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Asegura que la reforma fiscal eliminará los privilegios de los bancos.
Federico Carrillo reiteró que su único jefe es el presidente Pacheco y afirmó no haber recibido ninguna instrucción de aumentar el gasto razones electorales.
La entrevista comenzó muy metafóricamente: la grabadora del Semanario, ya «viejita», se trabó y hubo que desenredar la cinta. «Son los recursos que tenemos», le dije al funcionario. «Así estamos trabajando todos», fue su respuesta.
En el transcurso de la conversación, el ministro de Hacienda, Federico Carrillo, aseguró que si bien tiene instrucciones del presidente, Abel Pacheco, de no incrementar más la deuda pública, sí está entregando los dineros que solicitan las instituciones, a partir de redistribuir los fondos que no se han gastado por incapacidad de gestionarlos.
También dijo estar convencido de que el proyecto de reforma fiscal, en discusión en la Asamblea Legislativa, resolverá el problema del déficit y pondrá fin a la desigualdad con que sectores muy rentables de la economía, como los bancos, contribuyen a financiar el Estado costarricense.
Además, explicó por qué, según su punto de vista, la concentración de los recursos de las universidades en la caja única del Estado, no afecta ni la autonomía de aquellas ni la rapidez de su gestión.
Finalmente, afirmó que esta vez Hacienda no soltará la mano con fines electorales pues, de cualquier modo, el PUSC no tiene ninguna posibilidad de ser reelegido. Aseguró que no hay presiones asociadas con la campaña electoral, sino preocupaciones presidenciales.
A continuación un extracto de la conversación que tuvo con UNIVERSIDAD.
Es evidente el deterioro que está ocurriendo en la infraestructura pública, la disminución en el gasto social por habitante, hay quejas de todos los sectores: universidades, Ministerio de Educación, Poder Judicial, Parques Nacionales, Cultura, porque el dinero que reciben no les alcanza. Por otro lado, se dice que no hay dinero, pero cuando un asunto se vuelve políticamente importante, aparece el dinero. ¿Cómo explica esto?
-Partamos de una realidad. Nosotros tenemos ingresos equivalentes a 1 colón y tenemos gastos fijos, inmutables, inamovibles, de 2 colones, antes de empezar a pensar en cumplir con los destinos específicos que establecen la Constitución y las leyes. El problema es que hemos venido creando un Estado con instituciones en las que sí creemos: universidades, educación pública, seguridad, salud, pero no hemos venido creándole los ingresos al Estado para pagar por esos servicios en los que creemos. Y ha sido una dinámica de la Asamblea Legislativa, de no asumir el costo político que implica decir: «Créase la Defensoría de los Habitantes y créase este impuesto para pagarla.» Nos hemos quedado en la primera mitad.
Incluso los ingresos que tienen destinos específicos, no crearon esos ingresos. Por ejemplo, los impuestos a los combustibles. Lo que hizo la Asamblea Legislativa fue sustituir cinco impuestos que ya existían por uno único, y ordenó que ese dinero se dedicara 30% al CONAVI, 25% a municipalidades, carreteras, pero no creó ningún ingreso adicional. De hecho, los ingresos del Gobierno se vieron disminuidos con este cambio. Costa Rica viene creando mayores obligaciones al Estado, sin crearle los ingresos correspondientes.
Ante la diferencia entre los egresos e ingresos del Estado, lo que hace este es endeudarse en lo máximo que permite la capacidad de seguir endeudándose y tener credibilidad ante quien nos presta, de que vamos a repagar la deuda.
Entonces, ¿hay dinero o no? Cuando aparece un dinero es porque decidimos endeudarnos para ese propósito. No podemos multiplicar los panes. Yo puedo hoy, por la estabilidad que tiene el país, endeudarlo un montón, y aparecerá dinero para un montón de cosas, pero será como echarle periódicos a una chimenea, porque la situación real va a ser que debemos ese montón de plata más, que tenemos que pagar intereses y tenemos los mismos ingresos. La deuda nos genera egresos adicionales a los que ya tenemos y que supuestamente íbamos a satisfacer. Nos crea una bola de nieve, y lo peligroso allí es nuestra incapacidad de repagar esa bola de nieve, con los mismos ingresos. Cada vez más, los intereses que pagamos por esa decisión de que salga la plata, nos van comiendo los ingresos disponibles.
