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Investigación reveló que la pobreza va asociada a bajos promedios.
La enseñanza de la matemática evidencia serias carencias en la educación nacional.
Seis de cada diez estudiantes de primer ingreso de la Universidad de Costa Rica (UCR), pierden los primeros cursos de matemática, informó el estudio «Examen de diagnóstico en matemática», que aplicó la Escuela de Matemática, en enero de este año.
«El objetivo de este diagnóstico es informar a los estudiantes de primer ingreso, profesores y autoridades universitarias sobre el dominio de la matemática y así plantear recomendaciones para subsanar las deficiencias», indicó el informe del estudio.
El examen lo realizaron 1708 alumnos de carreras que incluyen materias de cálculo, MA 0230, MA 1001 o MA 1210, y matemática elemental, MA 125. Algunas de ellas son: Ciencias, Dirección de Empresas, Geología, Biología, Química, Odontología, Farmacia, Computación e Ingenierías. Se dividió en seis temas: funciones, rectas y parábolas; funciones exponenciales y logarítmicas; ecuaciones y trigonometría; en esta última se observó el peor desempeño.
Los datos revelaron que en la Sede Rodrigo Facio, el 50% de jóvenes que ingresan a carreras que requieren de estas asignaturas, no están capacitados para ganar el primer curso de matemática. En las sedes regionales, la situación es aún más preocupante.
El resultado del estudio servirá para mejorar la promoción de los cursos de matemática básica en la UCR, pues generalmente el porcentaje de personas que gana el curso está cerca del 40% que se considera no ponderable. El investigador Carlos Arce destacó que es alarmante que en ocasiones, sólo un 32% de los alumnos que matriculan una materia logra obtener la calificación mínima para aprobarla, o bien tener derecho a exámenes de ampliación.
SEDES MÁS AFECTADAS
El estudio envió una señal de alerta a todas las sedes de la UCR, pues ninguna logró superar el promedio de 48.1 en este diagnóstico, lo que evidencia la clara diferencia en el rendimiento del alumnado que ingresa a la Rodrigo Facio, respecto de las demás sedes; la de Limón reveló ser el caso más crítico.
La situación es más dramática en esa provincia, donde personas de las carreras de Dirección de Empresas, Administración Aduanera, Informática Empresarial y Turismo, obtuvieron notas entre 0 y 49.
Ocurrió lo mismo en Puntarenas, donde ningún estudiante de Ingeniería Eléctrica, logró siquiera el 50% de la nota y en Informática Empresarial, sólo un joven de los 35 que realizaron el diagnóstico, pasó el examen con nota de 70. En Guanacaste, en Dirección de Empresas, Informática Empresarial, Fitotecnia y Turismo, ninguno obtuvo nota mayor a 49.
En Turrialba, los malos resultados imperaron: seis de 138 estudiantes destacaron con notas superiores a 70; 62 de ellos obtuvieron notas entre 0 y 29; 32 entre 30 y 39; 22 entre 40 y 49; 12 entre 50 y 59; y cuatro entre 60 y 69. El promedio general del examen fue de 35.1.
Por su parte, en la Sede de Occidente, en Ingeniería Industrial, sólo una de diez personas pasó la prueba, mientras que en Economía ninguna obtuvo nota superior a 40; en Enseñanza de la Matemática y Laboratorista Químico, la nota máxima fue entre 60 y 69.
Por último en la Sede Central el panorama no cambió mucho, pues el estudiantado de Enseñanza de las Ciencias Naturales, Geología, Topografía, Zootecnia y Asistente de Laboratorio reprobó. Las carreras que obtuvieron los porcentajes más altos fueron Computación con 52%, Ingeniería Industrial y Química con 48%, Ingeniería Eléctrica con 47%, Economía con 44% e Ingeniería Civil con 43%.
CANTONES CON MEJORES PROMEDIOS
La provincia con el promedio más alto fue San José. Dentro de esta, el cantón que obtuvo el resultado más alto fue Montes de Oca, con 48.8%. Fue seguido por Escazú con 40% y Goicoechea con 35.4%.
En la provincia de Alajuela, los cantones de Alfaro Ruiz, Poás y Atenas no pasaron la prueba. Sin embargo, en San Ramón, Grecia, Naranjo, Palmares y San Carlos-, las personas obtuvieron el segundo lugar en las notas más altas del diagnóstico, aunque el promedio no subió de 51.
El tercer lugar lo ocupó la provincia de Cartago, con una nota media de 58. Esto debido a los malos resultados obtenidos en Turrialba, donde de 100 estudiantes que realizaron la prueba, sólo cinco la pasaron, 15 apenas llegaron a 69 y 80 consiguieron notas entre 0 y 49. Además, en el cantón de Alvarado, ninguna persona sobrepasó la nota de 49.
