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Después de 15 años de conflictos legales y administrativos, el hotel Las Palmas -en el Refugio Gandoca-Manzanillo- continúa en la palestra.
En esta fotografía aérea se aprecia parte del polémico complejo hotelero Las Palmas, en Punta Uva de Limón (foto: E. Ramírez)
Mientras el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) tienen proyectado convertir el hotel Las Palmas -en Punta Uva de Limón- en una escuela de hotelería, el empresario checo y con pasaporte alemán Jan Kalina aseguró que no hay planes para desalojarlo y menos para demolerlo, como lo ordena una resolución judicial.
Dicho hotel y el ahora expropietario están envueltos desde 1989 en un conflicto legal, debido a los daños que se le infligieron al entorno ambiental durante su construcción, lo cual generó una lucha entre el empresario y sectores ecologistas que buscan proteger el Refugio de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo.
Ese enfrentamiento sirvió de tema a la novela «La Loca de Gandoca», de la escritora nacional Ana Cristina Rossi, quien hace algunos meses anunció su retiro de esta pelea que se mantiene sin resolver, tras alegar amenazas contra su vida e incapacidad estatal para defender el ambiente del lugar.
Cabe recordar que en esa época se acusó al hotelero por rellenar un pantano, usar palmeras en la zona pública como postes de luz, nivelar la playa con un tractor, construir un canal entre el mar y un pantano, remover mojones oficiales, y otros.
Dentro del ir y venir de cartas y ordenanzas administrativas o judiciales del mencionado caso, el pasado 16 de febrero el MINAE hizo llegar una intimación (exigencia) a Kalina, para que de conformidad con una resolución del 28 de abril del 2004 de la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia, proceda a desalojar aquel inmueble en un plazo máximo de 45 días naturales.
La Sala Primera también ratificó la cancelación del permiso de uso que gozaba el hotelero, para operar las instalaciones de hospedaje turístico, y ordenó restituir el lugar al estado en que se encontraba antes de obtener el permiso en 1990.
Ya el MINAE le había dado el 30 de julio pasado, un plazo de seis meses para que efectuara la desocupación y demolición de obras.
Consultado Kalina por UNIVERSIDAD el pasado 13 de mayo, dijo que desde hace muchos años Las Palmas había cumplido con las restauraciones ambientales que determinaron las instancias administrativas y que por lo tanto no procede el desalojo, y menos la demolición.
Atribuyó a interpretaciones erróneas y antojadizas del jerarca del MINAE -Rodríguez-, los intentos por despojarlos del hotel, del cual dice no ser dueño ni apoderado.
Kalina en el 2000 firmó junto con su esposa Christine -en condición de «apoderados generalísimos sin límite de suma» del Complejo Turístico Punta Uva S.A-, un «convenio de cesión de derecho de concesión y compra venta del hotel Las Palmas» en favor de Hotel las Palmas Punta Uva S.A., sociedad que pasó a ser la titular del derecho de concesión del terreno donde se ubica ese hospedaje y dueña de sus instalaciones.
¿HOTEL-ESCUELA?
En vista de la aparente inmediatez en la ejecución de la orden de desalojo y demolición del hotel Las Palmas, la junta directiva del ICT tomó en febrero pasado un acuerdo para solicitarle al MINAE «que no se ordene el derribo de las instalaciones hoteleras construidas en el Refugio de Fauna Silvestre Gandoca-Manzanillo, por considerarse técnicamente que el daño ecológico es irreversible y por el faltante de habitaciones que hay en el lugar».
Asimismo, solicitó la renovación del «permiso de uso en materia turística al Hotel Suerre» (contiguo a Las Palmas), y que «se le proporcione al ICT el edificio del Hotel Las Palmas para desarrollar un hotel-escuela, ya que la Institución ve en esa zona un gran potencial para el desarrollo turístico».
Estas iniciativas fueron denunciadas y criticadas por María Elena Fournier -del Foro Popular Ambiental-, quien exigió desistir de esta idea, ya que «el ICT ha demostrado que para ellos las áreas silvestres protegidas solo son un buen negocio, y por eso pone en riesgo el patrimonio natural de los y las costarricenses».
Interrogado el ministro del ICT -Rodrigo Castro- acerca del acuerdo de la junta directiva, explicó que demoler el hotel Las Palmas sería agravar más el daño ambiental y social, en vista de que los impactos no pueden ser revertidos.
Por eso, les pareció una buena idea convertirlo en un hotel-escuela, sin importar si la escritura pasa a manos del ICT, del MINAE o del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). Este tipo de capacitación hace mucha falta en la provincia de Limón, puntualizó.
Rechazó la posibilidad de que se le tuviera que pagar algún tipo de indemnización a Kalina, si se decidiera hacer el citado traspaso del hotel.
