenimiento de aeronaves, tanto de la policía como en el ejército, construcción de bases, entrenamiento, recolección de inteligencia, comunicaciones, y apoyo logístico para las operaciones.
Pero Colombia recibirá recursos de otros fondos. Bajo el rubro de Financiamiento Militar Extranjero (FMF) Bush solicita otros $90 millones de dólares para mantener las Brigadas que protegen el oleoducto Caño Limón-Coveñas y para respaldar el llamado «Plan Patriota», una campaña militar lanzada por el gobierno colombiano el año pasado que busca copar la zona considerada como la retaguardia estratégica de las FARC, en el sur del país.
Otros $100 millones están incluidos en el presupuesto del Departamento de Defensa para financiar el entrenamiento militar, lucha antinarcóticos e inteligencia. Además, se destinan $1,7 millones para el programa de entrenamiento de militares, y hasta $21 millones para el programa de interceptación de vuelos del narcotráfico.
Colombia y México forman parte de las iniciativas para fortalecer el control de fronteras y detección de tránsito de «terroristas».
Para capacitación militar se proponen $13,68 millones de dólares. La parte más importante está destinada a Colombia. Lo demás está dividido entre El Salvador, México, Argentina, Republicana Dominicana y Honduras. Además, se proponen casi $123 millones de dólares más para financiar compras de equipo militar, de los cuales $90 millones son para Colombia, y $2,5 millones para México, destinados a reforzar la seguridad fronteriza.
Se incluyen también $143 millones de dólares para promover los objetivos generales del gobierno de Bush en el hemisferio occidental, entre ellos el fortalecimiento de la seguridad colectiva, de las instituciones democráticas y la promoción de oportunidades económicas y del libre comercio.
DESENCANTO EN BOLIVIA Y PERÚ
Para el período fiscal anterior, Estados Unidos había destinado a Bolivia cerca de $91 millones de dólares: $49 millones para erradicación, interdicción y prevención, y casi $42 millones de dólares para promover el desarrollo alternativo en las regiones del Chapare y los Yungas.
En septiembre del año pasado, el gobierno del presidente Carlos Mesa presentó su «Estrategia Boliviana de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Drogas» para el cuatrienio 2004-2008, por un total de $969 millones. De este total, $112 millones serían financiados por el gobierno boliviano, y el resto correspondería a la cooperación externa. Pero los $80 millones destinados a ese país para esas tareas, en el presupuesto norteamericano, obligará, probablemente, a revisar los objetivos.
En Perú, también se dieron reacciones al conocerse la propuesta de reducción de la ayuda. El embajador peruano en Washington, Eduardo Ferrero, calificó esta determinación como «una mala señal» para la lucha contra el narcotráfico y añadió que su país realizó, sin éxito, gestiones diplomáticas para evitar que esto ocurra.
De acuerdo con Ferrero, el recorte en la cooperación antidrogas para los países andinos se debe básicamente a los mayores gastos que realiza Estados Unidos en Afganistán e Irak.
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