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Se impulsa proyecto para que la carreta costarricense se incorpore al Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO
Las carretas de Costa Rica tienen peculiaridades como la forma de pintarlas.
Sustentado en un estudio que aborda el tema a profundidad y desde diversas perspectivas, el Ministerio de Cultura solicitó a la UNESCO que «el boyeo» y la carreta costarricenses sean declarados Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.
Amalia Chaverri, Viceministra de Cultura, explicó a UNIVERSIDAD que el proceso comenzó a finales de 2003 y que tras el amplio informe coordinado por Cecilia Dobles, existen altas probabilidades de que el dictamen de los expertos de la UNESCO sea favorable, con lo cual el «boyeo y la carreta» nacionales adquirirían una dimensión universal.
La defensa del Patrimonio Cultural Intangible es una iniciativa de la UNESCO, que a la vez tiene que recibir una aprobación en los distintos países. En Costa Rica la Asamblea Legislativa, si bien tiene en agenda el tema, el convenio aún no ha sido ratificado.
Chaverri detalló que la primera etapa, que implicó la obtención de $15.000, (¢7 millones al tipo de cambio actual), ya fue superada por Costa Rica y que tras el informe de Trejos, que contó con la colaboración de Carmen Murillo y Giselle Chang, entre otros, de la Universidad de Costa Rica, hay un ambiente favorable para que el proyecto reciba un dictamen positivo.
La investigación sobre el «boyeo» y la carreta abarcan temas como el aporte de la carreta en el desarrollo agroindustrial del país, su función como vehículo en la época de la colonia y la carreta como instrumento de transporte en los comienzos del café en Costa Rica.
De igual manera el estudio abarca el tipo de maderas con que se construyen las carretas, las pinturas que se elaboran en ellas, la crianza y las razas de bueyes, así como las simbologías empleadas por los boyeros.
La Viceministra expresó que tanto ella como el ministro de Cultura, Guido Sáenz, han explicado personalmente a los especialistas de la UNESCO la importancia que para Costa Rica tendrá el hecho de que «el boyeo y la carreta» sean incorporados al Patrimonio Intangible.
El informe preparado por Dobles y su grupo ya recibió la primera revisión por parte de la UNESCO, entidad que solicitó cambios de forma, pero no de fondo, dijo Chaverri.
Además del documento escrito, el informe incluye fotografías y vídeos que muestran las diferentes facetas del «boyeo» y la carreta.
VISION INTEGRAL
Dobles destacó que se eligió el término «boyeo» y no «boyero» porque el primero implica desarrollar una visión integral respecto de esa actividad.
«Nos interesa todo el proceso relacionado con la carreta, los bueyes, la relación del boyero con ellos, la tecnología empleada y las implicaciones históricas», agregó Dobles.
Cuando surgió la posibilidad de enviar un proyecto a la UNESCO, a finales de 2003, Dobles destacó que se pensó en la opción de expresiones como los «diablitos» de Boruca, la Virgen de los Angeles, de Cartago, o la Virgen de Guadalupe, en Nicoya.
Dobles admitió que el «boyeo» y la carreta también se desarrollaron en otras partes del mundo como en Europa, Africa y América Latina, solo que en Costa Rica esa actividad se realiza con diversas singularidades.
La pintura, por ejemplo, es una de esas diferencias que marca la carreta costarricense en relación con las elaboradas en otras latitudes de Latinoamérica, como en Perú.
«Al ser Costa Rica un país pequeño, la carreta se convierte en una aguja que teje los espacios de la nacionalidad y que ayuda a su construcción desde la colonia».
Entre los estudios que han profundizado sobre el tema en el país, está el de Constantino Láscaris y Guillermo Malavassi, denominado «La carreta costarricense», el cual fue publicado por primera vez en 1975 por el Ministerio de Cultura.
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