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La Editorial Costa Rica superará escollos, afirman directivo y gerente.
uan Carlos Santamaría, nuevo gerente de la Editorial Costa Rica, y Claudio Monge, presidente del Consejo Directivo, aseguraron ante UNIVERSIDAD que dentro de seis meses se verán los frutos de su gestión.
Con promesas de cambio y modernización Juan Carlos Santamaría asumió la gerencia de la Editorial Costa Rica (ECR), quien aseguró a UNIVERSIDAD que pondrá al servicio de la institución su experiencia en el mercado editorial privado.
Santamaría toma el rumbo del timón en sustitución de Habib Succar, quien fue destituido del cargo después de un proceso de administración que recomendó al Consejo Directivo su destitución.
Además, los cambios en la ECR incluyen el nombramiento de cinco nuevo miembros del Consejo Directivo y la elección de Claudio Monge como presidente del mismo.
Este semanario conversó con Santamaría y Monge acerca de esta nueva fase en la vida en el quehacer de la ECR, el balance y los retos que señalan como retos para sacar a la organización del bache en el que se encuentra actualmente.
GERENCIA DE PUERTAS ABIERTAS
Con un mes de estar al frente de la editorial, Juan Carlos Santamaría manifestó a UNIVERSIDAD que concursó por este puesto porque consideró que poseía el conocimiento académico en las áreas de la economía y legal y una amplia experiencia en el sector editorial privado; así como un gran cariño por la ECR.
Hasta hace poco tiempo Santamaría estuvo vinculado a Ediciones Iberoamericanas y una empresa personal de consultoría en el campo empresarial.
Santamaría aseguró que la ECR es un reto en su carrera profesional y que considera que él tiene algo que aportar y coadyuvar en el proceso de modernización.
El nuevo gerente reconoció que cuando fue recibido por los directivos de la ECR desconocía los problemas que vivía la editorial en ese momento, «por decirlo así, llegué virgen a esa entrevista», ilustró. «Vengo ajeno de los problemas que tenía la editorial», agregó.
Santamaría es graduado en economía en la UCR, con una maestría de la Universidad Autónoma de Centroamérica en administración industrial y un bachillerato en derecho otorgado por la Universidad Metodista. Desde 1993 se ha desempeñado en cargos gerenciales en empresas privadas.
Aunque destacó que lleva pocas semanas en la editorial apuntó que en medio de la globalización y un posible Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, una tarea fundamental es rescatar la institución porque pertenece al patrimonio de los costarricenses.
Según Santamaría, «lo primero es organizarnos en casa, establecer prioridades y volver a encauzar los recursos al cumplimiento de nuestra misión. Tenemos problemas presupuestarios, requerimos un mayor liderazgo de nuestros empleados, hemos pasado ciclos adversos, ha habido descuidos en las partes financiera y operativa. En algún momento se perdió su rumbo y estamos tratando de recobrarlo, especialmente este nuevo directorio tiene muy claro hacia donde va», acotó.
Otras de las metas que planteó el gerente ante UNIVERSIDAD es mantener gran austeridad y racionalización del gasto y sobre todo fortalecer la relación con los autores. «Queremos que ellos se sientan partícipes de la ECR, sabemos que tienen algo que decir, Esta será una gerencia de puertas abiertas con los creadores».
UN SANO EQUILIBRIO
A criterio de Santamaría, su escogencia respondió a una intención del directorio de buscar el equilibrio entre la amplia experiencia y conocimiento de los directivos del mundo literario y una gerencia propositiva y neutral ante lo vivido en el período anterior que se caracterizó por el pulso de poderes que enfrentó al pasado gerente y los representantes del anterior directorio.
Haremos una cirugía que dará frutos a tres meses, porque aunque esta es una organización sin fines de lucro, esto no significa que tenemos que perder. Esto beneficiará en primera instancia a los autores, que son nuestros principales proveedores. Es nuestro propósito que ellos vivan dignamente del fruto de su creación, señaló
«Tenemos claro que no lo haremos solos. Nuestra relación con la empresa privada debe ser estrecha para aprovechar las plataformas y de los mercados cautivos que tienen. No pretendemos reñir con los empresarios, sino ser un representante de los intereses de los autores, de acuerdo a las posibilidades que le otorgue la ley pública». En este cambio de visión «ya no hablamos de ventas, sino de servicio al cliente».
No obstante, manifestó, «requerimos capacitación del personal, un buen servicio al cliente, sistemas de información y una actualización tecnológica». En este período que inició Santamaría enfatizó que se concentrarán los esfuerzos en la producción de libros y promoción de autores. Aquellos sectores a los que no lleguen la iniciativa privada se cubrirán con los beneficios que se obtengan tras esta reestructuración gerencial, prosiguió. Uno de los planes es vaciar la bodegas de la editorial, que actualmente representan más de ¢100 millones . Mediante una estrategia de precios, prácticamente al costo. Algunos libros no han rotado por malas decisiones de la gerencia, algunos sin rotación en tres años. Queremos cero bodegas, cumplirán con el objetivo de cero bodegas, subrayó Santamaría.
«Ejerceré una gerencia creativa pero no impositiva», concluyó Juan Carlos Santamaría.
No es la misma historia
UNIVERSIDAD cuestionó a Juan Carlos Santamaría y a Claudio Monge respecto a las promesas de rescate y fortalecimiento de la Editorial, mismos propósitos que anteriores administraciones que nunca llegaron a buen puerto. Por el contrario, una y otra vez el barco ha naufragado en medio de rencillas del sector editorial estatal, el manejo feudal de la institución y acusaciones de privilegios para unos autores en detrimento de otros.
» Eso es cierto, pero en este momento, la coyuntura histórica es otra. Pero además hay un consejo directivo tiene un estilo de trabajo diferente. Sin calificar a los anteriores, puedo decir con claridad que han sido pasivos, receptores, que perdieron inclusive su rol de jerarcas de la institución. Olvidaron, algo que es gravísimo y que tal vez por eso se cometieron tantos errores aquí, que fue el máximo jerarca de esta institución es la Asamblea de Autores, la cual fue desconvocada y confundida, traslapada».
Actualmente de nuevo miembros del Consejo Directivo cinco fueron nombrados recientemente y Monge como presidente ante la renuncia de Alegría Lores Lares al cargo.
«Algo es clarísimo, se acabaron las torerías, los privilegios. En tiempos pasados se publicaban libros de amigos, y muchos autores nuevos ni siquiera fueron atendidos. La comisión de dictámenes trabajaba con potestades de imperio para decidir quien si y quien no.
Eso lo hemos modificado utilizando criterios profesionales y nos hemos dicho cosas muy duras, sin pelos en la lengua, señalando con fundamentos y pruebas», aseveró el presidente.
Monge apoyó a Santamaría al expresar que la editorial ha tenido problemas históricos de mercadeo y distribución, una gran carencia de recursos para promoción, retraso tecnológico.
Por eso en la Asociación de Autores designamos a gente sin miedo de meter el bisturí hasta donde sea necesario y sin miedo a nadie porque aquí se practica un estilo administrativo que inducía al temor a mucha gente».
«No podemos hablar de dos bandos, pero si de dos estilos. El Consejo Directivo no coadministra. Antes las vacas sagradas entraban a la oficina del gerente y le decían al gerente lo que había que hacer o iban por las oficinas dando órdenes a los empleados. Estamos para fijar políticas de la ECR».
«Hay gente que es vaca sagrada y lo es. Si aquí había un corral donde mugían las vacas que comían más pasto, ya no existe».
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