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Candidato presidencial Óscar Arias niega haber participado en reuniones donde se negoció el tema
Los bancos y entidades financieras, que se rigen por políticas del Banco Central y son controladas por la superintendencia del sector, deberán pagar el impuesto de la renta si se aprueba el nuevo Plan Fiscal.
La mayor parte de los 57 legisladores aprueba el proyecto de renta mundial que contempla el cobro de los impuestos al capital costarricense colocado en el extranjero, según un sondeo hecho la semana anterior por UNIVERSIDAD.
Muchos de estos dineros producidos en el país se encuentran colocados en bonos en bancos del exterior, inversiones inmobiliarias hechas en otras naciones o en toda aquella inversión bancaria o financiera que genere intereses fuera de Costa Rica.
Quienes aprueban incondicionalmente gravar esos capitales son 41 parlamentarios; una votaría afirmativamente pero con modificaciones, 11 se manifiestan en contra del impuesto y cuatro aun no toman una decisión. (Cuadro adjunto: «¿Quién es quién?»).
«DEBERÍA APROBARSE»
Varios analistas consultados coincidieron en que el proyecto de renta mundial es bueno aunque esté viciado con algunas modificaciones que se le han hecho en casi cuatro años de discusión.
Enfatizaron en que grupos de poder políticos y económicos han estado presionando -como también han admitido algunos diputados- para que el proyecto no pase o se modifique, ya que grandes inversionistas que tienen enormes sumas de dinero en el extranjero deberán pagar impuestos si se trató de plata generada en el país.
La Cámara de Comercio de Costa Rica y la Cámara Costarricense Norteamericana de Comercio (AMCHAM en sus siglas en inglés) son los dos sectores que más adversan este impuesto.
De hecho, la socialcristiana Gloria Valerín afirmó que el Partido Liberación Nacional (PLN) y el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) están negociando para favorecer a «la gente con plata (…) porque aquí el que tiene más galillo traga más pinol».
«Entiendo -argumenta la legisladora- que en Liberación la persona que ha movido esto es Óscar Arias, para que los diputados verdiblancos acepten el rebajo de la renta mundial (…) porque probablemente él es uno de los afectados con tanta plata que tiene».
Consultado sobre el tema, el candidato presidencial por el PLN, Óscar Arias, negó haber participado de algunos supuestos encuentros donde se ha negociado el tema con el cual está de acuerdo que se apruebe.
Aseguró que era mejor hablar con el diputado Bernal Jiménez quien manejaba este tópico con más especialidad, aunque con él ya este Semanario había conversado.
LUCHA POR BENEFICIOS
Algunos legisladores como los socialcristianos Gloria Valerín y Rodolfo Delgado, Epsy Campbell del Partido Acción Ciudadana (PAC) así como Humberto Arce (Unión Patriótica) aseguran que ha habido grandes presiones de sectores económicos importantes, cuyos capitales se verían afectados por el proyecto de renta mundial o consideran que ha habido mucho «manoseo» a través de la creación y tramitación de la iniciativa.
Esto porque se cobrarían gravámenes sobre dinero enviado al exterior por costarricenses para ponerlo a capitalizar.
Elvia Navarro, segunda prosecretaria del directorio legislativo y diputada del PLN, fue enfática al decir que «la gente hace los negocios con nuestra gente, con salarios bajos, explotan a los y las trabajadoras, y luego ese dinero lo envían a los tales bancos fantasmas -«off shore»- y por eso creo que es importantísimo que se apruebe la renta mundial».
Según explicó el liberacionista Bernal Jiménez, uno de los principales impulsores y creadores del proyecto, los grandes capitalistas tendrán que pagar impuestos que en la actualidad no están tributando -incluida gran parte de la banca nacional, privada y pública-, mientras que la clase media y baja del país deberá hacerlo en forma siempre equitativa.
Lo anterior porque el impuesto sobre la renta del 10% que se cobra en la actualidad a los asalariados es a partir de ¢320.000, mientras que si el Plan Fiscal óque contempla la renta mundial y globaló es aprobado, la nueva base de cobro será a partir de ¢551.000 (con un 15% de gravamen).
Jiménez asegura que presentó la moción 236ó40 en la que se argumenta que debe pagar quien tiene capitales en el exterior; también el extranjero residente que «va a pagar sobre lo que reciba aquí o sobre la riqueza que hizo allá. La moción del Ministro de Hacienda, Federico Carrillo, es aplicar lo mismo pero para las empresas».