En relación con la solicitud para que se le renueve el permiso de uso al hotel Suerre, lo justificó porque si bien esta edificación se encuentra contigua a Las Palmas, sus dueños no son los que han incumplido con la legislación nacional.
Por su parte, el ministro Carlos Manuel Rodríguez dijo que aunque no ha respondido a la gestión planteada por el ICT, el plan del MINAE es no derribar el hotel y quedarse con esas edificaciones. «En el MINAE tenemos toda la competencia para decidir -de acuerdo con lo que establezca la Procuraduría- qué vamos a hacer con esa infraestructura, que está dentro del Refugio, en una zona del Estado».
Detalló que desalojarán Las Palmas y el MINAE entrará en posesión del inmueble, para desarrollar junto con el ICT y el INA, una escuela de turismo para la zona.
Rodríguez ratificó que Kalina no recibirá indemnización, en razón de que la concesión de ese terreno (4.2 hectáreas) y el permiso para construir estaba sujetos a que cumpliera con la normativa legal del país, por lo que al incumplirla perdió sus derechos.
El funcionario negó que alguna resolución hable de demoler, sino que se le cancela la concesión y debe volver las cosas a su estado inicial, aunque sí derribarán obras en caso de que se encuentren sobre áreas de dominio público.
¿DEMOLER O NO DEMOLER…?
A pesar de que el ministro Rodríguez rechazó que alguna resolución se refiera a demoler el hotel, en un documento que le envió el 26 de octubre del 2004 el abogado Walter Coto Molina -en su condición de apoderado especial administrativo de Hotel Las Palmas Punta Uva S.A.- le pide no ejecutar el derribo.
«¿Será realmente de interés general introducir maquinaria en el área donde se otorgó el permiso de uso, destinada a barrer literalmente edificaciones y hoteles, como el Hotel Las Palmas Punta Uva S.A. cuya mayoría de instalaciones fueron construidas por el Complejo Turístico Punta Uva S.A. antes del permiso de uso dado en julio de 1990, hotel que hoy genera empleo y miles de turistas a la zona, además de destruir naturaleza regenerada provocando daños e impactos en el ambiente que los que pudieron haberse causado en el pasado?», preguntó Coto Molina al Ministro.
Jan Kalina insistió en que desde hace ocho años cumplió con la orden que le había dado un tribunal judicial, de restituir los daños causados a la naturaleza, y que la exigencia de desalojar el hotel no es más que «una fantasía del señor ministro, ya que el Complejo Turístico Punta Uva no tiene nada allí».
Desestimó los planes de convertir el hotel en escuela de turismo, pues en su criterio despojarlos de esa propiedad sería como un robo por parte del Estado. «Yo estoy seguro de que esto no puede ocurrir en un país democrático».
Kalina se mostró seguro de que las autoridades gubernamentales no lograrán quedarse con Las Palmas, ya que sería despojar a un grupo de inversionistas extranjeros y ello traería consecuencias y descrédito para el país.
Para su esposa Christine, «queda claro que Jan no es muy querido en el MINAE, pero sí por muchos pobladores y empresarios de la zona de Limón por la gran colaboración que ha brindado para tratar de sacar adelante la zona caribeña».
Ella sostiene que gracias a este aprecio, en los últimos diez años a su esposo lo han nombrado ad honorem en tres diferentes concejos municipales de Talamanca como coordinador de obras, así como asesor de varios diputados.
Las simpatías por Kalina podrían ser lo que llevó a la Municipalidad de Talamanca a entrar en una confrontación con el MINAE, por la competencia que cada una aduce tener sobre los permisos de uso y el cobro de algunos cánones en el Refugio Gandoca-Manzanillo.
Es así como en una carta del 27 de enero dirigida a Raúl Solórzano -director del Sistema Nacional de Áreas de Conservación del MINAE-, le indicó que ese ayuntamiento «está decidido a hacer valer sus acuerdos y que usará todos los recursos y medios disponibles para hacer efectiva su tutela, control y administración de la Zona Marítimo Terrestre comprendida desde la desembocadura del río Cocles hasta la localidad de Manzanillo».
Posteriormente, en otra misiva del 17 de marzo, dicen: «Se ordena al MINAE y al Comité Zonal de Manzanillo abstenerse de continuar con las actividades de cobro de cánones e impuestos sobre bienes inmuebles y otorgamiento de permisos de uso de suelo en la zona territorial mencionada…».
Fue dentro de esas alegadas potestades, que la Municipalidad de Talamanca otorgó el anterior 31 de marzo un permiso de uso de suelo «a la Sociedad Hotel Punta Uva S.A.» y su hotel Las Palmas.
En vista de lo descrito, el conflicto por el hotel Las Palmas continuará por mucho tiempo más y si la escritora Ana Cristina Rossi se decidiera, probablemente podría escribir: La Loca de Gandoca, segunda parte.
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