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Análisis Pacto de gobernabilidad tiene fantasmas

La política nacional está jalonada por espectros nacionales y transnacionales.

La política nacional está jalonada por espectros nacionales y transnacionales.
Era el 1 de mayo pasado y un grupo de liberacionistas que postulaba a su compañero Luis Ramírez, para encabezar el nuevo directorio de la Asamblea Legislativa, fue boicoteado por la «autoridad política superior» de su propio partido, quien por el contrario, dio la orden de votar para reelegir en la presidencia a… ¡un socialcristiano!

¿Cuándo se volvió loca la política costarricense? El mundo, ¿se volteó al revés?

Algo así. El cronista parlamentario de un diario nacional lo llamó un «viraje». El triunfante socialcristiano reelecto presidente de la Asamblea, Gerardo González, bautizó la bizarra movida como un «pacto de gobernabilidad», y dijo que tenía como propósito agilizar ciertos proyectos en lo que queda de la presente administración, a saber: el Tratado de Libre Comercio con EE.UU (TLC), la reforma fiscal y la reforma bancaria por la cual el sector financiero privado obtendría igualdad de condiciones con la banca pública.
 

Presionado un poco por la prensa, el derrotado liberacionista Ramírez confesó que la «autoridad política superior» que había bajado el pulgar, era el entonces precandidato presidencial del Partido Liberación Nacional (PLN), Óscar Arias.

Presionado ídem, el vencedor socialcristiano González hizo su propia confesión sobre la autoría del pacto -y de la frase-: «Me dijeron que don Óscar había manifestado que para lograr una agenda de gobernabilidad era necesario una alianza entre algunos diputados del PUSC y del PLN.» («Gerardo González: Como diputado creo en el TLC». LN, 2/5/2005)



NO ES LOCURA: ES NECEDAD



Estos hechos, y los ocurridos recientemente en la asamblea del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), muestran que contrariamente a lo que el sentido común indicaría, el 1 de mayo no marcó algún viraje, sino que puso al descubierto la persistente continuidad del sacudido bipartidismo, que ante la inminencia de un cambio de gobierno, pasaba de solapada a descarada.

Y es que, consultados por UNIVERSIDAD, reconocidos liberacionistas y socialcristianos, como Luis Guillermo Solís y Óscar Aguilar Bulgarelli, coincidieron, a su modo, con que ser hoy del PLN o del PUSC es indiferente y relativo, pues los proyectos -y las fuerzas sociales- que daban sentido a tales agrupamientos, han cambiado o han sido abandonados por sus actuales liderazgos, al punto que la mayor lección de coherencia política la dan, en este momento, las leales aficiones de la Liga y el Saprissa.

¿Qué proyectos defienden, entonces, los liderazgos del bipartidismo? De un lado y del otro, hay coincidencia en que los fantasmas detrás del pacto son los sectores empresariales más fuertes instalados en el país -banqueros, comerciantes importadores y exportadores, bufetes intermediarios-, quienes buscarían, por una parte, apropiarse de lucrativos mercados y negocios, vía apertura de las telecomunicaciones y de los seguros -que permitiría la aprobación del TLC-, y por la otra, asegurarse de que Costa Rica siga siendo el rentable paraíso financiero y fiscal que la convierte -en este caso, literalmente-, en una especie de Suiza centroamericana. También coincidieron en que el representante político-electoral de estos grupos, hoy, es el candidato presidencial Arias.

«Óscar Arias y La Nación son piezas del ajedrez político de los sectores más ricos de este país. Estos sectores buscan aprobar el TLC para sus negocios, y eliminar la renta mundial para seguir teniendo el dinero afuera sin responsabilidad nacional. Han perdido absolutamente el sentido real de solidaridad nacional. Actúan para su propio beneficio sectorial y personal. Y, además, manejan los grandes medios, dominan la opinión pública con la campaña recontramillonaria a favor del TLC», dijo Aguilar Bulgarelli.

El socialcristiano rebelde pidió a la población librar su propia lucha cazafantasmas: «Que la gente abra los ojos. Ese pacto de gobernabilidad se gesta en otros sillones, en ámbitos que están un poco en la zona de Llorente, y si no, en mullidos sillones en casas de Escazú.»

Además, fue particularmente duro con Ricardo Toledo, la pieza socialcristiana del pacto, en el plano electoral: «Toledo es el más sirviente, porque lo hace sin tener hacha que afilar. De Óscar Arias se entiende: es del grupo de los ricos. Pero Toledo es un obsecuente servidor.»

