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Reconoce que en Estados Unidos existen grupos muy poderosos que no están contentos con lo que se negoción
«Me dio la impresión de que en Estados Unidos se dice que somos «pan comido», que es como maravilloso el CAFTA para nosotros y es un favor el que nos están haciendo. La verdad es que es importante que ellos -los congresistas de ese país- conozcan que tenemos nuestras dificultades».
En forma contundente, el Ministro de Comercio Exterior, Manuel González, se manifestó de esta manera al preguntarle sobre los cuestionamientos que algunos representantes norteamericanos del congreso hacen al Tratado de Libre Comercio (TLC) -conocido como CAFTA, por sus siglas en inglés- entre EE.UU. con Centroamérica y República Dominicana.
El funcionario viajó hace dos semanas a EE.UU. con el Ministro de Trabajo, Fernando Trejos y sus homólogos centroamericanos en un encuentro donde se conoció el denominado «Libro Blanco», que es un diagnóstico de la situación laboral en el istmo y sobre «algunas medidas concretas en que queremos avanzar».
Manifestó que «los tratados de libre comercio cada vez tienen más objeciones o hay más desconocimiento de la población sobre ellos».
«En el caso de Costa Rica existen áreas sensibles para nuestro Estado tradicional, como es el tema de las telecomunicaciones», dijo.
Para él, debe reconocerse que «el país tiene una manera particular de ser, que aquí no hacemos las cosas a golpe de tambor, de forma obligada; no somos ciudadanos a quienes nos guste la imposición de cosas».
En una conversación de casi una hora con UNIVERSIDAD, descartó que se pueda renegociar el tratado como propone el candidato presidencial por el Partido Acción Ciudadana (PAC), Ottón Solís.
«No es factible, pero el mismo tratado tiene los mecanismos para ser revisado y modificado», aseguró.
CONSECUENCIAS SI NO SE RATIFICA
Al preguntarle si Estados Unidos tomaría represalias políticas o comerciales si el TLC no se ratifica en Costa Rica, el jerarca explicó que no cree que se den.
«No creo que se trate de un contexto de represalias. Obviamente si fuimos a un proceso de negociación es porque queríamos una negociación que tuviera un final».
A continuación añadió: «Somos tan república como Estados Unidos. ¿Con qué legitimación va a llegar con un garrote a decirnos: ‘usted, Costa Rica, no aprobó el tratado y le voy a aplicar una represalia'».
El jerarca manifestó que si el TLC no se aprueba no va a ser el gobierno estadounidense el que tome alguna iniciativa al respecto, sino que serán los inversionistas, el propio mercado y los exportadores.
Sobre el tema advirtió que los importadores y exportadores del mundo comprarán al mejor postor, a quien les ofrezca los precios más adecuados y los aranceles más reducidos.
En ese sentido, enfatizó González, van a decir «muy linda Costa Rica, pero en el mercado internacional puedo conseguir precios y aranceles más favorables».
En otro momento de la entrevista manifestó que «nadie dijo que iba a ser fácil. Lo preocupante no es la tormenta, sino lo que pase después de ella, cómo quedamos, porque cada una de las opciones que escojamos como país tiene sus consecuencias, positivas y negativas, porque no hay nada perfecto en esta vida».
Aseguró que lo que le preocupa, en caso de que el TLC sea rechazado en el parlamento nacional, es qué se va a hacer para reemplazar un nexo comercial que ya se tiene con un socio comercial tan importante como es Estados Unidos, lo cual ha costado establecer durante los últimos 20 años.
AZÚCAR CANDENTE
Al consultarle qué criterio le merecía el hecho de que los congresistas representantes de los estados de Luisiana, Montana y Florida no votarán por el TLC, ya que sus azucareros se han manifestado en contra de este, González dijo que no le sorprende que este tema les cause disconformidad.
«Fíjese que el presidente Bush en una conversación privada que tuvo con un centroamericano en épocas recientes le dijo que el CAFTA iba a ser el último acuerdo comercial que incluyera el tema del azúcar, porque era un asunto no lo suficientemente importante y cuantioso para la economía estadounidense», enfatizó.
El ministro recalcó que Costa Rica no representa ningún riesgo para EE.UU. «Somos una hormiguita, lo que pasa es que se cacarea mucho», dijo.
Amplió que «en los estados del sur también están los textileros. Ahí viene la influencia de los sindicatos como el AFL-CIO que tiene los mismos argumentos de hace 21 años cuando se estableció la Iniciativa para la Cuenca del Caribe: «que se iban a perder los empleos en Estados Unidos», «que aquí somos más baratos, «que hay competencia desleal …».
En ese sentido, manifestó que el TLC mantendrá la industria ya instalada «porque nosotros tampoco somos una amenaza en esa materia. La amenaza para Estados Unidos es China».
Al cuestionarle sobre las manifestaciones del sector agropecuario que asegura será el primero en ir a la quiebra con la entrada en vigencia del tratado, el ministro increpó a quienes «tienen esos argumentos para que expliquen por qué razón Costa Rica le exporta tres veces más a Estados Unidos en productos agropecuarios que lo que le importamos a ellos, sin tratado».
Añadió que de las 440.000 hectáreas de cultivos que tiene el país, el 80% posee cultivos que se exportan.
«El CAFTA no nos impide tener tratados comerciales con otras regiones como Europa. Hace un mes vino una comitiva para una fase de evaluación, la primera de varias que tendremos para hacer algo a largo plazo».
«La expectativa es que haya un acuerdo de asociación que incluya el área comercial, la política y la de cooperación».
ASUNTO DE PRESIONES
Al reconocer que en EE.UU. existen grupos «muy, muchísimo poderosos que no están contentos con lo que este país negoció, que creen que nos dan más de la cuenta y quieren un tratado diferente», el máximo representante del Ministerio de Comercio Exterior dijo que «una cosa es ceder a las presiones internas de unos grupos y otra es analizar la generalidad y eso es como gobierno lo que hemos hecho».
En cuanto a si ha recibido presiones del gobierno estadounidense lo niega enfáticamente.
Asegura que mantiene conversaciones con la Embajada de Estados Unidos como con cualquier otra y anunció que durante esta semana estarán de visita en el país 14 congresistas de aquella nación; republicanos y demócratas que vienen a conocer «el estado de la cuestión».
Con ellos se reunió González hace tres semanas en Washington como parte de una comitiva de ministros de Comercio y Trabajo de Centroamérica y República Dominicana con sus homólogos estadounidenses y el Subsecretario de Estado, Robert Zoellick, quien hace pocos meses, con su típica «línea dura», era el Representante Comercial de los Estados Unidos para los tratados de libre comercio.
La gestión del viaje fue hecha por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y participaron también los viceministros de Trabajo, Economía y Comercio Exterior de las mencionadas regiones.
El propósito de la visita era presentar el «Libro Blanco» y tener un encuentro con el Comité de Medios y Árbitros del congreso que son quienes tienen directamente que ver con la tramitación formal del tratado.
Ese Comité es el equivalente en Costa Rica a la Comisión de Asuntos Internacionales de la Asamblea Legislativa.
«Hubo unos 20 congresistas de ese comité y nos distribuimos en grupos para tener reuniones con representantes de Luisiana, Nueva York … unos que están en contra del CAFTA y otros que tienen dudas».
Ellos se reunirán con el Presidente de la República, Abel Pacheco, con Manuel González, con la Cámara Costarricense-Norteamericana y el Consejo Económico del gobierno.
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