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Expertos reunidos en el CATIE El agua no debe ser un bien comercial

Aseguran que el abastecimiento de agua potable no deber salir de manos estatales.

Aseguran que el abastecimiento de agua potable no deber salir de manos estatales.
Si bien el agua es un recurso que no debe ser manejado bajo criterios comerciales, esto no excluye que las políticas de globalización podrían favorecer su administración y empleo, aseguraron expertos que participaron en Costa Rica en el seminario «Globalización y comercio: repercusiones para el agua y la seguridad alimentaria».
Especialistas de América Latina, Asia y Estados Unidos, se reunieron del 18 al 20 de abril para identificar los riesgos y desafíos en materia de acceso al agua y soberanía alimentaria que enfrentan los países en desarrollo, a partir de la globalización económica y el comercio.
La actividad tuvo lugar en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) -ubicado en Turrialba-, el cual la organizó en conjunto con el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) -con sede en Estados Unidos- y el Centro del Tercer Mundo para el Manejo del Agua, de México.
La posición de algunos participantes entrevistados por este Semanario en el CATIE, coincidió con la declaración final del Foro Alternativo Mundial del Agua (ver recuadro «Declaración final) celebrado en marzo pasado,  y con el proyecto de Ley del Recurso Hídrico aprobado (14-05-05) por una comisión de la Asamblea Legislativa, en el sentido de que el acceso al agua es un derecho humano.
El agua es un elemento vital para la vida en el planeta y por el crecimiento demográfico y los efectos de la contaminación, cada día se vuelve más escaso y caro para las poblaciones, especialmente las de menores recursos económicos.
 
 
Es por ello que en el reciente Foro Alternativo Mundial del Agua (FAME), más de 150 organizaciones de los cinco continentes plantearon en Ginebra -Suiza-  que «el agua ha de proscribirse de la esfera comercial y las normas mercantiles; es decir, de los acuerdos comerciales multilaterales o bilaterales, y de las instituciones financieras internacionales».

GLOBALIZACIÓN FAVORABLE

A partir del principio de que el acceso al agua es un derecho humano no sujeto a criterios comerciales, los expertos Suzanne Gallagher, Jorge Ramírez Vallejo y Claudia Ringler, concordaron en que la globalización favorece su manejo y consumo para la humanidad, al tiempo que mencionaron las oportunidades de desarrollo que ofrece este proceso.
Gallagher, quien es asesora del Banco de Desarrollo de América del Norte -Estados Unidos-, sostuvo que el comercio que genera la globalización no ha traído nuevos problemas -como de contaminación- al recurso hídrico.
Al menos esta ha sido su experiencia en la zona fronteriza de Estados Unidos con México, en donde nacieron nuevas fábricas a raíz del tratado de libre comercio (NAFTA) que hace diez años firmaron dichos países y Canadá. Los estudios al respecto indicaron que los problemas en esa zona ya existían mucho antes, aseguró.
Para Gallagher, el impacto de globalización va a depender del tipo de producción que se desarrolle. «Si a raíz del libre comercio se empieza a sembrar productos en zonas agrícolas que no tienen suficiente agua, sí pueden tener problemas», puntualizó.
Ella, al igual que Ringler -investigadora del IFPRI- y Ramírez Vallejo -director del Centro de Estrategia y Competitividad de la Universidad de los Andes (Colombia)- consideran que el libre comercio es una ventaja que en ciertos casos le permite a los países comprar alimentos a más bajo precio  que los producidos en su propio territorio y que demanda mucha agua para su cultivo.
Gracias a esta facilidad, las naciones pueden entonces aliviar la presión sobre el agua y sembrar productos que exijan menos líquido para su producción. En teoría, la globalización permite utilizar el recurso hídrico de países que tienen más agua y trasladarlo vía alimentos u otros productos a países con déficit de agua; a este tipo de comercio se le llama «agua virtual», explicaron.
El colombiano Ramírez fue enfático en que la globalización, en términos generales, favorece el acceso a los recursos agrícolas y a los hídricos.

EN MANOS PÚBLICAS

En cuanto a si hay tendencias en el mundo para privatizar el recurso hídrico, los tres lo descartaron, pues estiman que no hay un clima propicio.
De acuerdo con Ringler y Ramírez, la prestación de los servicios de agua potable debe preferiblemente ser potestad del Estado, el cual tiene una responsabilidad que no puede delegar, sobre todo en el ámbito de las regulaciones y del aprovechamiento. Además, la industria y el sector de  agua potable privado no van a hacer lo que es debido si no hay una adecuada vigilancia.
Mientras tanto, Ringler dijo que otros servicios secundarios sí se les puede encargar a empresas privadas, como las labores de monitoreo, para las cuales el Estado por lo general no tiene capacidad.
En el marco de los tratados de libre comercio y la globalización, «estos acuerdos comerciales de hecho sirven para ajustar la institucionalidad, las reglas del juego, y sin lugar a dudas esa libertad de comercio va a favorecer la utilización del agua», destacó Ramírez.
«En el caso de Costa Rica -agregó-, este tiene una normativa bastante rígida en cuanto al aprovechamiento hídrico. Entonces, en el escenario del libre comercio no veo ningún riesgo significativo en la manera de cómo se va a aprovechar el agua».

Declaración final

Al creer en la fuerza de la acción común, nosotros, los participantes y las participantes del segundo Foro Alternativo Mundial del Agua reafirmamos nuestra solidaridad con todos aquellas y aquellos procedentes de nuestros distintos continentes que sufren las consecuencias de los problemas abordados en estos tres días.
Los trabajos de todos los talleres se orientaron a definir los medios de acción para alcanzar los siguientes objetivos:
*    el derecho al agua como derecho humano
*    el estatuto del agua como bien común
*    el financiamiento colectivo del acceso al agua
*    la gestión democrática del agua a todos los niveles.
Además, en todos los talleres se puso de manifiesto una prioridad clara de forma sectorial. El agua ha de proscribirse de la esfera comercial y las normas mercantiles:
*    de los acuerdos comerciales multilaterales o bilaterales
*    de las instituciones financieras internacionales.
Por consiguiente, hemos de exigir un estatuto para el agua en el nivel mundial en el cual sea posible lo siguiente:
*    tomar en cuenta la globalidad del ciclo del agua
*    impedir la apropiación por cualquiera
*    garantizar la responsabilidad colectiva
*    asegurar la gestión y el control mediante una autoridad pública fundamentada en un poder político legítimo y regido por normas democráticas.
Por ello, deberemos definir este estatuto, formando, informando y sensibilizando a las ciudadanas y ciudadanos sobre su importancia, así podremos desarrollar en gran medida una cooperación solidaria de público a público.
Ginebra, 19 de Marzo de 2005

  • Eduardo Ramírez 
  • País
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