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El problema del dolor agudo, en el período postoperatorio inmediato, se puede reducir con una intervención farmacológica antes de la operación, según pudo corroborarlo una investigación realizada por la Dra. Carmen María Sánchez Arredondo, como tesis en la Maestría en Ciencias Biomédicas con énfasis en Farmacología, de la Universidad de Costa Rica.
os resultados de la investigación mostraron que la duración de la cirugía es un factor importante en la intensidad del dolor que tuvieron los pacientes.
Ella es médica, con una Especialidad en Anestesiología y labora en el Hospital San Juan de Dios. Para su investigación trabajó con un grupo de 60 pacientes de Cirugía Ortopédica de Extremidades, quienes dieron consentimiento informado para la evaluación. Se trata de hombres y mujeres, en edades entre los 18 y los 60 años, quienes fueron sometidos a cirugías que duraron menos de dos horas.
Ese grupo fue dividido en dos, uno al que se le denominó Grupo de Casos, al cual se le aplicó una dosis de Diclofenaco, 30 minutos antes de la cirugía y el llamado Grupo Control, a quienes solo se les ofrecieron analgésicos después de la cirugía.
El estudio le permitió comparar los perfiles de prescripción y de administración de analgésicos, durante las primeras 24 horas del período postoperatorio y observar el comportamiento de los pacientes.
Para realizar este análisis se excluyeron aquellas personas que hubieran tomado analgésicos antiinflamatorios no esteroides en las 24 horas previas a la operación, así como a quienes se les había aplicado analgesia epidural después de la cirugía o a los que recibieron algún medicamento de la familia de los Opiáceos (como Morfina, Fentanyl, Meperidina o algún otro, durante o después de la operación).
También se eliminaron pacientes que mostraron incapacidad para contestar el cuestionario denominado Escala Visual Analógica o las que tuvieron dificultades para movilizar la extremidad, durante la evaluación.
Según explicó la Dra. Sánchez, se descartaron esos casos con la idea de que se pudieran evidenciar las diferencias en los resultados del estudio, adecuadamente.
Lo novedoso de este estudio es que se aplica analgesia anticipada con la idea de mejorar el control del dolor postoperatorio. La Dra. Sánchez explicó que como ya se sabe que después de una cirugía se va a producir dolor, entonces lo que se hace es anticiparse al dolor e interrumpir los mecanismos generadores de dolor.
A todos los pacientes después de la operación se les prescribió un esquema similar de tratamiento, que consistió en 75 mg de Diclofenaco cada 12 horas, combinado en algunos casos con Tramadol de 50 mg, a intervalos variables.
La especialista evaluó el nivel de dolor tanto en reposo y en movimiento de los dedos y de la extremidad completa en sentido vertical y horizontal.
MOVIMIENTO AUMENTA DOLOR
El estudio concluye que con el movimiento se incrementó en general el dolor, pero los pacientes del Grupo Control experimentaron un dolor 27% más intenso a las seis horas, en movimiento, y un 38.9% mayor que el reportaron en reposo.
Según explicó la investigadora, el análisis en condición de movimiento revela que los pacientes «control» sufrieron más dolor en todos los tiempos, pero la diferencia en el porcentaje de personas con dolor fue mayor a las 24 horas, cuando subió un 38% más que el que reportaban los pacientes del «Grupo de Casos».
La Dra. Sánchez considera que estos datos son muy relevantes pues evidencian que es mejor explorar el dolor en movimiento y evaluarlo de una manera más real a cómo lo perciben quienes han sido sometidos a una cirugía.
Los resultados también mostraron que la duración de la intervención quirúrgica es un factor importante en la intensidad del dolor que tuvieron los pacientes, tanto en reposo como en movimiento, para ambos grupos de pacientes. La especialista explicó que desde el momento de la incisión quirúrgica se transmiten estímulos que producen cambios en el Sistema Nervioso Central, lo que contribuye al desarrollo del dolor postoperatorio.
Al ser evaluados en reposo, un 30% de pacientes del Grupo de Casos no manifestaron dolor; mientras que los del Grupo Control, aliviados por los medicamentos que se les ofrecieron después de la operación, fueron aumentando su dolor con el paso de las horas, pero en una proporción menor al 30%.
A las seis horas posteriores a la operación, un 44.47% más de pacientes del Grupo de Casos no manifestaban dolor y a las 12 horas, se registró un 33.34% más de casos aliviados en ese mismo grupo.
El estudio comprobó que la proporción de pacientes con dolor, resultó mayor en forma sistemática en el Grupo Control, conforme pasaba el tiempo.
En el registro que se llevó con los pacientes en reposo, la manifestación del dolor fue leve, en ambos grupos, pero la proporción fue mayor en el Grupo de Casos, a las 12 y a las 24 horas posteriores a la cirugía. Ningún paciente de ese grupo se reportó con dolor severo a las 24 horas.
Por el contrario, en el Grupo Control, en los diferentes tiempos evaluados, se reportaron pacientes con dolor severo.
Al ser evaluados, comparativamente en reposo y en movimiento, la intensidad del dolor fue siempre significativamente menor en el Grupo de Casos, en todos los tiempos analizados.
CONTROL DEL DOLOR
El estudio comprobó que hubo cambios en la administración de los esquemas analgésicos prescritos por los médicos, como omisión de dosis y cambios en el horario.
Debido a que el esquema de Diclofenaco y Tramadol indicaba una dosis cada ocho ó 12 horas, se esperaba la aplicación de dos ó tres dosis en un período de 24 horas posteriores a la intervención quirúrgica. No obstante, la investigación comprueba que 20 pacientes recibieron solo dos dosis, pero en un margen de tiempo muy amplio.
Por otro lado, de los 50 que tenían prescripción combinada de ambos medicamentos, dos solo recibieron Diclofenaco y seis solo Tramadol, además de que a dos pacientes no se les administró ningún analgésico para calmarles el dolor, durante todo el período.
La investigadora explicó que esos dos pacientes eran del Grupo de casos, lo que hace pensar que quizás estaban más aliviados o que nunca tuvieron dolor.
También en el registro se detalla que dos de los 10 pacientes con prescripción exclusiva de Diclofenaco recibieron Tramadol, como alternativa medicamentosa.
Sobre las razones que pudieron haber generado estos resultados, la Dra. Sánchez comentó que existen mitos entre los pacientes y el personal de salud que podrían incidir. Uno de ellos considera que el dolor es la consecuencia natural asociada a un procedimiento quirúrgico y que deben soportarlo; entonces no lo reportan o les atemoriza la adicción a los medicamentos, o a una sobredosis o a los efectos adversos que creen que les va a producir.
En su criterio, la práctica de prescribir analgésicos antiinflamatorios solo en caso de dolor ha demostrado ser inefectiva y más bien impulsa la aplicación de medicamentos, ya sea que el paciente reporte o no el dolor, con la idea de mantener bloqueado el mecanismo que lo produce.
«La analgesia óptima debe ser de inicio temprano, apoyada con dosis postoperatorias e intervalos adecuados, durante las 48 horas posteriores a la operación», aseguró la médica.
Agregó que es necesario capacitar al personal de salud, a los pacientes y a sus familiares con respecto al dolor, su origen y sus tratamientos, con la idea de que participen activamente en su recuperación, con un mejor alivio del dolor.
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