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El alza en los precios del petróleo es producto de la estrechez y rigidez entre oferta y demanda.
Si a una le contaran que, entre 1946 y 1973, el mundo conoció precios del petróleo tan estables que, durante 27 años, apenas pasaron de $1.17 por barril a $4.3 por barril, creería que entonces el petróleo solo se usaba para encender antorchas en las fiestas. (Ver el gráfico: «Evolución histórica del precio del petróleo»)
Sin embargo, es sabido que, después de la Segunda Guerra Mundial, y especialmente entre 1951 y 1973, el mundo conoció un período de auge industrial (el llamado «cuarto ciclo de Kondratieff» o de expansión del capitalismo), una de cuyas principales fuentes de energía fue el petróleo.
¿Qué pasó para que entre 1973 y 1974 (la «primera crisis del petróleo»), el precio del barril aumentó en 185%, para que, entre 1978-1979 («segunda crisis del petróleo») creciera en 158%, y para que, actualmente, vivamos tiempos en los cuales, entre 2003 y 2005, haya aumentado en 70% en términos reales (es decir, restando la inflación)?
¿Por qué se acabó «la era del petróleo barato y seguro» y comenzó la «era del petróleo caro e inseguro»?
Podría decirse que se pasó del oligopolio (pocas empresas controlan el mercado y por tanto, los precios) de las compañías comercializadoras del crudo, conocidas como las «siete hermanas»: British Petroleum, Exxon, Gulf Oil Corporation, Mobil Corporation, Royal Dutch Shell, Standard Oil Company y Texaco Incorporated), a un mercado con menos empresas.
Este cambio se produjo en 1974 cuando los países agrupados en la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), en su mayoría no industrializados, que producen el 40% del petróleo mundial, decidieron jugarle rudo a las comercializadoras e imponer sus propios precios.
Lo anterior es posible porque el petróleo todavía es un producto prácticamente imprescindible y hay pocos energéticos con qué sustituirlo. Por eso mismo, esa demanda es «inelástica», es decir, aunque su precio aumente, es difícil que su consumo pueda reducirse de manera drástica.
Más aún, según explican analistas, hoy también la oferta de petróleo es «inelástica», pues no existe suficiente capacidad instalada en refinerías, para satisfacer la demanda mundial.
Por eso, a pesar de la predicción del economista «hiperclásico», Milton Friedman, en cuanto a que a pesar de la «guerra» entre la OPEP y las transnacionales, el petróleo nunca podría pasar de los $10 el barril, porque el mundo se sublevaría, la semana antepasada alcanzó la cifra récord de $57.65 el barril.
Por eso también, a pesar de que en marzo pasado, la OPEP aumentó su producción diaria en 500 barriles, con el propósito de aminorar el alza en los precios, y a pesar de que planea hacer otro tanto en mayo, la expectativa de muchos analistas es que el precio se mantendrá alto, cuando no volverá a elevarse (pues la semana pasada, retrocedió a los $50 el barril).
Y el 7 de abril pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que el mundo debía acostumbrarse a vivir en estado de «shock petrolero permanente».
Así, el alza en los precios del petróleo sería generada por la estrechez y rigidez entre oferta y demanda. Por el lado de la oferta, Rusia, un productor del que se esperaba aumentara la oferta, parece estar refinando a su máxima capacidad. Lo mismo se supone de los integrantes de la OPEP.
Otros grandes productores como Nigeria, Venezuela e Irak, son vistos por los analistas como «inestables».
Por el lado de la demanda, China se ha convertido en el segundo consumidor mundial, sin perspectiva de reducirla, pues el alza en los precios es subsidiada por el Estado y así no afecta directamente en los consumidores. Por eso, según la revista The Economist, en el 2004, mientras los precios internacionales de la energía se elevaron en un 40%, en ese país solo lo hicieron en 20%.
La misma lógica prevalece en otros países de Asia, por lo cual se espera que este continente sea responsable del 40% del alza en la demanda de petróleo en el 2005.