Otra iniciativa que ha generado comentarios es la hecha por el presidente de la Asamblea Legislativa, Gerardo González, quien desea eliminarles el impuesto de la renta a los centros de atención de llamadas («call centers») porque, según dijo, da trabajo a unas 8.000 personas, «de las cuales 7.000 son estudiantes o padres de familia que viven de estos ingresos».
Mantuvo esta tesis a pesar de que se le recordó que una familia de Nueva York cuestionada por sus vínculos con la mafia era la dueña de varios centros de llamadas localizados en el josefino Mall San Pedro.
En lo relativo a la renta global, se gravan, por ejemplo, los ingresos por alquileres pero con dos salvedades: primero que no es cualquier monto de arriendo el que se grava -es a partir de ¢165.000-. Lo otro es que no se aplica un 13% como impuesto sino un 6%.
FUERTES PRESIONES
Los sectores adinerados que mueven sus influencias en el parlamento para debilitar el cobro sobre capitales extranjeros son, a criterio de Epsy Campbell, «las personas de clase alta que tienen recursos internacionales, así como los extranjeros que vienen a residir a Costa Rica y poseen sus dineros en bancos extranjeros o de sus países de origen».
Para ella, de cambiarse el proyecto de renta mundial favoreciendo a este sector socioeconómico, se privilegiaría a un grupo que no llega ni al 1% de la población, que tiene acceso a comprar casas de playa que cuestan hasta $5 millones (¢2.418 millones).
Humberto Arce, de Unión Patriótica, considera que «el cambio que se le quiere hacer a la renta mundial obedece a presiones (…) de grandes empresarios e industriales con muchos recursos, y de los paraísos fiscales conocidos también como la banca «off shore».
Para el economista Luis Paulino Vargas, quien es profesor de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), si se efectúan modificaciones se favorecería a estos sectores de altos ingresos que tienen la posibilidad de invertir fuera del país, aparte del sector financiero y quienes tienen acceso a colocar dinero en paraísos fiscales.
Rescató que la iniciativa contempla mecanismos para tener un control directo sobre los capitales que actualmente poseen mínimas regulaciones por parte de la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF) y de las entidades contraloras financieras del exterior.
Los liberacionistas están a favor de que la renta mundial se apruebe como está, sin modificaciones, mientras que entre los diputados que están en contra del proyecto o que desean que se le haga modificaciones -lo que negaría la posibilidad de gravar los capitales extranjeros o se cambiaría la forma de hacerlo- se encuentran los socialcristianos Rodolfo Delgado, Rocío Ulloa, María del Carmen Gamboa y Miguel Huezo. También se encuentran en esta posición todos los legisladores del Movimiento Libertario.
Entre los pertenecientes a otras tendencias políticas que están en contra se encuentra Emilia María Rodríguez (Alianza Democrática Nacionalista -AND-).
MITO CUESTIONABLE
Algunos parlamentarios del PUSC como Federico Vargas, Mario Calderón, Rodolfo Delgado y Lilliana Salas, al igual que los integrantes del Movimiento Libertario consideran que el apartado de renta mundial puede alejar la inversión extranjera.
Ellos consideran, en general, que si se eliminan del todo ciertas exenciones que se le hacen a compañías del exterior, como sucederá dentro de dos años con los beneficios que se les otorga en zonas francas, es posible que muchas de ellas abandonen el país con la consecuente pérdida de empleo para miles de costarricenses.
Además, algunos de los legisladores estiman que luego de dos décadas en que Costa Rica se ha abocado a atraer inversión extranjera, esta medida sería un contrasentido que eliminaría el interés de otras compañías por venir aquí.
No obstante, ciertos analistas consideran que esas aseveraciones no son más que la construcción de un mito y que en nada afectará las nuevas disposiciones legales al establecimiento de negocios novedosos en territorio nacional.
NO ES LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO
El economista Luis Paulino Vargas estima que la política pública sigue condicionada a la inversión extranjera y a veces ésta «genera muy poco empleo. Muchas veces no crea una transferencia tecnológica, ningún encadenamiento productivo y funciona a manera de enclave».
Destacó que «si la inversión extranjera es de este tipo, no nos conviene. La primera pregunta es esa, si es una inversión que nos conviene o no, a qué objetivos de desarrollo contribuye la inversión extranjera por satisfacer. A veces este tipo de empresas se llevan más de lo que dejan».
Con el anterior criterio coincidieron los economistas Henry Mora, de la Universidad Nacional (UNA) y Leonardo Garnier, docente de la Universidad de Costa Rica (UCR) y consultor.
Pocos fueron los diputados quienes coinciden con ese punto de vista como lo tiene Mario Redondo, del PUSC.
«No es cierto que la renta mundial afectaría la atracción de inversiones del país. Hay una norma clara en el plan fiscal que establece que el ingreso de inversiones no paga impuestos», dijo.
