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Critica manera en que se negoció el tratado. El sector agrícola y el ambiente, son sus principales preocupaciones.
Garantizar la suficiencia y soberanía alimentaría y velar por el ambiente, es lo que demanda de la Iglesia Católica, dijo Monseñor Hugo Barrantes.
«El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Centroamérica tal y como esta planteado aumentaría la pobreza y la desigualdad social», esta es la principal conclusión a que llega el arzobispo de San José, Monseñor Hugo Barrantes, por lo que demanda una agenda complementaria, pues considera que la renegociación – a pesar de considerarlo ideal- ya no es una opción viable.
El sector agrario, los medicamentos, las garantías sociales y el ambiente, son algunas de las áreas que necesariamente deben contemplarse en dicha agenda, manifestó Barrantes, quien también criticó la manera en que se negoció este acuerdo comercial y la consecuente desinformación sobre las negociaciones.
Estas y otras inquietudes fueron presentadas por el arzobispo al presidente Abel Pacheco el pasado 23 de mayo; además, le solicitó al mandatario impulsar la agenda complementaria.
UNIVERSIDAD conversó a profundidad con Barrantes sobre la posición de la Iglesia Católica con respecto al TLC, sus dudas, temores, interrogantes y propuestas.
En la reunión que sostuvo con el presidente Pacheco, usted argumentó que el TLC le dejaba algunas interrogantes ¿Cuáles son esas interrogantes?
-Las interrogantes que hemos puesto la jerarquía de la iglesia están en el aspecto ético. Hay dos preguntas que nos hacemos ante el TLC: ¿Quiénes van a ser los beneficiados y la otra es ¿Quiénes podrían ser los sacrificados?
¿Serán muchos los perjudicados? ¿Serán pocos los beneficiados? Hay una visión economicista, no hay una visión con rostro humano, que es lo que defiende la iglesia, se podría perder la noción de una democracia social.
Según estas interrogantes, ¿Considera usted que el TLC tal y como está podría aumentar la desigualdad social?
Exacto, ya sabemos que el TLC no es más que un tratado comercial, no es nada que vaya a salvar a Costa Rica. Ver lo económico, que vamos a promover la producción y tener mucha riqueza en Costa Rica, no basta, hay que ver a quien va a llegar esa riqueza, ¿Va a seguir contribuyendo a esa brecha entre ricos y pobres? ¿Va seguir yendo a los bolsillos de los más poderosos?, o sea, ¿Es un TLC que va a producir ricos, o riqueza que se pueda distribuir?
¿Cómo se podría contrarrestar este efecto negativo del TLC?
Que tal si tenemos una agenda complementaria que precisamente sea la que venga a sanar y proteger a los que quedan en peor situación ante un TLC; ahí esta la capacidad de un país para generar leyes, la sensibilidad de los diputados. Hay que ponerse de acuerdo a favor de los pobres. Esa agenda complementaria podría hacer del TLC una realidad no tan amenazante y podría bajar la peligrosidad de muchos aspectos. Hay que evitar que siga la concentración de riqueza en Costa Rica.
Sin embargo, en México a pesar de que establecieron una agenda complementaria, tal y como la que usted plantea, para neutralizar las consecuencias del NAFTA, la pobreza aumento de un 35 a un 52%, se perdieron 1.8 millones de empleos en el sector agrícola y 600 campesinos emigran diariamente a la ciudad. Con este antecedente ¿cree que una agenda complementaría sería suficiente para evitar el aumento de la brecha social, producto del TLC?
– Tenemos que ver qué tipo de agenda complementaria. Estas poniendo un ejemplo real, en México si se crearon nuevos puestos, pero en el sector agrícola 500.000 pequeños agricultores abandonaron el campo. Sin embargo, estamos hablando de un país muy grande, donde durante muchos años estuvo el PRI (Partido Revoluionario Institucional) y parece que no existe mucha conciencia social. Te repito, todo depende de la agenda que buscamos.
¿Qué temas deberían estar contemplados en esa agenda?
