La joven bolichista Viviana Delgado logró a los 20 años de edad campeonizar en el gran torneo internacional.

Viviana Delgado Cruz se entrena en el Boliche Dent.

Estaba en sexto grado de escuela en el Calasanz, cuando un sábado por la tarde decidió con un grupo de amigas ir a jugar boliche al Dent.
En su vida nunca había tenido una bola en sus manos y nadie en su familia practicaba este deporte. Algo sintió en sus adentros; esa química que se da entre atleta y escenario; la adrenalina que sube cuando se botan tres pines o el veterano bolichista que detrás de las jóvenes que practican, nota o vislumbra alguna posibilidad de éxito en alguna.
Alfredo Castro, un excampeón nacional de boliche, se quedó un par de horas mirando jugar a las jóvenes y decidió invitar a Viviana Delgado a entrenarse.
«Acepté el ofrecimiento de Alfredo y empecé a practicar dos horas diarias», dijo a UNIVERSIDAD la campeona del todo evento individual femenino del Tercer Torneo Mosco, Infantil y Juvenil de Boliche La Raza, que terminó la semana anterior en el Boliche Dent.

 
Pasaron nueve años, la chica de doce años es hoy una joven de 21, cargada de títulos de campeonatos nacionales, con una gran experiencia internacional, pues ha jugado defendiendo a Costa Rica en toda América Central, Puerto Rico, Estados Unidos, Aruba, México, Panamá y Venezuela y guarda como su gran trofeo, el título de campeona de La Raza, edición 2004 donde, a pesar de ser una bolichista de categoría juvenil, se impuso a las más grandes que de todo Latinoamérica y los Estados Unidos, asisten a este tradicional torneo de fama universal.

TÉCNICA Y ACTITUD

Le preguntamos a Viviana que es lo que le gusta del boliche y muy segura responde.
«La gente no sabe lo difícil que es jugarlo. Para vencer hay que tener una mentalidad muy fuerte, absoluta concentración y una técnica muy buena y actitud.
Estos son los ingredientes de las campeonas: mente, concentración, técnica y actitud.
Y sobre todo, adquirir la técnica requiere de un trabajo extraordinario; aprender tirar, invertir muchas horas en prácticas para lograr el perfeccionamiento.
Cuando yo empecé jamás pensé que iba a tirar más de 100 pines, hoy lo he superado y espero alcanzar la meta de todo bolichista: lanzar el juego perfecto, derribar los 300 pines sin perder una línea de lanzamiento», expresó la jugadora.
Viviana tuvo su primera competencia oficial como bolichista infantil en la Copa Presidente celebrada en 1997 en Costa Rica.
Un año después representó al país como seleccionada nacional en el Panamericano Juvenil en Guatemala, donde lógicamente como novata, no le fue nada bien.
Sin embargo, el que persevera vence, el que entrena, el que practica, cosecha frutos y esta campeona no se doblegó con los primeros reveses y siempre mantuvo la ilusión intacta: cuestión de actitud.
Ella misma lo dice.
Solo esta fuerza mental explica que la niña vencida por su falta de experiencia, se convierte luego en una campeona arrasadora pocos años después.
Solo para que anoten, en el último Centroamericano y México de Boliche, realizado en noviembre en El Salvador, Viviana ganó seis de las 15 medallas costarricenses y se colgó en su pecho, oro en individual; en parejas y cuartas mixtas y en campeón de campeones; ganó plata en todo evento individual y bronce en parejas.
Un mes antes, había conquistado su máximo laurel: La Raza, la grande, el torneo de los maestros, donde no se juega por categoría sino que es Abierto. Apenas en su cuarta participación entre los grandes, se dejó la corona.
Concentración, trabajo, ir y volver al boliche, entrenar y tirar, tirar y entrenar.
Acaba de competir en la nueva edición del Centroamericano y México, jugado en Tapachula, donde Costa Rica ganó cinco medallas y espera poder competir en los Juegos Centroamericanos a celebrarse a fin de año en Guatemala.
«Esto lo veo un poco más difícil, porque no es fácil completar un equipo femenino de seis jugadoras en nuestro país, para jugar todas las competencias», agregó Delgado, a pesar de que compite junto con otras como Paula Herrera, Myrian Vargas, Tamara Solano, Cinthya Brealey y Rebeca Gómez en los campeonatos nacionales.

SER PROFESIONAL

La campeona nacional juvenil de los últimos años, ve muy difícil dedicarse profesionalmente al boliche; eso sí, en diciembre o enero próximos, viajará a Miami a la Academia Kegel, donde se entrenan los juveniles de todo el mundo, gracias al patrocinio de un empresario panameño llamado Rafael Stanziola, que representa varias líneas de equipo de trabajo de los bolichistas y sorprendido por la calidad y proyección de la costarricense, le costeará un periodo de prácticas en ese centro.
«Yo tengo que pagarme el traslado y don Rafael colabora con la estadía que ronda los $350 diarios. Es una gran ayuda, porque la pura verdad, practicar boliche resulta muy caro, la bola vale $250, los guantes $350, la hora de práctica en un boliche nacional cuesta ¢5.000 y de no ser por mi papá, que es quien me apoya y me acompaña en todo, resultaría imposible dedicarse en serio a esto.
Si yo quiero practicar cuatro horas, hay que cancelar ¢20.000, en una disciplina que se promueve poco en los medios de comunicación, dedicados en exclusiva al fútbol. Lógicamente los patrocinios se ahuyentan», manifestó Viviana.
A pesar de tantos contratiempos, la joven no afloja, y por lo que ha logrado ya, el mundo del boliche le sonríe.
En el Boliche Dent, a la hora de esta entrevista, supe de una situación. Como Viviana arrasaba con todo en la competencia juvenil, la delegación de Puerto Rico exigió la presentación del pasaporte de la tica, para comprobar si tenía la edad adulterada.Así es la cosa.
Estamos en presencia de una gran campeona.

CONOZCA A VIVIANA
Nombre: Viviana Delgado Cruz
Nació: San José, 26 de enero de 1984
Padres: Eduardo Delgado e Iris Cruz
Hermanos: Eduardo, Adriana y Laura
Estudios secundarios: Colegio Calasanz
Estudios Superiores: Biología, UCR
Diversiones: jugar voleibol, ver películar en casa y estar con su novio Mauricio Murillo también bolichista. Le gusta mucho ir a misa
Música: rock en español, sobre todo Andrea Calamaro y Fito Páez. La lectura no la apasiona y tampoco la televisión.