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Crear políticas nacionales sobre el libro y la lectura acordes con nuestra realidad es el reto del Consejo Nacional del Libro.
La Librería de la Edición Costarricense de la UCR realizó una feria de libros de diversas editoriales en el edificio de Estudios Generales.
Pocas personas estar’an en desacuerdo en que los libros y su lectura son importantes para la formaci—n de los ciudadanos. Pero los sectores vinculados al mundo editorial buscan crear pol’ticas con un norte claro hacia el cual dirigir el rumbo en esta ‡rea.
Uno de los proyectos es el » A–o Iberoamericano de la Lectura, cuya programaci—n anual fue anunciada el pasado 7 de febrero en el Centro Nacional de Cultura (CENAC).
Esta instancia conjunta esfuerzos de instituciones privadas y pœblicas. La celebraci—n fue acordada en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno deIberoamŽrica, efectuada en 2003 en Santa Cruz de la Sierra. Es parte del Plan Iberoamericano de Lectura IL’MITA, «espacio en el que se adquiri— el compromiso de articular a los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, para que en la regi—n se emprendan o se continœen acciones inmediatas y con proyecci—n a largo plazo a favor de la lectura», manifest— Adelaida Nieto, directora del Centro Regional para el Fomento del Libro en AmŽrica Latina y el Caribe (CERLALC), uno de los organismos vinculados.
Alexandra de Simone, Directora General de Cultura del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, dijo durante la presentaci—n del plan que «esta declaratoria implica poner en la agenda pœblica y construir una pol’tica de interŽs pœblico para favorecer el acceso al libro, la lectura y la pr‡ctica de la escritura».
El A–o Iberoamericano de la Lectura comprende actividades organizadas por la C‡mara Costarricense del Libro, la Alianza Francesa, el Ministerio de Educaci—n Pœblica, el Club de Libros, las bibliotecas pœblicas.
En este contexto, record— de Simone que desde julio de 2004 en Costa Rica empez— a funcionar el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, cuyo fin œltimo es recomendar una pol’tica pœblica nacional al respecto construida entre los diversos sectores involucrados en la cadena del libro y la lectura.
MAS ALLç DE LOS GOBIERNOS
Pero crear directrices sobre el libro y la lectura inevitablemente tiene un componente pol’tico estatal que podr’a ser uno de los obst‡culos para concretar exitosamente las propuestas del Consejo Nacional del Libro y la Lectura.
Los cambios de visiones en los gobiernos siempre son un riesgo, pero el Consejo Nacional de Libro, que tiene representantes privados y pœblicos, es un organismo que se plante— como uno m‡s estable que pueda minimizar la alternancia de los gobiernos. Las pol’ticas depender‡n de la capacidad de concertaci—n de los privados y la madurez de los organismos representados, asegur— Oscar Castillo, director ejecutivo de la C‡mara Costarricense del Libro (CCL).
En este mismo sentido, Alexandra de Simone dijo que «justamente es su misma preocupaci—n, pero el consejo es un mecanismo de consenso en el que est‡n todos los involucrados de la cadena libro/lectura y ser’a absurdo que luego de tomar una decisi—n, las organizaciones se opongan a acatar lo resuelto». Este consejo no es una instituci—n m‡s, es un mecanismo de toma de decisiones llamado a proponer y coordinar, a–adi—.
Evelyn Ugalde, representante de las asociaciones de fomento a la lectura, coincidi— en que las normativas que nazcan en el seno de esa instancia no responder‡n a un interŽs pol’tico-estatal.
Sin embargo, Ugalde manifest— su preocupaci—n ante la indefinici—n de los mecanismos que permita el funcionamiento adecuado del Consejo Nacional del Libro y la Lectura.
Durante cuatro meses no se ha podido votar el reglamento ni se ha definido la manera en que se tomar‡n las decisiones, debido a la ausencia de varios representantes de las instituciones vinculadas al consejo.
El consejo lo integran 11 personas que representan a los ministerios de Cultura y Educaci—n Pœblica, a las editoriales universitarias y las privadas, al Consejo Nacional de Rectores, a la Asociaci—n de Autores, a la C‡mara Costarricense del Libro, a los libreros y a las asociaciones privadas de fomento de la lectura.
La agenda de trabajo que cubrir‡ este organismo consultivo incluye los temas de los derechos de autor, las condiciones de la edici—n y la producci—n, las facilidades de circulaci—n, el fomento a las lecturas, las preferencias arancelarias y paraarancelarias
ÁQUƒ CARO ES LEER!
Cualquier pol’tica sobre el libro y la lectura deber‡ considerar las posibilidades reales de acceso de la poblaci—n a estos bienes culturales.
En ese sentido, «hay de partida un problema del poder adquisitivo de la gente para adquirir bienes que no sean de sobrevivencia. Es el dilema del huevo o la gallina», afirm— Oscar Castillo, representante de la CCL. TambiŽn la estructura educativa debe contener objetivos claros del fomento a la escritura mas all‡ de la lectoescritura, empezando por la formaci—n del docente, lo que involucra directamente a las escuelas universitarias, continu—.
Adem‡s Evelyn Ugalde, directora del sitio en Internet Club de Libros, se–al— que «muchos costarricenses se quejan de que no leen porque los libros son caros. Por eso nos dimos a la tarea de realizar ferias de trueque de libros en algunas en lugares como la Plaza de la Cultura, Museo Nacional, San Pedro, UCR, UNA, Cartago, ITCR, Jac—, San Ram—n, Flores, San Francisco de Dos R’os. Casi 1000 personas han participado y aproximadamente 500 han trocado libros».
El trueque es una respuesta al alto costo de los libros. «En los pa’ses desarrollados y en Argentina las ferias de trueque son bastante concurridas. En ese pa’s millones de personas lo han practicado regularmente y el gobierno, a travŽs de la Secretar’a de la Peque–a y Mediana Empresa declar— las experiencias de trueque como de interŽs nacional», indic— Ugalde.
«El interŽs ha aumentado, pero el apoyo econ—mico para pagar la log’stica, organizaci—n y el buen desempe–o de la actividad, ha sido muy dif’cil de conseguir y la norma es nunca cobrarle al participante, la idea es que no haya intermediaci—n de dinero y queremos continuar as’», asegur— Evelyn Ugalde.
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