La nueva magistrada de la Sala III afirma que no existe una mano de poder detrás del Poder Judicial.
La licenciada Magda Pereira es la nueva magistrada de la Sala III. Tras 28 años en el Poder Judicial considera que es una institución transparente y preparada para afrontar todo tipo de casos.
La transparencia, la agilización de los procesos para reducir los largos tiempos de espera en miles de casos y la humanización de los servicios de justicia a la población, son algunos de los retos que tiene por delante la nueva magistrada de la Sala III, Magda Pereira.
Esta abogada con 28 años de experiencia en el Poder Judicial conversó con UNIVERSIDAD sobre estos y otros temas como la independencia del tercer poder de la República, el proceso de su nombramiento y el desempeño de los tribunales en general.
A continuación un extracto de la entrevista

¿Cuál es su análisis respecto a su elección, las 33 votaciones que debieron realizar los diputados y hasta las llamadas de atención por parte del presidente de la Asamblea Legislativa?

El procedimiento en si para escoger los cinco candidatos que llegan al plenario es muy riguroso, serio y objetivo, aunque creo que podría mejorar, especialmente en cuanto a la audiencia oral que se hace ante la comisión encargada del tema.
Esa entrevista debería valer más puntos porque más allá de los atestados de una persona hay un ser humano con pensamientos y opiniones sobre la realidad del país.
 
 
Creo que sigue siendo sano que el parlamento elija a los magistrados pero con objetividad, y es ahí donde las cosas pueden complicarse. El problema es que el plenario es un punto de convergencia de muchos intereses políticos; se necesita más conciencia entre los diputados de que los magistrados son personas a las que se les exige un aislamiento de cualquier grupo político.
Es cierto también que los candidatos que tienen más cercanía a la política logran una ventaja inicial, pero mi elección, que soy una persona completamente aislada de la política, absolutamente sin compromisos con nadie excepto con Dios, comprueba que si se puede realizar una elección transparente, aunque sea después de muchas votaciones; porque fui la candidata que hizo menos lobby en el congreso.

El proceso de su elección estuvo marcado por denuncias de la ingerencia de ex presidentes y otras figuras políticas en la votación. ¿Cree que esto evidenció que existe la mano del poder político detrás del Poder Judicial?

Creo, por mi experiencia de 28 años en el Poder Judicial, que no hay ninguna mano de poder. Es una institución independiente.
En el proceso de votación se dijeron muchas cosas falsas pero  por eso mismo la Corte ya ordenó una investigación. Yo no me atrevería a pensar que la votación pudiera ser realmente influenciada, lo que hubo fueron rumores, porque nunca en mi trabajo he recibido presiones de nadie.

¿Por qué usted, por qué después de tanto debate fue su nombre el elegido por los diputados?

Creo que porque de todos los candidatos yo conocía mejor que nadie el Poder Judicial y he ocupado todos los puestos administrativos y de administración de justicia de la institución, lo que me permite tener un conocimiento amplio; además se dieron cuenta de que fui ascendiendo poco a poco a los puestos de más alta jerarquía por méritos propios.

¿Está listo el Poder Judicial para manejar adecuadamente los casos de corrupción que se han destapado y que son prácticamente inéditos en el país?

La única diferencia de estos casos a los que por años se han tramitado en la Corte son las personas involucradas. Desde hace tiempo los jueces ven casos más o menos complicados al igual que estos, como son la existencia de sicarios, las operaciones del narcotráfico y otros asuntos bien complejos.
Los jueces deben tener clara conciencia de que lo complejo de un caso no está determinado por las personas sino por los hechos y las pruebas.
Desde hace tiempo la tecnología, por ejemplo, nos ha obligado a capacitarnos para poder analizar delitos como los bancarios, y en estos casos de corrupción se debe tener en cuenta que se trata de lesiones de tipo patrimonial para el Estado, que el ofendido es el Estado, pero además de eso yo no tengo preocupación, en el Poder Judicial hay gente muy buena y seria.

¿Cuáles son los principales desafíos que tiene por delante un Poder Judicial, qué necesita mejorar sus funciones?

Es indispensable continuar con el programa de modernización que ya ha iniciado para enfrentar los cambios de la sociedad. Además se debe hacer un esfuerzo para acercar más a los ciudadanos a la institución y humanizar más al Poder Judicial.
Don Luis Paulino Mora (Presidente de la Corte Suprema) ha hecho una tarea encomiable en cuanto a la transparencia, existe un programa para esto que debe fortalecerse y por supuesto, trabajar profundamente el principio de la justicia pronta y cumplida para todas las personas.

¿Cuáles son sus metas personales en este nuevo puesto, cuáles serán las prioridades de su gestión?

Primero que todo voy a colaborar en todo lo que pueda con la reforma de ciertos códigos como el penal para mejorar la aplicación de justicia en el país. También espero conocer muy de cerca la realidad de cada despacho jurisdiccional del país; no creo en una magistratura de estar sentada en el despacho oyendo lo que les pasa a los demás, no creo en que un magistrado esté solo para dar órdenes, sino que debe ser una persona abierta a las necesidades de todos los demás.
El tercer eje de mi trabajo será colaborar en todo lo posible para bajar la lista de asuntos pendientes y agilizar los procedimientos judiciales a la población.