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«La unión sudamericana no se va a lograr con las viejas estructuras, que se resisten a la verdadera unidad».
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la primera etapa de la gira, en Uruguay, acordó con el presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, estableció un acuerdo de cooperación que permitirá a Uruguay extraer petróleo en Venezuela durante 25 años.
La Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) prepara su primera cumbre, que deberá celebrarse el 29 y 30 de septiembre próximo, en río de Janeiro.
Creada en diciembre pasado, en la ciudad de Cuzco, en Perú, la CSN reúne 12 países sudamericanos: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela. Con 360 millones de habitantes y un Producto Interno Bruto (PIB) regional de C.800 mil millones, la CSN representa el esfuerzo de mayor envergadura para crear lo que sería uno de los bloques políticos y económicos más importantes del mundo.
Los cancilleres y representantes de los 12 países se reunieron la semana pasada en la ciudad de Guayaquil, para preparar la agenda de la cumbre. Uno de los temas principales es la creación de un Foro Sudamericano de Consulta y Concertación Política, integrado por los coordinadores de Política Exterior Común de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y del Grupo de Consulta y Coordinación Política del Mercado Común del Sur (Mercosur), los dos grandes bloques ya existentes en la región, más representantes de Chile, Guayana y Surinam, que no pertenecen a ninguno de los dos.
Se pretende lograr así que el bloque sudamericano tenga una mayor presencia internacional.
Se busca también que se integre como una gran área de libre comercio, apoyada en una vasta red de infraestructura y un modelo de integración energética cuyo principal pilar son los casi inagotables recursos venezolanos.
Para reforzar ese proceso, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, realizó una breve gira por Uruguay, Argentina y Brasil, donde discutió nuevas medidas para avanzar en la integración energética.
CHÁVEZ
El presidente venezolano afirmó que la «unión sudamericana no se va a lograr con las viejas estructuras, que se resisten a la verdadera unidad. Sobre eso versará especialmente la reunión con Tabaré, y luego con Kirchner y con Lula en este viaje relámpago», refiriéndose a sus colegas de Uruguay, Argentina y Brasil.
En la primera etapa de la gira, en Uruguay, Chávez puso en marcha un proyecto que abre nuevas perspectivas para la cooperación entre los países de la región.
Las empresas petroleras estatales de los dos países, PDVSA Y ANCAP, firmaron un acuerdo de cooperación que permitirá a la uruguaya extraer petróleo en Venezuela durante 25 años. La explotación conjunta se hará en uno de los bloques de reserva en la faja petrolero del Orinoco, donde se han comprobado reservas por 300 mil millones de barriles. «No le estamos pidiendo a Uruguay ni un centavo, sino la participación de su personal técnico», afirmó Chávez. El presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, por su parte, agregó que «vamos a traer ese petróleo y lo refinaremos para venderlo acá y también en los países vecinos». Uruguay no produce petróleo y los actuales precios internacionales, que han llegado a $65 el barril, han hecho subir considerablemente la cuenta a la empresa estatal.
Pero esa no es la única forma de cooperación acordada entre los dos países.
Dos barcos petroleros venezolanos llegarán a Uruguay, cada uno con un millón de barriles valorados en $40 millones. Montevideo pagará $30 millones en un plazo de 90 días y los $10 millones restantes en un lapso de 15 años. Esos $30 millones pagados por Uruguay serán reinvertidos totalmente en el país; $12 millones serán destinados en una planta destiladora de alcohol -productora de carburantes-, en la localidad de Bella Unión, provincia de Artigas, al norte de Uruguay.
Chávez justificó esa inversión conjunta en la planta de refinación por la pesadez del crudo del Orinoco, «y también pensando en el Cono Sur», añadió.
Los restantes $18 millones se dirigirán a una planta de cemento, perteneciente a la petrolera estatal uruguaya ANCAP, que se comprometió a proveer a Venezuela 100 mil toneladas de cemento al año. De ese modo se garantiza parte del suministro necesario para los programas de construcción de vivienda promovidos por el gobierno de Caracas.
Esa forma de cooperación abre perspectivas insospechadas para los países de la región, que serán exploradas en la próxima cumbre de la Comunidad Sudamericana de Naciones.
En una conferencia de prensa en Montevideo, Chávez pronosticó una crisis petrolera en el mundo. Las reservas petroleras se agotan progresivamente, afirmó, y aseguró que Venezuela se convertirá en una alternativa para mitigar los efectos de esa crisis. Chávez recordó que su país tiene las reservas de petróleo más grandes del planeta, y que se apresta a explotar esos recursos de la mejor forma posible, con el propósito de apoyar a las naciones necesitadas.
La conformación de un «anillo energético» es una de las propuestas mas importantes de la Comunidad. Se trata de un multimillonario proyecto que contempla la construcción de una red de gasoductos, oleoductos e infraestructura física.
Los países integrantes de la CSN buscan ejecutar 31 proyectos de infraestructura entre el 2005 y el 2010, de los 300 que requiere la región. Esto representaría una inversión de $37 mil millones, según los países andinos.
Además del circuito energético se pretende construir anillos viales básicos que integren la región y que serían financiados por organismos crediticios multilaterales por un monto de casi $4,5 mil millones.
LULA
La corta gira de Chávez concluyó en Brasil, donde se reunió con su colega Luis Inácio Lula da Silva, para analizar diversos proyectos entre ellos la posible construcción de 40 buques petroleros para la empresa venezolana, por un valor de $ 2.000 millones. Se ha hablado también de la construcción de una enorme refinería en la ciudad de Recife, capital del estado de Pernambuco.
En esa cita los mandatarios enfatizaron los temas de explotación de petróleo y gas, petroquímica, producción de etanol y biodiesel, además de minería de carbón y proyectos de infraestructura.
El gobierno del presidente Lula ha destinado cerca de $1.500 millones para proyectos de ese tipo que faciliten el comercio, creen empleos y promuevan la inclusión social.
Con esos adelantos, la CSN se prepara para institucionalizarse en la cumbre del próximo mes, mostrando ya no solo la intención de sus presidentes, sino las posibilidades que abre para ese proceso una renovada voluntad política, apoyada ahora por los recursos energéticos de Venezuela y las capacidades de los otros países de la región.
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