MENOS, DE TODO
La tensión en el mercado del petróleo ha hecho que todas las autoridades y organismos económicos revisen sus pronósticos. En Costa Rica, el Banco Central ya comunicó que la meta máxima de inflación que había propuesto, de 10%, muy probablemente se verá sobrepasada. El expresidente del Banco Central, Eduardo Lizano, la estimó en 12%, mientras que el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas, advirtió que tampoco la meta de crecimiento económico, de 3.2%, sería alcanzada. (Ver la edición 1614).
Además, Luis Diego Rojas, economista del IICE, advierte que para evitar un aumento en el número de familias costarricenses que se vean amenazadas por la pobreza, será necesario aplicar medidas fiscales que afecten más la renta, así como promover mejor las inversiones y la generación de empleos. (Ver entrevista: «Debemos producir más y distribuir mejor»)
Lo anterior porque automáticamente el alza en los precios del petróleo en el mundo eleva los de los combustibles en el país (Ver recuadro: «25 ajustes en tres años») -y con ello, los de muchos bienes y servicios-. De esta forma se empeoran los términos del intercambio comercial, es decir, con los mismos ingresos el país puede comprar menos productos externos, y se incrementa la pobreza, pues al no crecer los salarios igual que la inflación, con el mismo monto las familias tampoco pueden cubrir sus necesidades como lo hacían antes. (Ver recuadro: «¿Cómo afecta al país?»)
En Estados Unidos, las cifras de crecimiento económico también han sido revisadas «a la baja». La consultora Morgan Stanley, que proyectaba un crecimiento anual de 3.4% para la economía de ese país, calcula ahora solo un 3.2%. También, estima que los ingresos de los estadounidenses se reducirán en $55 mil millones, debido al alza del petróleo.
La Unión Europea, por el contrario, se encuentra un poco más protegia frente a esta situación, debido a la fortaleza del euro frente al dólar, teniendo en cuenta que el petróleo se transa en esta última moneda. No obstante, el continente enfrenta un bajo crecimiento económico, estimado en 1.6%, este año, con tasas de desempleo del 8.9% en Alemania y Francia, y de un 17% en España.
El FMI también revisó «a la baja», su estimación para el crecimiento de la economía mundial en el 2005: será menor, en 0.8%, al resultado del año pasado.
Tampoco puede olvidarse el mayor problema de la economía mundial, esto es, que se sostiene sobre las extraordinarias deudas interna y externa de Estados Unidos (¿y quién puede obligarlo a reducirlas?).
El déficit comercial mensual de ese país alcanzó en febrero la cifra récord de $61 mil millones y se estima que, de permanecer el precio del barril de petróleo en $50, llegará a $800 mil millones, a finales de este año.
Economista Luis Diego Rojas:
«Debemos producir más y distribuir mejor»
Luis Diego Rojas, economista del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE), de la UCR, respondió el pasado 18 de abril a las consultas de UNIVERSIDAD sobre el impacto que las alzas en los precios del petróleo pueden tener sobre las reservas en dólares de Costa Rica, y las medidas que pueden tomarse para prevenir el incremento de la pobreza.
¿Debemos preocuparnos por una disminución excesiva en el nivel de reservas internacionales, en dólares, debido al mayor precio del petróleo?
-En la coyuntura actual, el nivel de reservas que mantiene el Banco Central (BCCR) es suficientemente alto como para no preocuparse por el momento. Así, por ejemplo, si comparamos las reservas monetarias netas del Banco Central con el medio circulante, en el sistema bancario, nos damos cuenta de que la relación actual es de las más altas desde el 2001. Es decir, el Banco tiene una posición de reservas relativamente elevada, comparada con las de los últimos años. Por otra parte, las expectativas respecto a las reservas no son malas.
¿Cuáles son los principales rubros de exportación que ayudan al país a pasar en mejores condiciones la actual coyuntura? ¿Cree que el alza en los precios del petróleo afecte a estas importaciones?
-Los principales rubros que han financiado el déficit de cuenta corriente son los de moneda y depósitos, así como la Inversión Extranjera Directa (IED). Las expectativas sobre la inversión extranjera se han mantenido. Así, según el Programa Monetario del BCCR, se espera que «el ahorro externo bajo la modalidad de inversión extranjera directa contribuya a financiar buena parte del déficit de cuenta corriente y constituirá alrededor de un 70% del financiamiento externo disponible para el país».
