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Debe haber un cambio de escenario y de gente que representa al país
Julián Pérez, de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto dijo a UNIVERSIDAD que fueron los movimientos de la ultra derecha los que generaron incertidumbre en el país y pusieron en primer plano la renuncia del presidente.
Managua, Nicaragua. Los llamados «movimientos sociales» bolivianos han desempeñado un importante papel en las luchas políticas recientes del país, que obligaron a los presidentes Gonzalo Sánchez de Losada y Carlos Mesa a renunciar a sus cargos.
Entre esos movimientos, los que se organizaron en la localidad de El Alto, en la ciudad de La Paz, la capital administrativa de Bolivia, fueron probablemente los más relevantes.
«Universidad» conversó en Julián Pérez, de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto durante una reunión celebrada en Managua, promovida por el Tribunal Centroamericano del Agua.
Pérez se refirió al panorama político actual en Bolivia, donde se sigue buscando una alternativa para elegir un nuevo gobierno y una asamblea constituyente.
El actual presidente, Eduardo Rodríguez, nombrado por un período de seis meses luego de la renuncia de Mesa, declaró que espera que el congreso llegue a un acuerdo para modificar la constitución, permitiendo realizar las elecciones en ese plazo, pues no quiere aceptar una prórroga de su mandato hasta el 2007, como lo proponen sectores de la izquierda.
El acuerdo, sin embargo, no será fácil, como lo ha demostrado el debate del congreso, la semana pasada. Por ahora, Rodríguez puso en vigencia la nueva ley de hidrocarburos, que aumenta del 32 a 50% los impuestos, que deben pagar las empresas que explotan el gas boliviano, en medio de un panorama político confuso.
En Bolivia se habla de la posibilidad de la formación de un frente amplio antineoliberal integrado por fuerzas progresistas, organizaciones populares y pueblos indígenas, una posibilidad que estaría siendo negociada por el líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, y el alcalde de La Paz y jefe del Movimiento sin Miedo (MSM), Juan del Granado.
Julián Pérez nos dio sus puntos de vista sobre la situación y no descartó que los movimientos sociales presenten sus propios candidatos a los próximos comisiones presidenciales.
En su opinión, ¿los movimientos sociales lograron sus objetivos con las movilizaciones de meses recientes en Bolivia?
Los movimientos sociales buscaban dos objetivos: la nacionalización de los hidrocarburos, del gas, y la convocatoria a una asamblea constituyente. Había un tercer punto, que es el tema del agua, y la salida de la compañía Suez, que prestaba el servicio en La Paz y El Alto.
Fueron tres semanas de movilización, pero los movimientos sociales no lograron lo que querían con la salida del presidente Carlos Mesa. Fueron los movimientos de la ultra derecha los que generaron incertidumbre en el país y pusieron en primer plano la renuncia del presidente, algo que los movimientos sociales no estaban pidiendo.
Carlos Mesa renuncia, dando paso al actual presidente Eduardo Rodríguez.
¿Qué buscan los movimientos sociales ahora?
Que se haga efectiva la agenda de octubre del 2003, producto de la «guerra del gas» y que llevó a la salida del presidente Sánchez de Losada.
Se quiere que se aplique esa agenda, cuyos puntos principales son el tema de los hidrocarburos y la constituyente. El presidente podría convocar solo a nuevas elecciones, pero nosotros creemos que se debería avanzar en esos dos temas y no dejarlos para el próximo gobierno.
Hay cierto consenso de movimientos sociales en buscar estas dos demandas, contrariamente a lo que persigue la oligarquía cruceña que pide autonomía de las regiones, porque tienen parte de los hidrocarburos en la provincia de Santa Cruz.
Sobre esa autonomía, todos estamos de acuerdo. La diferencia es saber en qué condiciones se haría eso. Esto está muy vinculado al tema de la obtención de los recursos naturales y la distribución de esos beneficios.
Los movimientos sociales de occidente aspiran a una distribución equitativa de los recursos, que las ganancias de los hidrocarburos se distribuyan entre todos.
¿Qué falta para la convocatoria de las elecciones?
El actual presidente debe convocar a elecciones en seis meses para elegir a su sucesor y una nueva asamblea legislativa. Los parlamentarios tendrían que renunciara antes de fijar fecha para las elecciones, pero aun no está decidida la renuncia del Congreso.
Hay mucha presión porque los parlamentarios no han respondido a los intereses de la ciudadanía. Por esa presión, se espera que renuncien en los próximos días.
¿Cómo se dibuja el panorama electoral de cara a los próximos comicios?
En este momento los posibles candidatos son Evo Morales, del Movimiento al socialismo (MAS), que es actualmente la primera fuerza política del país, y representantes de la derecha, como el cementero Samuel Doria (MIR) y el expresidente Jorge Quiroga.
Quiroga está tratando de armar una coalición popular que lo apoye y Doria está armando su propia coalición ciudadana. Pero, si las elecciones fueron hoy, el MAS sería el favorito.
En la situación actual, Evo Morales podría tener mas de 50% de representación parlamentaria que, junto con los de los movimientos sociales, podría ser aun mucho mayor.
¿Cuál es la posición de los «movimientos sociales» frente a las elecciones?
Los movimientos sociales son bastante democráticos. Yo creo que podrían presentar una alternativa; también lo podrían hacer los movimientos campesinos.
Debe haber un cambio de escenario y de gente que representa al país. Hay un cierto liderazgo ganado por al Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto que está tratando de agrupar, en función de sus demandas, a los otros movimientos sociales.
¿No apoyarían a Evo Morales?
Nosotros tuvimos mucha esperanza en Evo Morales, pero él se desmarcó de los movimiento sociales. El MAS ha estado haciendo «buena letra» con la embajada norteamericana, con el objetivo de llegar a la presidencia. Pienso que está haciendo todo para llegar a presidente, convenciendo a la embajada, a la derecha y también a la izquierda. Evo Morales, está un paso atrás de los movimientos sociales, nunca pidió la nacionalización de los hidrocarburos, quería un aumento de los impuestos, pero los movimientos pedían la nacionalización.
Entonces los movimientos podrían nombrar a su propio candidato, como Felipe Quispe (El malku), o algún dirigente de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto, bajo la lógica de los movimientos sociales. Pero, en este momento, no hay una propuesta, sino solo gente con bastante base social, pero que no ha entrado aun en campaña.
¿Cuál será el papel de los movimientos sociales en el futuro?
El futuro será, principalmente, de los movimientos sociales. La gente de base: los campesinos, indígenas, mineros, cocaleros, van a tener una mayor presencia en el parlamento. Los partidos tradicionales se van a ver afectados en estas elecciones y, en algunos casos, como los de Acción Democrática Nacionalista (ADN), del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) o el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), pueden desaparecer.
Uno de los temas que provocó mayores protestas en El Alto fue el de la privatización del agua. ¿Qué ha pasado con esta lucha?
E 12 enero pasado el gobierno emitió un decreto poniendo fin a la concesión que se había otorgado a Aguas de Ilimany, subsidiaria de la empresa francesa Suez.
Ahora se discute cuánto se debe devolver a la Suez. Ellos quieren un monto fijo, producto de supuestas inversiones que estiman en unos $50 millones. Nosotros creemos que esos $50 millones no los han invertido en su totalidad y exigimos una auditoría para determinar el monto. Pero ellos no quieren.
El movimiento social busca que se implemente una empresa de carácter público, social. Los gobiernos de La Paz y El Alto pretenden que sea una empresa mixta, pública y privada. Lo que está en discusión es cuál va a ser el modelo de gestión que entraría a reemplazar la trasnacional Suez.
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