Los conceptos manifestados por la señora Zücher en contra de los medios de la UCR, para mí, son decepcionantes. Decepcionantes porque muchos años atrás tuve la oportunidad de coincidir con ella en algunas actividades sociopolíticas.
En éstas al oir las intervenciones de doña Joyce la considere una persona de criterio ampliamente democrático y de pensamiento realista y objetivo, incapaz de obnubilizarse ni ideológica ni políticamente hasta el punto de tomarse la libertad  de formular absurdas denuncias y dar recomendaciones a la señora Rectora de la autónoma Universidad de Costa Rica, para que se corrija, según ella el: «tratamiento sesgado dado a algunos temas de mayor trascendencia para la vida del país».
Difiero profundamente de la señora Zücher en cuanto a «lo sesgado» del tratamiento que los medios de la Universidad de Costa Rica dan a los trascendentales temas nacionales.
Puedo afirmar con toda seguridad que si hay medios pluralistas, objetivos, con información veraz y bien fundamentados, tanto en lo sociopolítico como en lo cultural y científico, son los de la UCR. Debemos añadir a estos atributos informativos, el hecho de que las páginas de dichos medios están siempre democráticamente abiertas para las personas que quieran manifestar libre y respetuosamente diferentes opiniones o tópicos sobre diversos temas.
 
 
Rechazo enfáticamente la apreciación de la señorita Conejo de que los medios de la Universidad ofrezcan mensajes de repudio a los partidos políticos y colaboren a crear una inestabilidad política. Es inaceptable la aseveración de que dichos medios estén incitando a la «subversión».
Creo que esta serie de tergiversasiones de la verdad, sobre la encomiable  información de los medios universitarios, deberían tomarse como una advertencia que nos lleve a pensar sobre hasta donde se respetarán la libertad de prensa, la libertad de diferir, de opinar, de aceptar o rechazar, etc. en caso de tener un gobierno liberacionista.
Y para terminar quisiera manifestar  que si para mí fueron decepcionantes las aseveraciones de la señora Zücher, las de la señorita Conejo, representante de la juventud liberacionista, son sumamente perocupantes por tratarse de gente jóven que es el futuro de este democratico país.
En vista de una probable amenaza a la libertad, me parece que los más sensato sería que los candidatos a la presidencia de la República, de los numerosos partidos políticos,  optaran por formar una fuerte coalición que nulificara el amenazante peligro.
Termino con el sabio pensamiento de la esclarecida y respetada doctora Hilda Chen Apuy:  » El deber de la Universidad es crear conciencia».