Tenemos la misma situación del 82, durante el Gobierno de Carazo: altos precios del petróleo. Él continuó endeudándose. Nosotros, lo que hemos hecho es estabilizar el país, endeudarnos de acuerdo con la capacidad real, y empezar un proceso muy arduo de convencer a los diputados de que nos generen los ingresos para hacerle frente a esos gastos del Estado.
Pero ¿no es demasiado drástico lo que están haciendo, en espera de la reforma fiscal? No se puede dejar que el país se desmorone…
-Desafortunadamente, a este gobierno nos tocó, en los últimos dos años, el aumento en los precios del petróleo. Costa Rica, es más pobre. De pronto tenemos que producir mucho más para comprar los mismos galones de petróleo. También nos toca la subida de tasas de interés en Estados Unidos, que nos obliga a pagar intereses más altos que los de ese país, para que nos financie la gente que nos paga los salarios, porque tenemos que pedir prestado para eso. Y nos obliga, entonces, a contraernos y enfocarnos en estabilidad económica, no en crecimiento. Sería fabuloso, si no tuviéramos que pagar $200 millones más al año en factura petrolera, haberlos invertido. Pero se lo dimos a quien nos vende petróleo, a los árabes, que están en sus Rolls Royce, pagamos nosotros en Arabia.
Lo que tenemos que hacer es bajar el consumo de petróleo para que la economía tenga dinero para otra cosa. Pero, desafortunadamente, nos tocó el punto de inflexión en el que veníamos pateando la bola, manteniendo siempre en el tope el endeudamiento, asumiendo que no había shocks externos, y ¡puc!, nos agarra uno terrible, que es la factura petrolera, y entonces el límite dentro del que tenemos que mantenernos bajó, se volvió más intolerante la economía.
Sin embargo, esto se presenta en medio de una gran desigualdad. Se es más liberal con algunos sectores y más restrictivo y exigente con otros. Por ejemplo, es constante la queja contra las transferencias y los gastos fijos. Incluso se busca cómo controlar los presupuestos de las instituciones, mientras, por el otro lado, como UNIVERSIDAD hizo ver ya desde el 2002, los bancos prácticamente no pagan impuesto sobre la renta. Y son los sectores menos ricos de la sociedad, aquellos que no tienen una rentabilidad tan alta como la del sector financiero, los que están costeando el déficit.
-Así está la cosa hoy, por temas legales, que permiten interpretaciones reglamentarias. Y eso es lo que nosotros queremos cambiar completamente con la reforma fiscal. Los bancos hoy tienen diferentes tasas. Los bancos hoy día pagan 30% sobre las utilidades generadas por los préstamos que dan, y 8% por las utilidades generadas por las inversiones que hacen. Igual que todo el mundo, pagan el 8%, pero la diferencia está en que la actividad del banco es invertir también. No es como yo, que tengo ahorritos. Y eso genera que la tasa efectiva de los bancos, mentira que sea el 30% ni el 8%, sino alrededor del 12%. Y mientras yo pago entre un 12% y un 15% sobre mi salario, los bancos están pagando menos, por la forma en que distribuyen sus gastos entre esas dos fuentes de ingresos.
La reforma elimina eso. Dice: «No, señor, todos sus ingresos, vengan de donde vengan, pagan de acuerdo con una escala progresiva.» Y los bancos, igual que cualquier persona o compañía, tendrán que pagar lo mismo.
Otro problema de los bancos, que la reforma elimina, es que las off shore (sucursales en el exterior) están exentas de todo tributo y no consolidan (son tratadas como si no fueran del banco en Costa Rica). Hay una moción presentada por la diputada Joyce Zurcher, en la Asamblea Legislativa, que ya está aprobada, por la cual los bancos off shore consolidan con los bancos locales, y entran a esa masa de tributación.