Tendrían que tocarse de inmediato la situación de los campesinos para tener suficiencia y soberanía alimentaría, velar por el ambiente, no perder las garantías sociales, asegurar que va a generar un tipo de empleo que no sea elitista, proteger la pequeña y mediana empresa, tampoco queremos retroceder en educación, ni en salud.
¿Estaría de acuerdo con renegociar el tratado?
Renegociar hubiera sido el ideal para salvar estas cosas, pero, entiendo que ya hemos pasado más de la mitad del río, entonces ya tenemos el TLC ante los ojos.
Si renegociar hubiese sido lo ideal ¿Cuáles fueron los problemas de la negociación del TLC?
Nos preocupa que se negoció a pasos agigantados, se corrió mucho, había mucha premura, no hubo tiempo de ir asimilando los sectores, hay países que duran hasta 10 o 12 años negociando.
Se olvidó de que el pueblo costarricense es un pueblo inteligente y que tiene un alto grado de escolaridad, se pudo haber informado más, se pudo haber buscado medios para ir indicando los diversos pasos, yo creo que durante los pasos fue donde hubo más desinformación, quizá era durante el proceso que se debía ir informando.
Como consecuencia del TLC, el país se ha polarizado entre los que están a favor y los que están en contra ¿Qué piensa respecto a esta disyuntiva?
-Nos preocupa esta polarización, es necesario que se pueda informar al pueblo, pero en igualdad de condición, pareciera que han tenido más espacios para crear opinión los que están a favor del TLC y aquellos que ven amenazas en el TLC no han podido expresarse, habría entonces que lograr que haya talleres, encuentros, diálogos, donde puedan presentarse todas las caras del TLC.
Dialogo si, libertad de expresión si, pero todo con respeto.
Tomando en cuenta esta bipolaridad en la población ¿Qué opina de que el TLC se lleve a un referendo?
-Podría ser una solución, no conozco el aspecto técnico legal, hay que reglamentarlo, entiendo que la Sala IV ha exigido a la Asamblea que lo reglamente, yo no sé si nos ha cogido un poco tarde.
¿Comparte la decisión del presidente Pacheco de no enviar el TLC a la corriente legislativa?
Nosotros le estamos diciendo al presidente que antes de enviarlo lo examine bien, él dijo que si va a perjudicar a los pobres no lo va a enviar; nosotros le presentamos nuestros puntos, esto que le digo, de que si va a favorecer un desarrollo con rostro humano, no para acrecentar la brecha, sino para levantar a los marginados, él dijo que aceptaba la propuesta. Le dijimos: examine este TLC, si lo que va a traer es pobreza entonces no es correcto, le decimos también a la Asamblea Legislativa: a ustedes que son los que les va a tocar revisar este tratado, vean también lo mismo, lo ético ¿Si produce desarrollo solidario?
De llegar a aprobarse el tratado, este pasaría a la Sala IV para ver si hay elementos que van contra la constitución, pues algunos dicen que el TLC va en contra de la propia carta magna.
A diferencia de la Iglesia Católica costarricense, en Honduras el cardenal Oscar Rodríguez se ha opuesto de manera tajante al TLC ¿A que atribuye tal diferencia?
– Él lo ha hecho en su contexto de Honduras, que es otro país, con todo respeto a los hermanos centroamericanos, pero los que han firmado se han apresurado porque no tienen mucho que perder, son países empobrecidos, donde hay un montón de cosas que ya se privatizaron, Monseñor (Oscar Rodríguez) ha sido valiente, él lo ve desde su óptica. La razón de nosotros de ponernos alerta, es más bien de no perder un montón de cosas que ya hemos conquistado.
Hace pocas semanas la Iglesia Luterana se pronunció en contra del TLC, su principal preocupación es el aumento del costo de las medicinas, pues ya no se permitiría adquirir de manera inmediata los medicamentos genéricos ¿Cuál es su posición al respecto?
– Ahora nos explican que lo de los genéricos no es una amenaza tan grande, por el hecho de que lo que ya está aprobado, está aprobado, serían los nuevos. Sin embargo, el acceso a la salud no se puede poner en duda, eso se podría prevenir con la agenda complementaria.
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