En la provincia de Heredia la situación fue similar, pues en cantones como Barba el estudiantado no obtuvo ni siquiera 50 puntos de la nota. El promedio en esta provincia fue de 52.
En Liberia los resultados fueron más bajos, ya que en La Cruz, Abangares, Nicoya y Cañas, 100% de los estudiantes obtuvo notas entre 0 y 69. El promedio fue de 47.
Situación similar se presentó en Limón, donde cantones como Matina, Siquirres y Pococí, no aprobaron ni la mitad de la pruebas. El promedio en esta provincia fue el más bajo, con un 28. En Puntarenas, el promedio de aprobación de pruebas fue levemente superior, con un 36%.
Estas notas medias en el diagnóstico de los cantones, resultaron altamente correlacionadas con el Índice de Desarrollo Social (IDS), es decir , que conforme aumenta la pobreza, disminuyen los resultados de las calificaciones en matemáica.
ES UN REFLEJO
De acuerdo con Carlos Arce, el estudio refleja la situación actual de la enseñanza media de la matemática, que alcanza ya dimensiones mundiales.
Afirmó que uno de los problemas más graves es la falta de buenos técnicos y científicos que enseñan esta disciplina en las instituciones de educación secundaria, ya que la formación general del profesorado no es la mejor.
Esto representa una deficiencia luego en la universidad, pues añadió que es muy difícil entregarle a la sociedad personas graduadas con buen perfil profesional, cuando en carreras como ingeniería eléctrica, los estudiantes ingresan sin conocimiento básico suficiente y esto produce un retraso en sus estudios.
La situación social es otra de las causas de la mala preparación del alumnado cuando ingresa a la UCR y luego reprueba los cursos de esta asignatura.
Es ese el caso en las zonas de Santa Cecilia, Santa Elena y Caño Negro, donde el desarrollo social es menor y a la vez se encuentran en la lista de cantones en los que los estudiantes obtuvieron menor nota media en los cursos de matemática básica.
Por otra parte, sectores como San Joaquín, Barrantes, La Ribera y San Antonio, donde el desarrollo es elevado, la nota media fue mucho más alta.
El investigador señaló que existe una estrecha relación entre las condiciones de vida y la calidad de la educación. Por ejemplo, resaltó que la pobreza produce que los jóvenes tengan menos oportunidades de acceso a servicios y a opciones variadas de educación, lo que repercute en su formación.
La cantidad de colegios públicos y privados que se encuentren en una zona, también son factores determinantes, pues de acuerdo con Arce, en las instituciones públicas los profesores no son escogidos con los mejores métodos sino que se asignan con muy poca o nula experiencia e incluso a veces son personas no tituladas.
Resaltó que en los colegios privados la situación cambia, pues debido a mejores condiciones de trabajo y salario, los profesionales prefieren solicitar un trabajo en ese sector y por eso hay mayor oferta de docentes y se puede realizar una mejor selección.
Explicó también que entre las zonas urbanas y rurales hay grandes diferencias en la calidad de docentes, pues muchos se niegan a trabajar en lugares alejados y prefieren ubicarse en zonas céntricas, donde tienen acceso a comodidades, mayores salarios y opciones de continuar su formación profesional.
Decepción
Desiré Cerdas Ruiz, estudiante de primer ingreso de la carrera de Dirección de Empresas, en la Sede de Occidente, enfrenta la decepción de haber reprobado el curso de matemática, por lo que debe repetirlo en este semestre.
«El profesor nunca entregaba los resultados a tiempo; me dijo que yo iba para ampliación tres días antes. Además, daba los conceptos por vistos, pues él creía que uno todo lo había visto en el colegio y muchas veces las bases no son las mejores», afirmó.
Reconoció que hizo falta un mayor esfuerzo de su lado para obtener un mejor resultado.
Por su parte, Carlos Manuel Ulate Ramírez, encargado de la sección de matemática de la Sede de Occidente, explicó que esta situación obedece «a las malas políticas del gobierno», pues el Ministerio de Educación Pública (MEP), les da a los profesores un plan de trabajo para preparar a los estudiantes solamente para pasar la prueba. Aseguró que el alumnado no aprende a analizar, solo a resolver un procedimiento con calculadora.
Aún conociendo los datos del diagnóstico, Ulate advirtió que en la Sede no se imparten cursos de nivelación porque «no hemos visto la necesidad y no hay presupuesto para ello». Además, comentó que no le parecen preocupantes estás cifras pues «es lo usual».
Agregó que la «actitud pasiva y negativa» hacia el estudio, es la causa de que de las 64 personas que realizaron el diagnóstico, solo diez se acercaron a conocer su resultado.
Por el contrario, Cynthia Víquez estudiante de Farmacia en la Sede Central y egresada de una institución privada, no tuvo problemas para aprobar los primeros cursos de matemática, ya que en su colegio la prepararon por medio de programas especiales de matemática avanzada.
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