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El nicaragüense Ernesto Cardenal y el brasileño Leonardo Boff, dos figuras prominentes de la Iglesia Católica, han sido castigados por la jerarquía eclesial, no por abusos de menores, no por estafas y relaciones ilícitas con criminales de la peor calaña, sino por pretender una acción más social por parte de la iglesia. Sancionados por el extenso papado de Juan Pablo II y por su principal asistente, el jefe de la Congregación de la Doctrina de Fe, cardenal alemán Joseph Ratzinger, hoy nuevo papa Benedicto Decimosexto.
Sus opiniones, pesimistas, sobre este nuevo reinado católico han sido difundidas internacionalmente. Reproducimos aquí algunas de ellas dadas a Alberto L. Alemán de LA PRENSA, en Nicaragua y a Radio Mitre de Buenos Aires.
¿Qué impresión tiene del nuevo Papa?
Que es fatal para la Iglesia.
En su caso, ¿tuvo alguna vez un contacto personal con el cardenal Joseph Ratzinger, recibió de parte de él una instrucción directa?
No, en absoluto no he tenido ningún contacto con él, pero él ha sido el inquisidor de la Iglesia hasta el momento de su elección y por eso considero que es fatal, que un inquisidor por primera vez en la historia de la Iglesia pase a ser Papa.
¿Qué factores cree Ud. determinaron la escogencia de este Papa?
No podemos saber nada de esta elección. Allí hay una prohibición de hacer campaña entre los cardenales. El único que pudo promoverse a sí mismo fue Ratzinger y fue el que dirigía la votación. Y fue, después del fallecimiento de Juan Pablo II, el máximo poder en la Curia (romana). En el Cónclave los cardenales tuvieron que hacer un juramento de silencio, de secreto pontificio y supongo que lo han guardado y no pueden decir qué pasó. También tenían prohibido hablarse unos a otros; de manera que si alguno estaba descontento de los procedimientos, no podía comentarlo con otro.
Eso es lo que yo miro de esa elección, se encerraron allí, anunciaron que ya había Papa y se nos ordena creer que fue escogido por el Espíritu Santo. Yo creo que podemos tener dudas al respecto.
Pero todos los Cónclaves más o menos iguales…
Sí, pero el que fue elegido ahora era el que dominaba el Cónclave. Es preocupante. En el anterior fue elegido (Karol) Wojtyla, un polaco, un extranjero que nadie pensaba que iba a salir y salió. Ahora el que dirigió el Cónclave fue el Papa.
También cuando salió Juan Pablo I, cuando salió Juan XXIII. Eran sorpresas que hubo, no estaban dirigiendo la Curia y fueron elecciones discutidas, peleadas. Yo lo que estoy diciendo es que no podemos saber cómo fue esta elección cuando el que la dirigía era Ratzinger.
¿Está de acuerdo con algunas aseveraciones de que jugó con ventaja?
Yo diría que no podemos saber cómo fue la elección. Puede haber sido robada, no lo podemos saber, porque los cardenales no lo pueden decir.
Hay grandes asuntos pendientes en la práctica de la Iglesia y en lo social. Muchos católicos están desencantados por las posiciones del Vaticano en cuanto el control de la natalidad, etc. ¿Se va a profundizar este alejamiento?
Realmente hubo un gran desencanto y eso se debió a la política pontificia de Juan Pablo II. Pero quien la promovió (y) la estimuló fue Ratzinger, su mano derecha. De manera que hay que esperar que va a seguir siendo igual o peor la política del Vaticano, la política del pontificado.
En lo personal, ¿está Ud. a favor del sacerdocio de las mujeres en la Iglesia Católica, como sucede en la Iglesia Anglicana o en algunas protestantes?
Pues… no veo por qué tenga que prohibirse.
¿Hay algún fundamento bíblico que impida el sacerdocio de las mujeres?
No, ninguno. Si Cristo no fue sacerdote, Cristo era laico.
Las Iglesias protestantes han ganado adeptos en detrimento de la católica en América Latina. ¿El proceso va a acelerarse con este nuevo papado o tiene algún chance de detenerlo?
Yo diría que se va a consolidar la política del papado anterior; incluso se va a reforzar más.
¿Cuánta influencia tuvo el cardenal Ratzinger en la actitud del Vaticano, del Papa, hacia Nicaragua cuando Ud. y otros sacerdotes fueron ministros del gobierno sandinista?
No sé en absoluto de eso. No me interesa. No lo sé.
¿Por ejemplo en la disposición de prohibirle a Ud. el ejercicio de algunas atribuciones sacerdotales, tuvo que ver algo?
No sé, pudo haber tenido, no lo sé. Esas cosas del Vaticano se manejan con mucho secreto.
¿Mantiene contacto con algunos de los teólogos de la liberación?
Sí, con algunos.
¿Con quiénes?
Con (el obispo Pedro) Casaldáliga, con (el ex sacerdote Leonardo) Boff (…) era muy amigo del (ex obispo mexicano) Sergio Méndez Arceo.
¿Cuánto coincide con ellos?
En todo coincido.
¿Será éste un papado de transición, como opinan algunos?
No podemos saberlo. Si él (Benedicto XVI) muere pronto, sería de transición; tiene bastante edad, casi la mía, 80 años. De manera que no podrá llegar a ser un papado tan prolongado como el anterior (más de 26 años).
Leonardo Boff:
«Es un hombre que no tiene misericordia»
El teólogo brasileño Leonardo Boff considera que el alemán Joseph Ratzinger es «un hombre duro y sin misericordia», y dijo que teme que tras su consagración como Papa «un inmenso infierno de hipocresía reine en la Iglesia».
Boff, a quien en su día el nuevo Pontífice le impuso el silencio como castigo, aseguró que la postura de Benedicto XVI será «la continuación radicalizada» de la línea del fallecido Juan Pablo II en contra de la utilización de preservativos y la «discriminación» de los homosexuales y los portadores del virus del sida.
Ratzinger es un hombre «sin cordialidad intelectual», con una postura «dura y a veces sin misericordia» para tratar «todo ese ámbito largo de problemas detrás de los cuales hay sufrimiento y discriminación», declaró el teólogo.
«No me gustaría que ese estilo se propagara por toda la Iglesia», apuntó.
Boff consideró que algunas de las posturas del nuevo Papa dividirán a la Iglesia. «Temo un inmenso infierno de hipocresía», señaló.
Para el teólogo, la designación de Ratzinger «produce no esperanza, sino miedo y temores de muchos sectores de la Iglesia, especialmente entre las mujeres, entre todos los que están pidiendo que se utilicen preservativos, los portadores del sida y los que son homosexuales».
Indicó asimismo que otro punto de conflicto está relacionado con los divorciados.
«Ratzinger tiene una concepción muy estrecha de la eucaristía. Se peleó con ellos, alejó a todos ellos. Esto no es ser pastor: el pastor acompaña a las personas, enjuga lágrimas, suscita esperanza», destacó.
«Hay que tener un sentido pastoral de mediación, de misericordia. La eucaristía no es para los santos y los ángeles, es para personas concretas que son pecadoras, que están abiertas a encontrarse con el Señor», añadió.
Leonardo Boff ha sido uno de los principales exponentes de la Teología de la Liberación, tendencia liberal que asumía la práctica cristiana con fuerte tinte social y que fue duramente combatida por la jerarquía de la curia romana.
El propio Ratzinger como jefe de la Congregación de la Doctrina de Fe fue responsable del silencio impuesto a Boff y a otros representantes de la Teología de la Liberación latinoamericanos durante la era de Juan Pablo II.
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