Además se espera que el sector turismo crezca alrededor del 12%, lo cual sería otra fuente significativa de entrada de divisas al país.
Estos son los que mayoritariamente financian el déficit comercial y a la vez han aportado lo suficiente como para que las reservas del BCCR aumenten.
Por esto, es de esperar que uno de los principales componentes de donde se derivan las reservas se mantenga relativamente activo, y esto ayude a mantener la estabilidad cambiaria.
Si un mayor nivel de inflación y un crecimiento igual de los ingresos, hará que más familias se empobrezcan ¿qué tipo de medidas pueden tomarse para amortiguar esta situación?
– El índice de la pobreza no se reduce simplemente sosteniendo artificialmente los precios o incrementando los salarios nominales.
Grosso modo podríamos dividir el problema de la pobreza en dos: uno, de nivel, y otro, de distribución. El primero va relacionado con el crecimiento de la economía. Así, las políticas de atracción de inversión, las políticas de promoción turística y, en general las que aumenten la productividad, podrían tener efectos sobre los niveles de pobreza, porque es, precisamente, una mayor productividad, la que permite generar empleos con mayor remuneración en términos reales.
Por otro lado, el crecimiento lo que determina es el tamaño del «pastel» por repartir. Luego, deben darse las políticas que lo distribuyan entre diferentes sectores. Así, deberían tomarse medidas que aseguren que los programas distributivos cumplan su verdadero cometido.
De este modo, en el corto plazo deberían evaluarse y mejorar las políticas redistributivas y de recaudación, por ejemplo logrando un sistema impositivo que sea más progresivo y anticíclico (es decir, que los impuestos disminuyan cuando aumente la producción total o el PIB). Pero, en el largo plazo, estas actividades deben ir acompañadas de políticas que busquen aumentar el nivel de productividad y eficiencia.
¿Cómo afecta a la economía?
– Índice general de precios. El aumento en los precios de los combustibles afecta los costos de producción de muchos otros bienes que usan como insumo la gasolina y otros derivados. Esto podría redundar en una política monetaria más restrictiva y, así, en tasas de interés más altas.
– Ingreso nacional. En el cálculo que realiza el Banco Central del Ingreso Nacional, se hace un ajuste por términos de intercambio. Lo que refleja este ajuste es la capacidad de compra de nuestra producción, en términos de bienes importados. Es decir, si aumenta el precio de los bienes importados y no así el de los nacionales, con el mismo Producto Nacional (la suma de la riqueza producida en un año) se podrían comprar menos importaciones. Esto implicaría que nuestra producción valga menos en términos relativos, ya que con esta podemos adquirir menos bienes extranjeros.
– Pobreza. En la medida que el aumento en los precios de los insumos importados provoque un aumento en los precios de los bienes que conforman la canasta básica, se necesitará un mayor ingreso para poder comprar dicha canasta. Entonces, si los ingresos (por ejemplo, el salario) no se ajustan de acuerdo con aumento de los precios, más personas serían catalogadas como pobres. Este efecto será mayor, entre mayor sea el número de personas que se encuentren cerca de la línea de pobreza.
Fuente: Luis Diego Rojas, IICE
Costa Rica: 25 ajustes en tres años
En nuestro país se han producido 25 cambios -la mayoría aumentos- en el precio de los combustibles, entre diciembre del 2002 y marzo del 2005.
Esto ocurre porque al no ser Costa Rica productora del crudo, la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) debe ajustar sus precios de acuerdo con los costos en que incurre por la compra de este. El ajuste del precio que pagan quienes consumen combustibles se hace de manera «automática», y es resultado de los siguientes elementos:
1. Precio plantel: es el precio de cada producto, puesto en los planteles de RECOPE, sin impuestos. Es la porción del precio que se ajusta según los cambios en el precio internacional del petróleo.
2. Impuesto único: es el impuesto que se aplica para los combustibles, fijado en la Ley 8114, en julio del 2001.
3. Margen de comercialización: es el margen que la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos le establece a las estaciones de servicio para la comercialización al detalle de los combustibles en puntos fijos, el cual incluye el flete para el trasiego del producto.
Fuente: Recope.
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