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Ministro asegura que falta de lealtad medió en el despido de la viceministra Amparo Pacheco.
Doris Osterlof, la nueva viceministra de Comercio Exterior, comparte la visión humanista de esta materia con el ministro del sector, Manuel González, sin dejar de lado el aspecto económico
La filtración de datos confidenciales sobre el Tratado de Libre Comercio entre EE.UU., Centroamérica y República Dominicana (TLC-RD) fue la gota que derramó el vaso entre el Ministro de Comercio Exterior, Manuel González, y la viceministra del sector, Amparo Pacheco, por lo que decidió despedirla el 3 de agosto.
Así lo confesó el jerarca, quien afirmó que si bien apoya dicho convenio comercial, su enfoque es humanista, mientras que otros ven al TLC-RD desde un punto de vista puramente económico.
En entrevista con este Semanario, el titular se refirió a las desavenencias con Amparo Pacheco, las presiones de los sectores comerciales, industriales y periodísticos, así como la llegada de la nueva viceministra, Doris Osterlof.
Amparo Pacheco asegura que el estilo suyo de defender y tramitar el TLC requería de «una defensa mucho más fuerte». ¿Considera que su forma de negociación es débil?
– Creo en convencer y no en imponer. Todos matamos las pulgas de manera diferente. No creo en pasarle por encima a la gente, sino más bien en el diálogo, en escuchar, incluso a quienes adversan una posición que uno defienda.
¿Las desavenencias con Pacheco comenzaron cuando la exnegociadora Anabel González rondaba los pasillos del COMEX aunque ya no era funcionaria?
-Diría que a partir de lo que vivimos en enero, la situación ha sido incómoda y tensa para todos. Fue cuando se dio la salida de una funcionaria que despedí (se refiere a la exnegociadora Irene Arguedas). Posteriormente, renunció el Director General de Comercio, Fernando Ocampo.
¿Cuál es la diferencia en los conceptos de comercio exterior y modelo de desarrollo nacional que percibió entre Amparo Pacheco y los que tiene usted?
-Yo pongo énfasis en el desarrollo humano. El punto de partida es poner al ser humano en el centro de todo, porque todas las decisiones que tomamos los gobiernos afectan, positiva o negativamente, al individuo.
Mi percepción es desde el punto de vista económico, pero dentro de lo social.
¿En qué puntos específicos considera que Pacheco no le fue leal? ¿Ella pasaba información al grupo de Anabel González y al exministro de Comercio Exterior, Alberto Trejos?
-Percibí durante mucho tiempo, por una u otra vía, que había una fuga de información, no sé hacia quién, pero sí la había, no tanto porque aquí yo maneje las cosas con secretismo. Pero usted comprenderá que uno debe tener la cortesía de que el señor presidente se entere primero, de que el mismo ministro se entere primero de ciertas cosas, de que a lo interno se mastiquen ciertos temas, y … sí, creo que había alguna fuga de información y eso es molesto, no es el mejor ambiente para trabajar.
¿En qué temas siente usted que hubo fuga de información?
-En lo relacionado con el TLC.
¿Hubo hechos concretos que llevaron al despido, como que Amparo Pacheco firmara una carta hace pocas semanas en la cual el país se comprometió ante Estados Unidos a variar las reglas de origen de textiles en el TLC-RD, el aval que ella siempre dio a las alzas salariales del equipo anterior mediante PROCOMER a COMEX; o bien cuando expresó que «su cariño y mayor lealtad es con el grupo de Alberto Trejos y sus objetivos»?
-Sí, esos ingredientes están en la receta.
¿Qué criterio le merece el que Amparo Pacheco dijera que existía «ambigüedad» en la forma suya de impulsar el TLC?
-No sé a qué se refiere con eso. He sido claro en que vine a promover y a convencer un proyecto que es de trascendencia nacional. No he tratado de quedar bien con quienes me adversan o tienen posiciones ambiguas; lo que sí tengo es mucha apertura para escucharlos y ver de qué manera las inquietudes se pueden canalizar a través de los programas de la agenda complementaria.
¿A qué atribuye que los sectores industrial y comercial, así como cierta parte de la prensa, se muestren muy críticos y adversos a usted?
-Bueno, yo no lo he notado … Tal vez la técnica que percibo es que algunos medios y grupos me atacan con la esperanza de que, como dicen popularmente, yo «saque pecho» y le hable golpeado al Presidente, le imponga cosas, y esa es una táctica muy equivocada porque no va con mi manera de ser. Esta situación no quiere decir falta de liderazgo, de firmeza o de determinación. En la vida, uno de mis principios es que es más fácil pedir como un favor lo que se puede exigir como una orden. No es andar golpeando, dando patadas, golpes y codazos. Esa es una técnica que, de por sí, no funciona con el Presidente, aunque yo cayera en esa trampa. Entonces, hay que tener mucha ecuanimidad y prudencia.
¿Considera que con una política tan dura como la de la administración Bush se pueda plantear una renegociación?
-No existe posibilidad. Lo que podría darse es que una vez que entre en vigencia el tratado, a través de los procedimientos que el mismo convenio prevé, según vaya apretando el zapato -como dicen algunos que lo adversan-se deben iniciar procesos de consulta y hacer modificaciones. Pero el convenio ya firmado por el presidente Bush y ratificado por tres países centroamericanos, no es posible renegociarlo.
¿Cree que se puedan negociar grandes temas del TLC-RD al futuro?
-Sí, creo que una de las virtudes de los tratados es que tienen su vida propia, poseen su dinamismo. Conforme los países van avanzando y las relaciones se desarrollan, las cargas deben irse dando.
¿Qué aspectos considera que fueron mal negociados en el tratado ?
-Qué pregunta más difícil … Lo que diría es la forma de hacer las cosas, más que la sustancia. No quiero ser el entrenador del lunes, cuando ya el partido terminó y se dice: «había que hacer esto o lo otro»; es muy fácil criticar lo que ya alguien hizo. Lo que hay que hacer es aprovechar el tratado al máximo. Como país el TLC-RD es un proyecto para Costa Rica. Cuando aterricemos y comamos el queque, tal vez a algunos les dolerá la panza. A esos hay que darles algún remedio, posiblemente a través de los programas de asistencia y complementarios.
¿Cuáles son sus expectativas con la llegada de Doris Osterlof al viceministerio?
-Estoy muy contento. Me siento respaldado por una mujer de una gran capacidad, con una gran trayectoria en comercio internacional, con una sólida formación académica y una carrera profesional tanto en el sector privado como público.
Ella estuvo en la representación diplomática de Costa Rica ante la Unión Europea (UE) en Bruselas, maneja los temas de la UE, de la Unión Centroamericana, de la Unión Aduanera Centroamericana. De igual forma como académica percibe el TLC con un matiz humano que es el menos predominante.
Usted ha dicho que este tratado va a ser tramitado en el actual gobierno, aunque algunas personas dudan de eso. Sienten que el presidente posterga dicha decisión para el próximo gobierno por la actitud que ha tenido de supeditar la aprobación del Plan Fiscal al envío de dicho convenio al parlamento.
-El Presidente siempre toma las últimas decisiones. Nuestro trabajo es que todo esté listo. Espero que cumplamos con esa labor, sin dogmas, sin obsesiones, sin golpes de tambor, simplemente basados en la información, con lo que le conviene o no al país y que Costa Rica tome libre, soberana y democráticamente las decisiones para su futuro.
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