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¡Qué vergüenza, doña Joyce!

Deseo manifestar públicamente mi apoyo al Semanario Universidad, que entre toda la mezquindad y hediondez periodística de este país, representa un medio realmente alternativo que oxigena el periodismo nacional, dando espacios a voces disidentes que de otra forma no tendrían la oportunidad de expresarse, a no ser que se porte tal apellido o se tenga cual abolengo político. Este semanario es ejemplo de valentía, seriedad e incisividad, características tan tristemente ausentes en otros medios.

Deseo manifestar públicamente mi apoyo al Semanario Universidad, que entre toda la mezquindad y hediondez periodística de este país, representa un medio realmente alternativo que oxigena el periodismo nacional, dando espacios a voces disidentes que de otra forma no tendrían la oportunidad de expresarse, a no ser que se porte tal apellido o se tenga cual abolengo político. Este semanario es ejemplo de valentía, seriedad e incisividad, características tan tristemente ausentes en otros medios.
Por ello, me parece deshonroso el intento de la diputada Zürcher y de la presidenta de la juventud del PLN por silenciar al Semanario, violentando además la autonomía universitaria. Esa actitud es propia de regímenes totalitarios que no toleran lo que se les escapa de las manos, las «desobediencias» y «antipatías» de los que no piensan como ellos y comulgan con sus espurios intereses. Tuve la oportunidad de llevar mi primer curso de filosofía con la señora Zürcher. Recuerdo que en aquella ocasión leí por primera vez a Marx; por aquella época doña Joyce se decía progresista y se mostraba interesada por los diversos problemas nacionales. Sin embargo, nunca comprendí que su «espíritu crítico» compatibilizara con su adhesión política a Figueres Olsen. ¿Qué pasó con ese «progresismo», doña Joyce? ¿Por qué tanto encono hacia el Semanario? ¿Será porque desde sus páginas se han cuestionado negocios suyos y de su familia? ¿O porque es de los pocos medios que adversa a esa desgracia neoliberal llamada Óscar Arias? Desde la epistemología crítica (no realista) que dice profesar, ¿qué significan esos «criterios de objetividad» que cuestiona a este medio? ¿Son criterios «aristas» de objetividad? Y ¿por qué no exige esos mismos criterios a La Nación S.A. o a Canal 7, que efectivamente sesgan, mienten e invisibilizan? Que yo sepa el Semanario Universidad es un medio que no ningunea ni invisibiliza a nadie; en él tienen espacio democráticamente incluso a los que mortifica su criticidad y antiservilismo.
 
 
La señora Zürcher recurre tristemente, además, al expediente paternalista de la incitación a la rebelión. Pensar que el Semanario incita al caos y a la insumisión es creer que las personas en general, y los jóvenes en especial, no tienen cerebro y lo que hacen, lo hacen manipulados por otros, es decir, que son minusválidos incapaces de discernir y sentir por sí mismos situaciones de injusticia, opresión y corrupción. Ese tipo de argumentos me recuerda realmente los sermones de mi abuelita.
Finalmente, reitero mi apoyo y admiración hacia el Semanario Universidad, y quiero  motivar, para que no dejen caer la bandera del periodismo honesto, a su directora Laura Martínez, a la jefa de redacción Ana Incer, y a todos los jóvenes y viejos periodistas que hacen posible cada semana este hebdomadario.


* Profesor UCR y UNED

  • Iván Villalobos Alpízar
  • Opinión
MarxTotalitarism
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