Sí, correcto: hoy hay una enorme desigualdad en la forma en que estamos pagando los gastos del Estado, pero vea las dos desigualdades. Una, es que los ingresos existentes los estamos recibiendo en forma injusta, porque está pesando en la masa salarial, en los que no tenemos capacidad de sacar nuestras rentas ni disimularlas de algún lado, sino que desde la fuente nos lo quitan. Y eso es muy injusto. Pero hay otra más injusta todavía, la otra mitad, que es la diferencia entre 2 colones de gasto y 1 de ingreso, y eso se paga. Cuando nos endeudamos, lo que hacemos es pagar el impuesto inflacionario, que está disimulado, pero no tanto, porque está muy visible para todos nosotros, más intereses. Ese colón que yo tengo que pagar, realmente es un impuesto de ¢1.20, con los intereses, que yo le pongo a todos los costarricenses, independientemente de si son asalariados o de si no tienen trabajo, que es peor todavía.
Entonces, buscamos las dos cosas: que la mayoría de los gastos de gobierno se hagan de acuerdo con la capacidad económica, y que esa capacidad económica sea la real, no una que distorsiona por presiones de grupos de interés que hacen banderas en la Asamblea Legislativas o financian campañas de diputados.
Sin embargo, como le dije, sí vemos que cuando hay temas políticamente sensibles, como los bonos de vivienda, que son una de las herramientas electorales que se han utilizado en el pasado, de pronto aparece la plata. O se dice: «Ya no hay dinero», pero se quema el Calderón Guardia, y de pronto hay. ¿Cómo se maneja la contabilidad, entonces?
-Nosotros hemos sido capaces, y esta parece que es la primera vez que un Gobierno lo ha hecho, de que al mismo tiempo de lograr que la sociedad sienta como una incomodidad el aumento en el precio del petróleo, al mismo tiempo hemos logrado tener inversiones de ¢32.000 millones en vivienda, de ¢45.000 millones en caminos y otras inversiones, como el Calderón Guardia.
No es cierto que no estemos invirtiendo. ¿Y cómo lo hemos hecho? Mediante una programación, una visión global de gobierno. Antes, lo que se hacía era que si necesitábamos ¢3.000 millones para vivienda, se decía: «Hacienda, endéudese.» Y eso es un problemón: nos sale más caro lo servido que lo comido.
Lo que nosotros hemos hecho es que Hacienda no va a dar un cinco, porque no podemos endeudarnos, porque tenemos una coyuntura muy complicada. Pero le vamos a conseguir esos ¢3.000 millones. ¿Con quién? Con Presidencia. ¿Qué hacemos Presidencia y Hacienda? Levantamos el inventario de dineros que tienen las otras instituciones públicas, ligadas o no al tema, y junto con la Ministra de la Presidencia, se le pone orden a las instituciones, y se les dice: «En lugar de endeudar a todos los costarricenses y generarles inflación para pagar los bonos de vivienda, ud., IDA e INA, sobre el exceso que tienen porque les falta capacidad de gestión -el problema aquí es falta de gestión, no falta de recursos-, cojan ¢1.000 cada uno y se los dan al BANHVI. Y ustedes RECOPE, ICE, que tienen exceso de caja sobre lo que tienen que invertir, cojan ¢500 cada uno y se lo dan al BANHVI.
¿Apareció la plata? Hacienda no apareció la plata. Hacienda dice y dirá: «No hay dinero de Hacienda». Pero recuerde que Hacienda no es el único flujo que reciben las instituciones. El IFAM, RECOPE, INA, FODESAF reciben directamente por otras formas.
Cuando fue el tema del BANHVI, inicialmente Hacienda dijo que no le daría un cinco este año, porque Hacienda le da a FODESAF y este al BANHVI. El FODESAF tiene un montón de plata. Eso fue interpretado como que no hay plata para vivienda. No, señor. Y nosotros le probamos al BANHVI que con solo lo que recibía del FODESAF directamente, que provenía de la CCSS, ya llegaba a los ¢32.000 millones. Y que si le iba a hacer falta algo, le conseguiríamos con el INA, etc. Pero Hacienda no se va a endeudar y encarecer los productos de la canasta básica para que el BANHVI y todo el mundo tenga más dinero en caja. Vamos a utilizar los recursos del público, en la forma más eficiente posible.
¿Qué pasa en el caso de las universidades estatales y del Poder Judicial? ¿Por qué no se les dan los aumentos que piden para compensar la inflación?