Otro aspecto bastante cuestionado por los especialistas es si el actual sistema tributario está preparado para cobrar tributos tan complejos como los que dispondría la nueva ley.
Esto se lo plantea la socióloga y analista Silvia Lara, quien está de acuerdo con que exista la renta mundial.
«En la medida que no se pueda cobrar, a la larga va a definirse como una estructura tributaria regresiva. Aun cuando el planteamiento inicial no fue ese, el cobro terminaría siendo regresivo. Eso es lo que puedo concluir del estado de la discusión», aseveró.
Incluso, dijo que es posible que lo que se termine cobrando finalmente sea el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Lo anterior, a criterio de Garnier, es aún así bueno porque el proyecto mantiene este IVA que exonerará de impuestos a la canasta básica alimentaria.
«Ha habido países como El Salvador que ha hecho regresivo este impuesto porque gravó todo, hasta lo básico», aseveró.
COBRO EN ENTREDICHO
Henry Mora aseguró, por su parte, que estaría por verse la capacidad de cobro del Estado, «apreciar en ejecución las tecnologías o recursos que tiene la Tributación Directa. Puede resultar algo regresivo. Una ley puede ser muy buena para encarar la evasión fiscal, pero si no es buena en la parte práctica de nada vale».
Acotó que «con la renta global pierden los que gravitan en torno al capital financiero y de los casinos. Con la renta mundial también pierden los grandes empresarios con intereses de inversión en capitales extranjeros. No por casualidad el expresidente del Banco Central y presidente de la Academia de Centroamérica, Eduardo Lizano, y la Unión Costarricense de Cámaras y Asociación de la Empresa Privada pegaron el grito al cielo, mientras que los libertarios saltaron. Aceptan el IVA, pero no la renta mundial».
Para Mora, la bondad con que los liberacionistas ven al Plan Fiscal se puede explicar en gran parte para que no se los cobre el electorado en los próximos comicios.
Anabelle Ulate, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UCR, manifestó que «en toda la economía costarricense toca el tema de la renta mundial, aún en el sector de servicios. Tenemos una economía muy abierta y por lo tanto el único concepto que cabe es el de renta mundial».
La economista aseveró que «lo que tiene que haber son tratados entre países para evitar la doble imposición tributaria. Eso es lo que se maneja en las naciones desarrolladas porque existe una gran interrelación entre las economías y el ingreso se genera en cualquier parte del mundo».
Sobre ese aspecto coincidió con Garnier quien dijo que es muy importante elevar la carga tributaria para subir los ingresos del gobierno porque no es suficiente recaudar bien, sino más.
El criterio entre legisladores y los especialistas entrevistados es que el meollo del Plan Fiscal en discusión y su apartado más importante, el de Renta Mundial, es si se aprueba o no la exoneración al impuesto del capital nacional colocado en el exterior, o las regalías que se les pueda dar a la inversión extranjera en el país.
Y a como han estado las sesiones legislativas de esta semana, la olla está que hierve …
Frases y hechos históricos
* «Los proyectos de impuestos se construyen para recoger gravámenes, no para hacer justicia». -Luis Ramírez (Partido Liberación Nacional -PLN-).
* «Yo estoy de acuerdo con la renta mundial. Tengo una duda en cuanto a cuándo se debe imponer la tributación: si cuando ingresan los recursos o cuando uno los genera fuera del país». -Kyra de la Rosa (PLN)
* «Algunos diputados ni entienden el tema de la renta mundial. No saben de lo que están hablando. Muchos de ellos representan los intereses de otros. Hacen mandados aquí y allá. Se dejan impresionar por el discurso de algunos que saben hablar muy bien». -Epsy Campbell (Partido Acción Ciudadana -PAC-).
* «No estoy de acuerdo en que se debilite la renta mundial, mucho menos en que se dejen de cobrar los impuestos a los grandes ricos. Estoy en contra del Plan Fiscal por los efectos que va a tener sobre la población trabajadora y sobre el país». -Teresita Aguilar (PAC)
* «Queremos que se proscribiera absolutamente el tema (el Plan Fiscal), que se terminara, pero en este camino iremos macheteando el principio hasta que no quede nada. Estaremos contra el plan fiscal que es una maldición para los costarricenses». óFederico Malavassi (Movimiento Libertario)
* «Lo correcto es que el cobro no se efectúe en el momento del cobro. El cobro debe hacerse en el momento en que los capitales ingresen al país. Por otro lado, eso en ningún momento va a ahuyentar las inversiones extranjeras. Yo no le veo mayor problema». -José Francisco Salas (Auténtico Herediano).
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