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Playa Guiones muestra el efecto del ligero hundimiento anual de la Península de Nicoya.
Por sus condiciones geológicas, la Península de Nicoya se transformó en uno de los dos lugares mas atractivos del mundo para que científicos estadounidenses y japoneses, vuelvan sus miradas hacia reveladores estudios sismológicos sobre el choque entre placas.
El otro centro de investigaciones es Nankai en Japón, país donde se ha dado el apogeo de los análisis científicos sobre sismicidad.
Timothy Melbourne, geólogo de la Universidad Central de Washington, explicó que los estudios que se realizan en la península pueden impactar a la comunidad científica internacional por su importancia para la prevención de desastres.
La atención hacia la península se produce por estar ubicada cerca de la zona de subducción de la placa Cocos bajo la placa Caribe, motivo por el cual se convierte en el lugar ideal para que realizar investigaciones con tecnología avanzada, como la red de Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés), con la cual se puede conocer el desplazamiento de las masas con precisión de milímetros.
La posibilidad de un terremoto de grandes proporciones, cuyo epicentro estaría en la Península de Nicoya, sigue en firme para científicos nacionales e internacionales, quienes aseguran que por la recurrencia de los sismos en esa zona (cada 50 años) estaríamos en el límite de tiempo de producirse un fenómeno de este tipo.
Estas afirmaciones difieren con la opinión popular de los nicoyanos, quienes sostienen que tal pronostico es incorrecto porque «no ha sucedido en mucho tiempo». Más bien, afirman que la inadecuada divulgación por parte de la prensa, ha afectado al turismo en esta región del Pacífico.
Las investigaciones del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI), con sede en la Universidad Nacional (UNA), determinaron que en esta zona de subducción de placas se da un proceso, que causará un terremoto de magnitudes superiores a los 7,5 grados en la escala internacional de Ritcher.
Sin embargo, esta información no debe asustar a la población, pues con oportunos planes de emergencias no deberían generarse graves daños materiales, ni pérdidas humanas, recalcaron.
ESTUDIOS INTERNACIONALES
Para respaldar las investigaciones, el OVSICORI inauguró el Centro de Recepción de Datos de la Red de Monitoreo Geodinámico de la Brecha Sísmica de Nicoya, con el apoyo de universidades estadounidenses y la Universidad de Tokio.
Se trata de un laboratorio establecido en el Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco, en la sede de la UNA de Nicoya (CEMEDE).
Este centro será alimentado con información proveniente de una red de sismógrafos colocada en la región, una red de estaciones de GPS, de los cuales tres se encuentran fijos, otros han rotado y se espera la instalación de 10 aparatos más. También, contará con sismógrafos que se ubicarán en pozos de más de 80 metros de profundidad, los cuales eliminarían el ruido de las actividades humanas en sus mediciones.
Melbourne dijo que las regiones donde se producen sismos en zonas de subducción se encuentran fuera de las áreas costeras de los países y eso hace muy difícil y costoso su estudio.
Explicó que estudiar las zonas de choques de placas es fundamental porque ahí se libera el 90% de la energía sísmica del planeta.
En 1997 se realizó en Hawaii una reunión dedicada a ubicar en el mundo sitios aptos para realizar este estudio y los dos seleccionados fueron la Península de Nicoya y Nankai en Japón.
Melbourne agregó que, de esta manera, comienza a construirse una red para analizar las deformaciones de la península por las fuerzas que ejercen las placas, e incluso se detectó el primer sismo lento o silencioso en toda Centroamérica.
Estos sismos consisten en desplazamientos de masas de corteza, pero de una manera tan lenta que no libera la energía de golpe como lo hacen los otros movimientos sismicos.
El científico advirtió que el ser humano se ha aglomerado en ciudades cerca de fallas que lo colocan en situación de vulnerabilidad. Explicó que esto sucede en la mitad de las ciudades más pobladas del mundo.
El profesor invitado concluyó que Nicoya es el lugar ideal por la cercanía al proceso de subducción y la existencia de un equipo de investigación e infraestructura desarrollada.
Otro ejemplo del interés internacional, es el caso del geofísico japonés Tanaka Tatsukichi, presidente de OYO International Corporation, quien vino a Costa Rica a reunirse con los especialistas del OVSICORI y la Red Sismológica Nacional para hablar del por qué se produjeron efectos tan desastrosos con el reciente sismo y consecuente maremoto en Indonesia, dejando un saldo de 225 mil personas muertas.
BRECHA SÍSMICA
Víctor González y Marino Protti del OVSICORI han trabajado el concepto de brecha sísmica en la península ante la posibilidad de que se produzca un fuerte terremoto.
La brecha sísmica es una región, a lo largo de los límites de la placas, que desde hace décadas no ha experimentado sismos importantes y, por lo tanto, se analiza su potencial futuro.
Es el caso de la península de Nicoya, donde se registran terremotos superiores a los 7 grados en la escala de Richter en 1853, 1900 y 1950, con una recurrencia promedio de 50 años entre sí, explicó Protti.
Lo anterior sucede porque la interacción de las placas de Cocos y Caribe se sitúa debajo de la península, pero en condiciones diferentes al resto del proceso de subducción en el pacífico centroamericano.
Por medio de la red GPS, se ha descubierto que la placa Cocos entra por debajo de la Caribe unos 80 milímetros por año; sin embargo, la península no reacciona de la misma manera, agregó el especialista.
Por la formación geológica, Nicoya «bloquea» el avance de la placa Cocos y eso hace que ésta se desplace 30 milímetros por año en dirección hacia el noreste; además se produce un hundimiento del terreno cercano a los 30 milímetros por el arrastre de la placa.
Los estudios indican que cada 50 años la península «rebota» para volver a su posición habitual y comenzar de nuevo el proceso. Justo en ese momento, se produciría un sismo entre 7,5 y 7,7 grados y se recuperarían más de 100 metros en algunas costas.
El proceso se ve claramente en la playa Guiones donde el límite de la marea llega prácticamente a la altura de la calle y las casas. Según explicó Protti, en 1970 se construyó una pequeña pista de aviones cerca de la orilla de la playa que ya fue consumida por el mar.
REDUCIR LA VULNERABILIDAD
Alexánder López, director del CEMEDE, dijo en una reciente conferencia inaugural que los desastres tienen un componente natural y otro social.
El natural son las amenazas como los temblores, las inundaciones o los huracanes, por mencionar algunos. Pero el social, son las condiciones del desarrollo de los pueblos que permitan prevenir los desastres.
El director mencionó el caso de Bagladesh que tiene mayores pérdidas de vidas humanas y materiales en comparación con aquellos fenómenos de mayor magnitud en países desarrollados, donde el efecto en la población es mínimo.
Para mitigar el riesgo, López propone un adecuado planeamiento nacional y regional fortalecido por una participación local, especialmente de los pueblos más vulnerables.
Concluyó que los países más golpeados de la región centroamericana son a la vez los más pobres. De 1972 al 2002 en Costa Rica murieron 132 personas por desastres naturales, mientras que en Honduras y Nicaragua la cifra de muertes superó los 14 mil habitantes.
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