-Las universidades están dentro del 6% constitucional asignado a Educación, y nosotros estamos cumpliendo con eso.
Pero ahora quieren hacer pasar los recursos por la caja única.
-La caja única ha sido mal interpretada, porque lo único que hace es que el colón que la UCR tiene en el Banco de Costa Rica, en una cuenta corriente, lo tenga en las mismas condiciones, con chequera y con disponibilidad, en otra cuenta corriente llamada caja única. De otro modo, ese colón lo recibe el Banco y le compra títulos al Gobierno, que este tuvo que emitir, endeudándose, para darle ese colón a la Universidad. Es un círculo completamente vicioso. Lo que hacemos es evitar que tengamos que financiarlo antes de que se utilice. Mientras no lo usen, se mantienen en esta cuenta corriente, a su nombre y a su disposición en cualquier momento. Esto le disminuye el costo financiero al Estado por miles de miles de millones de colones. Evita que los bancos estén garroteando al Ministerio de Hacienda. Todos ganan.
¿Pero, no genera esto una interferencia con las decisiones autónomas que pueden tener las Universidades?
-No, ni caja única ni Tesorería tienen la potestad de aprobar o no los presupuestos de las universidades ni de decidir sobre la bondad de los gastos. Eso no pasa ni por Hacienda.
Y en el momento en que las Universidades quieran utilizar su dinero…
-Si lo tiene allí, es inmediato. Nosotros, de hecho, estamos implementando el pago directo adonde las entidades quieran, a través del mecanismo del Banco Central.
¿Y en cuanto al Poder Judicial?
-Históricamente, ha recibido más del 6% que indica la Constitución. El año pasado anduvo en un poco más del 7%. Este año va a recibir un poco más del 6.5%. No es cierto que estemos incumpliendo con lo que le corresponde al Poder Judicial. De hecho, estamos más allá de lo que le corresponde. Ahora, es parte del problema. Si estamos dándole más del 6%, ¿de dónde salió todo ese dinero? Porque no se le creó ninguna fuente. Y mientras el Producto Interno Bruto (PIB, riqueza total producida en un año), sube, no es que los ingresos suban. Como la estructura actual de impuestos está hecha de una forma arcaica, no sube como sube el PIB, porque no captura manifestaciones de riqueza que captura la nueva reforma fiscal: todo lo que es la renta global, la de los bancos y otras.
Lo que pasa es que estamos llamándolos al orden. Que no cuenten con más dinero en forma exagerada del que establece la Constitución, porque o hay pa´ todos, o hay patadas. O somos justos o somos injustos. Si estamos pidiendo austeridad a las personas, ¿cómo es que el Poder Judicial paga tres o cuatro veces lo que paga el resto del sector público, y además tiene aumentos mucho mayores al costo de vida que los que se establecen para el sector público? Póngase las pilas. Estamos todos en lo mismo.
¿Ha sentido la presión desde algún sector político en vista de la campaña electoral?
-No. Ahí don Abel es una gran persona. Yo lo conocía poco, antes de entrar y, la verdad, yo lo admiro muchísimo. Mi único jefe es don Abel Pacheco. Y él me pone o me quita, me da las instrucciones, punto. No me ha dado ni una sola instrucción de aumentar un solo gasto en ningún tema, por asunto electoral. Que le preocupa vivienda, que le ayude, bueno yo le ayudo a que BANHVI consiga dinero del INA, etc. Pero presión por temas electorales…
Recibo mucha de afuera, de diputados, ministros, pero eso no es presión, son solicitudes. Mi trabajo es no ceder ante solicitudes. La presión real sería si el Presidente me dice que haga algo. Y, de hecho, lo que me ha dicho es que bajo ningún concepto vamos a poner a Costa Rica en riesgo, endeudándose, por el tema electoral.
La gran ventaja de este Gobierno es el problema que tuvo el partido por los temas de corrupción. Entonces, no tiene una posibilidad real de reelección. Además, don Abel ganó la presidencia sin el apoyo de la cúpula del PUSC, entonces no le debe nada a la cúpula del PUSC. Es una coyuntura maravillosa para Costa Rica, porque yo creo que es la primera vez en la historia en la que el partido en el poder no tiene la menor posibilidad de ganar la elección.
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