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Estudiantes de medicina impidieron que un profesor admitiera en aulas de UCR a personas de universidades privadas.
En los hospitales se reforzó el control mediante la identificación del escudo en las gabachas de estudiantes que cursan medicina en la UCR. Foto con fines ilustrativos.
Posibles conflictos de intereses podrían darse en el caso de docentes que imparten clases en la UCR y al mismo tiempo en una universidad privada, en particular en el área de ciencias de la salud.
El año pasado se dio un roce entre profesores y estudiantes que cursaban el tercer año de medicina y recibían lecciones en los hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Consultados por UNIVERSIDAD dos alumnos de la carrera de medicina de la UCR, quienes prefirieron no ser identificados por temor a represalias, confirmaron el hecho de que sus profesores admitían estudiantes de universidades privadas en las aulas de la UCR ubicadas en el Hospital Calderón Guardia.
«El año pasado estábamos esperando al doctor para una clase de patología, cuando entró al aula lo hizo acompañado de estudiantes de la UNIBE; unos compañeros le preguntaron por qué estaban ellos ahí y dijo que a nosotros no nos incumbía el asunto; el grupo pidió que salieran porque esa era un aula de la UCR, y al final no nos dieron la clase», explicó una estudiante de cuarto año de medicina.
Agregó que en otros cursos hubo conflictos de este tipo, aunque al final las cosas se calmaron; durante el segundo semestre del año pasado no se repitieron estos casos.
El pasado 24 de febrero, UNIVERSIDAD visitó el Hospital San Juan de Dios y comprobó que existe un control bastante riguroso del ingreso de estudiantes, ya que en las aulas y auditorios de la UCR sólo se admiten personas identificadas con gabacha y carné de esta institución.
Personas que cursan la carrera en la Escuela de Medicina de la UCR aseguraron no haber vivido una situación similar este año y que si bien se topan con alumnos de universidades privadas, no ocurre durante los mismos horarios de clase.
El director de la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica, Luis Diego Calzada, explicó que en conjunto con la Rectoría han realizado esfuerzos para que el estudiantado se sienta orgulloso de la UCR y la defienda de abusos como los citados anteriormente; por ello es clave que todos porten su gabacha identificada con el escudo de la universidad y su carné.
Agregó que el ingreso de personas de universidades privadas a los auditorios de la UCR en los hospitales está completamente prohibido y tiene seguridad de que esta disposición se respeta.
Calzada detalló que existe una cláusula de ley que prohíbe a profesionales trabajar para dos instituciones a la vez y por ende recibir salarios dobles. Esta práctica, conocida como «superposición horaria» es ilegal, excepto en el caso de médicos de la CCSS que a su vez son docentes de la UCR.
«Para que un profesor de la UCR sea médico asalariado de la Caja debe ser funcionario de esta última; en el caso de médicos y docentes de la UCR se permite la superposición horaria en el lapso en que están autorizados para trabajar con la Caja (8 horas máximo) y con la Universidad en labores de docencia hasta un cuarto de tiempo».
Recordó la existencia de un pronunciamiento de la Sala Constitucional (cuyo texto está en manos de UNIVERSIDAD) el cual estipula que tanto el médico como el paciente se benefician de la labor de docencia, siempre y cuando el cuidado de sus pacientes sea prioritario; por lo tanto laborar para dos instituciones «hermanas» como la CCSS y la UCR no es ilegal. «Sin embargo, la ley también estipula que esto solo puede darse con una sola institución docente, no con dos», expresó.
Así mismo, la cláusula IV del convenio suscrito en el 2000 entre la CCSS y la UCR señala que «toda relación laboral deberá ser exclusiva con la UCR quedando excluida la posibilidad de nombramientos simultáneos. Los profesores del área clínica deberán mantener una relación laboral con el hospital o centro de salud en donde desempeñan las labores de docencia».
Calzada agregó que existe un empleador principal que es la Caja, la cual debe ser vigilante de que los médicos trabajen el tiempo que corresponde para ella; en el caso de la universidad, la Escuela de Medicina ejerce el control de que se cumpla la jornada laboral por medio de la firma de una declaración jurada donde los médicos certifican que trabajan ese cuarto de tiempo en docencia.
Según explicó Calzada, la mayoría del personal docente de la Escuela trabaja más del cuarto de tiempo que es lo único que la UCR les puede pagar, además existen más de 100 personas que laboran «ad honórem» (sin pago).
«Aquellas personas que trabajen para dos universidades incurren en un acto de corrupción, sería mejor que se decidan por una y así les podríamos remunerar económicamente el trabajo a quienes lo hacen sin recibir recompensa económica», manifestó.
Por su parte, Yamileth González, Rectora de la UCR sostiene que las relaciones entre ambas instituciones se han visto favorecidas en los últimos meses y el convenio entre la CCSS y la Universidad se está respetando.
«Hemos seguido cultivando una relación fraternal con la Caja como corresponde entre instituciones con propósitos semejantes, siempre manteniendo en los convenios esa relación especial y prioritaria para nuestros estudiantes; lógicamente a veces se dan conflictos de intereses que atraviesan la Caja y buscan de alguna manera debilitar esa relación».
González manifestó que junto con los vicerrectores analiza la posibilidad de establecer mecanismos generales en la institución, (no solamente para médicos), de contratos de dedicación exclusiva que no impidan que una persona de la UCR trabaje a la vez en una universidad privada; de ese modo se evitarían situaciones que perjudiquen al alumnado.
«Si encontramos estos mecanismos los vamos a hacer realidad, claro que esto implica ajustes salariales y administrativos, por eso se valora antes su viabilidad», afirmó.
Tanto González como Calzada rescataron la importancia de sistematizar, documentar y visibilizar los aportes de la UCR a la Caja y al sistema de salud en general, ya que muchas veces se ignora la ayuda material de la UCR a hospitales y clínicas del seguro social y se valen de ello para criticar las relaciones entre ambas instituciones.
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