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En memoria de Ramón Madrigal, forjador de juristas y quien con sus exigencias filosóficas nos enseñó las sutilezas escondidas en los lenguajes políticos.
Cumpliendo estrictamente con los derechos humanos y la ciencia forense – jurídica, el primer caso que trascendió al público en forma masiva fue el de Roque Di Lione, ex director administrativo de la Corte Suprema de Justicia. En prisión le detectaron un cáncer fulminante luego de una sentencia condenatoria por dar muerte por la espalda a Leonardo Chacón. Y aunque Di Lione aún vive, su cáncer sigue siendo terminal. Luego todos conocimos el caso de Don Miguel Angel Rodríguez y por cascada el de don Rafael Angel Calderón F.
En el caso de Rodríguez era de esperar una inmediata actuación de los derechos humanos: desde su detención él dejó sentado que su costumbre no era viajar en «perrera»; cuestión en que coincidieron amplios sectores socialcristianos y liberacionistas. Si a un ex presidente no lo pueden trasladar en helicóptero del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría al OIJ, al menos podría ofrecérsele a tan ilustre demócrata un Mercedes Benz como el que tienen los jugadores de la selección nacional de fútbol.
En el caso de Calderón F., quedó claro que al expresidente los presidios nacionales no le sientan nada bien y no le ofrecen condiciones mínimas para atender sus cardiopatías, las cuales de no atenderse adecuadamente «podrían causarle la muerte en cualquier momento», dijeron. Por lo tanto, en aras de los más elementales derechos humanos y en acatamiento a que todos somos iguales ante la ley, cada uno descuenta arresto domiciliario junto a sus seres queridos y en su versión tica de la hacienda El Chile.
Existe además un argumento procesal indestructible a favor de ellos: la Investigación está casi concluida y ambos no representan ninguna amenaza. En otros casos como los del Banco Elca, la Fischel y el de tres detenidos (de 15 capturados por corrupción en el Seguro Social, Alcatel y préstamo finlandés), ninguno presenta cáncer terminal, cardiopatías ni problemas con la presión arterial.
Por el contrario, el cambio de medidas cautelares a los dos ex jefes de Estado solo beneficios y alivio trajo a todo el mundo en las tiendas oficialistas y «socialdemócratas» . En la Asamblea Legislativa hay visos de comprensión entre socialcristianos y los enconados rivales verdiblancos. Esto hace que el presidente Abel Pacheco no quepa de la «contentera»: el lunes 28 de marzo anduvo entre boxeadores en el Hotel San José Palacios. Hasta conquistó un fajín en peso no ubicado, por su apoyo a esta disciplina. Tal «desestrés» gubernamental promete que ahora habrá Plan Fiscal, elección de un magistrado y a lo mejor hasta borran del almanaque el feriado del 11 de abril. Esta celebración pareciera una «polada» por parte de quienes recuerdan al filibustero en tiempos de libre comercio. Incluso un Pacheco notablemente distendido ya notificó al PAC que queda habilitado para ejercer el derecho al berreo, porque no habrán cambios en el TLC con USA. La «chiripa» alcanzó a La Nación y a Teletica, a los que dijo no comparte la idea legislativa de que tengan que donar espacios gratuitos a los partidos políticos en campaña electoral.
Los aires de compresión social son tan frescos ahora, que ya hasta se habla entre corrillos políticos de que por fin José María Figueres respirará aliviado en Europa porque la Fiscalía tendrá que olvidarse de él. Habrá pronto un Defensor de los Habitantes menos chillón y quien ocupará la Contraloría General de la República fiscalizará los grandes negocios con el Estado a posteriori de una sentencia judicial (4 ó 5 años después). Sesudo anuncio jurídico como para dar nuevos bríos a los inversionistas que aman al INS, Seguro Social y al ICE. ¡Benditas sean algunas enfermedades!
* Periodista, abogado y notario
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