Esta opinión es muy semejante a la expresada por otra persona socialcristiana que participó en la asamblea de ese partido del 13 de agosto, y quien hizo revelaciones a UNIVERSIDAD.

Como ya es sabido -dijo- Toledo fue presa de un berrinche cuando se dio cuenta de que el fantasma del expresidente Rafael Ángel Calderón, con todo y casa por cárcel, logró impedir que colocara sus propias diputaciones. Sabido es también que el diputado Rolando Laclé y Luis Manuel Chacón corrieron a pedir a Toledo que recapacitara en cuanto a su intención de renunciar a la candidatura. Pero lo que no se sabía es que -según dijo la fuente- quien realmente logró convencer a Toledo fue nada menos que Rodrigo Arias, hermano del candidato del PLN.

¿Y por qué lo haría? «El PLN necesita un PUSC chiquitico, pero que capte los suficientes votos para evitar una segunda vuelta», opinó. (Ver: «Un fantasma llamado Rodrigo»).

El análisis de Solís fue muy semejante a los dos anteriores, en varios puntos. «El PLN y el PUSC han entrado en una fase de entendimientos pre-electorales que recuerda mucho los viejos tiempos de bipartidismo «clásico». Tales acuerdos están lejos de constituir un «pacto de gobernabilidad» y más bien son acuerdos de corta duración, orientados a limpiar la agenda legislativa de los dos temas más álgidos que a Óscar Arias y al gobierno interesan: la aprobación del TLC y de una reforma fiscal degradada.»

Además, consideró que «don Óscar Arias es el candidato al que apoyan los grandes intereses económicos del país. Su apuesta por el TLC refleja las prioridades de esos sectores y su determinación de aprobarlo es cónsona con el modelo productivo por el que éstos abogan (y en el que él cree) desde hace décadas. Don Óscar es el representante más culto y preparado del conservadurismo costarricense de la época actual.»

Agregó que el PLN sigue siendo un partido fuerte, y el haber dado un paso al costado -junto con Mariano Figueres-, en vez de abandonarlo y hacer casa aparte, como sí hicieron Corrales y Álvarez Desanti, puede ser una siembra que eventualmente les depare buena cosecha. (Ver entrevista: «Mañana será otro día»)



¿HABRÁ MAÑANA?



Pero, ¿será mañana, otro día? ¿O será que mañana ya llegó, para quedarse, y no nos dimos cuenta?

Quizás la clave esté en considerar que hace rato, y gracias principalmente a la apertura del país al irrestricto flujos de capitales, iniciada en los 80 al influjo de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), de EE.UU, Costa Rica ya no es solo de la «gente sencilla y trabajadora», sino de grandes capitales ticos desnacionalizados y de capitales transnacionales instalados aquí para lucrar -no para hacer «asistencia social»-, y habituados a jugar en una cancha mucho más grande que la delimitada por fronteras nacionales.

En el caso de los bancos, como se vio gracias al escándalo de las donaciones hechas a los candidatos de ambos partidos durante la pasada campaña electoral, además de Costa Rica, estos capitales -muchas veces mezclados con los ticos- provienen de El Salvador (Banco Cuscatlán), Nicaragua (Banco de San José) y Panamá (Banco Banex).

Y su interés es profundizar, o al menos mantener -mediante una reforma fiscal sin renta mundial, y hasta que se pueda torcer el brazo al «empate político» de Eduardo Lizano-, el statu quo que les permite jugar rudo y aspirar a eventualmente formar parte de la lista de los latinoamericanos más ricos de la revista Forbes, junto a «pesos pesados» como los «jeques» de la  TV y de la telefonía celular, el mexicano Carlos Slim -ahora también en negocios conjuntos con el Grupo TACA, cuyo presidente en Costa Rica es el economista y exministro de Hacienda del gobierno de Arias, Fernando Naranjo, por poner un ejemplo-,  el ecuatoriano Álvaro Noboa o el venezolano Gustavo Cisneros, entre otros.

Y, debajo, la gente «trabajadora y sencilla», mucha de ella resistiendo -pues tiene mucho que perder si el Estado social de derecho se va en banda- en este tan desigual combate, y también con la esperanza de que eventualmente se pueda torcer a su favor el «empate político» de Lizano. Pero hay otra gente más, acomodándose a sobrevivir en la puja sin mucha resistencia, e inclusive haciendo peligrosos cálculos individualistas -presa del Síndrome de Estocolmo- por si esto no ocurre.

