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¿Por qué los medios que llenan sus espacios hablando de derechos humanos y denunciando al terrorismo, no dicen nada de los cinco cubanos encarcelados por prevenir a su pueblo de los ataques criminales de los grupos de Miami? Callan, por su sumisión al imperio.
Si en Cuba el Gobierno detiene -como lo hizo en abril de 2003- a personas comprometidas en planes subversivos contra la soberanía nacional, entonces ahí sí, todos los medios, dirigidos por la Sociedad Interamericana de Prensa, acusan a Cuba de violar los derechos humanos. Y esto a pesar que ninguno de esos medios ignora que en cualquier país de derecho esos actos son severamente sancionados y más aún, cuando se trata -como ha sido en Cuba-, de mercenarios que colaboran con los servicios estadounidenses y los grupos terroristas de Miami.
El comportamiento de ese periodismo en relación con Cuba puede ser resumido así: todo acto terrorista que se haga dentro o fuera de la Isla contra Cuba, es celebrado «secretamente» por ellos; cuando el Gobierno de USA viola los derechos humanos, como actualmente lo hace con los Cinco Héroes cubanos, ellos callan, y cuando el Gobierno de Cuba se defiende -basado en sus leyes y el derecho internacional- contra esos actos terroristas, entonces ellos atacan a la Revolución, culpándola de represiva.
Un ejemplo de este tipo de prensa maniatada es el periódico La Nación de Costa Rica que publicita a los «defensores» de los derechos humanos en Cuba, como es el caso de Beatriz Roque, de quien se ha demostrado que vive holgadamente gracias a los pagos que le da la Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA) en La Habana. Roque defiende el derecho a sus dólares por difamar a su patria. Difunde también las extravagancias de Oswaldo Payá, presentándolo como otro defensor. Este señor -líder de un grupo cristiano- aboga por el endurecimiento criminal del bloqueo económico contra Cuba. Lo que La Nación no dice es que, ambos individuos (Roque y Payá) se enfrentan por el protagonismo, disputándose los premios que la SINA da al más servil.
Desde el 12 de septiembre de 1998 Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González están detenidos en cárceles de USA. Se les ha acusado por no haberse registrado como agentes extranjeros. Si la acusación contra ellos, hubiera tenido una sola evidencia, entonces -desde la lógica de ese periodismo-, hubieran informado por todo el mundo, que en efecto se trataba de cinco espías. Pero al no haber ninguna prueba -y conscientes de que se trata de una injusticia-, entonces callan. No han dicho nada a favor de la acusación que el Imperio hace contra «Los Cinco», no sólo porque saben que es falsa, sino porque la sola noticia, daría pie para que el lector se informara mejor y confirmara que se trata de una injusticia.
Reconocer que Los Cinco habían viajado a Miami (sacrificando todo) para observar e informar de los planes de la red terrorista, significaría para el Imperio y su prensa, una derrota, porque estarían aceptando que en su propio patio (Miami) se incuba y despliega con el apoyo de las mismas autoridades estadounidenses el terrorismo hacia Cuba.
Hoy, todo defensor de los derechos humanos, todo el que se dice ser demócrata, todo pacifista y cualquiera que trabaja por un mundo más justo, no pueden ser indiferente hacia ellos. ¡Claro! Quienes lo hagan, se declararían enemigos de Washington. Ser indiferentes hacia ellos es ser cómplices del Imperio. Ellos: Gerardo, René, Antonio, Ramón y Fernando son el remordimiento del mundo.
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