Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Países aprueban una entidad regional energética para explotar sus propios recursos.
Hugo Chávez acaparó la atención de todos los sectores durante la reunión de mandatarios de la región andina.
Seguida habitualmente de lejos por la prensa, la reunión de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) la semana pasada, en Lima, despertó esta vez comentarios diversos y una atención inusitada para este tipo de reuniones.
Es el contexto político regional el que le dio una proyección amplia a la cita que reunió a los presidentes Alejandro Toledo, del país anfitrión; de Colombia, Álvaro Uribe; de Venezuela, Hugo Chávez; de Ecuador, Alfredo Palacio; y al canciller de Bolivia, Armando Loaiza, ya que el mandatario Eduardo Rodríguez no pudo asistir.
A la cita se sumaron delegados del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), al igual que Chile, Panamá, y México, como observadores, lo que le dio al encuentro un carácter mas amplio, que «marca un avance en términos de la convergencia», según el diario peruano El Comercio.
PETROANDINA
Al finalizar la cumbre Chávez –que asumió el 21 de julio la presidencia pro témpore de la CAN-destacó la urgencia de establecer una agenda energética andina en el ámbito de la integración suramericana y señaló que su país tiene gas y petróleo para abastecer a América Latina durante los próximos 100 años.
Los mandatarios señalaron que esta propuesta responde al potencial energético representado por los yacimientos de petróleo, carbón y gas, así como a las fuentes hídricas, eólicas y solares de la región.
En las próximas semanas los ministros andinos de energía se reunirán para estudiar cómo llevar a la práctica y compartir una alianza energética. Además, analizarán las propuestas presentadas en Lima, entre ellas la venezolana de crear Petroandina, «un proyecto de integración energética de la América andina y bolivariana», en palabras del presidente venezolano.
En el Acta de Lima, los mandatarios se comprometieron a analizar la creación de esa empresa, una entidad regional energética mediante la cual podrán explotar sus propios recursos. «Petroandina será una realidad. Garantizará la energía de calidad al más bajo costo posible para el desarrollo integral de sus pueblos», dijo Chávez.
También fue recibida con interés la iniciativa de Brasil, Argentina y Perú para impulsar la construcción de un gasoducto con una inversión de al menos otros $2.500 millones.
En el marco de esa integración energética, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva anunció que su país construirá, junto con Venezuela, una refinería en Recife, en el nordeste, con una inversión de $2.500 millones. La nueva refinería va a procesar entre 200 y 250 mil barriles díarios de petróleo pesado, y se espera genere unos diez mil empleos en la fase de construcción que durará dos años.
TELESUR
En cuanto a las comunicaciones, la CAN firmó con la empresa de televisión TELESUR, de reciente creación, una carta de intenciones orientada a promover un proceso de colaboración.
En el documento los presidentes destacaron la necesidad de contar con un medio idóneo de alcance continental y mundial para difundir las realidades de sus países, sus enormes potencialidades económicas, su riqueza cultural y sus atractivos turísticos.
Con la participación de Argentina, Cuba, Brasil y Uruguay, se creó en Venezuela un proyecto que verá la luz el próximo 24 de julio, cuando se celebre los 222 años del natalicio de Simón Bolívar.
Con el lema «Nuestro Norte es el Sur», TELESUR emitirá 24 horas diarias en español, con subtítulos en portugués para la audiencia brasileña, con una programación centrada en informativos y documentales, aunque tendrán cabida otros espacios, así como programación originada en los demás países del continente.
TELESUR se transforma así en el proyecto de mayor envergadura orientado a divulgar con un punto de vista propio, la realidad regional.
NUEVA VISION
La cita de Lima dio origen a diversos análisis y a diferentes puntos de vista sobre los avances logrados.
El diario «Hoy», de Quito, destacó la importancia de «una nueva visión andina».
«Justamente ha sido el mandatario venezolano el que mayor protagonismo ha conseguido en Lima, puesto que tendría no solo una agenda para la región, que incluye el tema energético y también de televisión regional, sino porque, por el momento, y cargado de petrodólares, debido al altísimo precio internacional del crudo, tiene dinero para ofrecer a otros países, como el Ecuador», dijo el periódico.
Como quiera que fuere, añade, «la mayor oposición para el propósito de Chávez de crear una ‘zona bolivariana’ vendría de Colombia, cuyo presidente no aceptaría nada que ponga en riesgo su lucha contra la insurgencia, con libreto que lo elaboran en acuerdo con Washington que, a su vez, no vería con buenos ojos una nueva visión andina».
Una visión mucho más crítica presentó el diario «El Comercio», de Lima.
Los acuerdos del reciente Consejo Presidencial Andino «nos dejan un sabor preocupante a los peruanos, sobre todo en lo concerniente a la llamada alianza energética andina».
«El Perú tiene ya una política de hidrocarburos que podría verse afectada por iniciativas de corte estatista como la del presidente Hugo Chávez de crear Petroandina. Nuestro país, en el que se han detectado nuevas reservas y operan muchas empresas extranjeras bajo contratos en megaproyectos, como los de Camisea I y II, no puede arriesgarse a cambiar súbitamente las reglas de juego para la inversión privada. Mucho menos cuando la alternativa es un impreciso proyecto de crear una petrolera regional andina que serviría principalmente para los planes demagógicos chapistas», señaló.
Parece inevitable ese debate en torno a las nuevas iniciativas de integración regional, ahora potenciadas con proyectos en el área económica y política y en un contexto internacional que hacen mucho más viables esas propuestas.
El fracaso de las políticas neoliberales y del proceso de privatización llevado a cabo en las dos últimas décadas en América Latina impulsan la búsqueda de nuevas alternativas. Mientras tanto, un ambiente político internacional enrarecido, en el que el único tema de la agenda parece ser la «lucha antiterrorista» -en la que nuestros países tienen poco que aportar-, deja abierto un espacio para nuevas iniciativas regionales, sobre todo en el campo del desarrollo.
Naturalmente, los adversarios de esas ideas tratan de poner en primer plano las discrepancias y conflictos que tornen más difíciles cualquier progreso.
Con Lula acosado por las denuncias de corrupción contra su partido, en Lima nuevamente algunos medios volvieron a concentrar sus ataques contra Chávez, al que ahora acusan de apoyar a un militar rebelde, Ollanta Humala.
«No conozco a Ollanta Humala», respondió Chávez. «Por la prensa he leído cosas de él, pero repito que no lo conozco ni tengo contacto con él».
«De mí se ha dicho que apoyo a Evo Morales, que le mando armas para derrocar a gobiernos, también que colaboro con las FARC y que he estado apoyando los derrocamientos en Ecuador. Lo único que yo apoyo es la integración de los pueblos», enfatizó el mandatario venezolano.
También hubo polémica por TELESUR. Chávez se quejó de la acusación de «terrorista» que le hicieron sectores conservadores de Colombia por haber presentado a Manuel Marulanda, jefe histórico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), en un documental de TELESUR.
El vicecanciller colombiano, rompiendo el protocolo, dijo que «fue muy doloroso» para sus connacionales ver que la cadena TELESUR incluía en el documental a Marulanda. Chávez respondió que, en Colombia, aparece en televisión, cada cierto tiempo, el venezolano Pedro Carmona, asilado en Bogotá y uno de los líderes del intento golpista del 2002 en Venezuela, y no pasa nada.
Este documento no posee notas.