Será, pues, el desenvolvimiento de estas tensiones el que determine, no solo si mañana será, en verdad, otro día, sino si la Costa Rica de la gente -y no sobre todo el paraíso financiero de transnacionales- seguirá siendo posible.

«Un fantasma llamado Rodrigo»
Una persona socialcristiana, quien participó en la pasada asamblea del PUSC, y que por razones evidentes prefirió guardar anonimato, detalló a UNIVERSIDAD los hechos más relevantes acontecidos allí:
* Si bien algunos asambleístas apelaron al expresidente Rafael Ángel Calderón, la mayoría es gente muy joven, que probablemente solo lo conoce de oídas. «El 80% de los candidatos a diputados son gente completamente nueva.»
* Desde tres meses antes, Lorena Vásquez, presidenta del PUSC, afirmaba ser la vocera del expresidente Calderón. «Estuvo usando su nombre indiscriminadamente, lo cual generó la queja de muchos.»
* Por esto mismo, hace 22 días, Calderón pidió al exviceministro de Educación, Marvin Herrera, ser su vocero oficia
* ¿Hubo o no línea? Calderón quiere mantenerse al margen, pero dijo que tampoco le cae mal la imagen de tener todavía poder político
* En la asamblea se perfilaron claramente cuatro grupos: uno, vinculado a Vásquez y al exdiputado Jorge Eduardo Sánchez, reunió 60 votos. Otro, vinculado al candidato Ricardo Toledo, contó unos 30 votos. Otro más «era un grupito que respondía a la fracción» socialcristiana en la Asamblea Legislativa. Y, finalmente, el cuarto tuvo en común ser «anti-Vásquez»
* Vásquez, por su parte, quería lograr las candidaturas a diputaciones para un grupo compuesto por «Emilia Arias, Carlos Alberto -de Parrita-, la exdiputada Vanessa Castro y el exdiputado Sánchez»
* Después de la Asamblea, en la habitación 8 del Country Club, Vásquez se jactó de que «de las 15 personas elegidas para las diputaciones, siete son de Calderón y ocho son mías.»
* Unos 40 «asambleístas sueltos» manifestaron su simpatía por Calderón. «Era una presencia, le echaban piropos, hablaron de su obra» y criticaron lo que consideraron un tratamiento parcial e injusto por parte del diario La Nación, el Poder Judicial y la Fiscalía General de la República.
* Cuando estos 40 calderonistas se dieron cuenta de que quedarían fuera debido a los manejos del grupo de Vásquez, buscaron distintas alianzas. Este hecho realzó la presencia fantasmal de Calderón quien, por lo demás, les dio su visto bueno.
* Cuando Toledo se fue, decidido a renunciar porque no lograba sus objetivos, Luis Manuel Chacón y Rolando Laclé corrieron a convencerlo de que recapacitara
* Sin embargo, «el ministro de Seguridad Rogelio Ramos, dijo que quien realmente convenció a Toledo de quedarse fue Rodrigo Arias», hermano del candidato presidencial del PLN. ¿Por qué el interés de los rivales del PUSC? «Un partido socialcristiano chiquitico, garantizará al PLN que no haya segunda vuelta.» Toledo sería, en este contexto, la figura ideal para mantener en la contienda a un PUSC de poca talla.
* De hecho, en las dos horas críticas en las que no se supo qué pasaría con la candidatura presidencial del PUSC, se planeó anunciar, en una conferencia de prensa fijada para las 9 p.m., el lanzamiento de la candidatura del exvicepresidente de la República, Arnoldo López Echandi, «quien extrañamente estaba en la Asamblea.»
* «López Echandi contaba con el apoyo de Calderón y garantizaba tranquilidad a los empresarios», pero su figura, de más peso que la de Toledo, «bajaría el diapasón al PLN». Incluso se negociaba la opción de que una vicepresidencia fuera para la ex diputada Castro. En ese momento crítico, Herrera habló en dos ocasiones con el expresidente Calderón. «Era un cisma. Toda la gente estaba furiosa con Toledo, por inmaduro.»
* ¿Por qué existe animadversión de Óscar Arias hacia Calderón? «Durante el gobierno de Rodríguez, Calderón se comprometió a dar los votos de la fracción del PUSC para legalizar la reelección presidencial. Sin embargo, cuando vio que la propia fracción del PLN no tenía los votos, debido al interés electoral de Álvarez Desanti y Corrales, le dio la espalda a Arias.»
* Y ¿qué gana Toledo? «Gana dinero para su campaña y silencio sobre cosas que podrían perjudicarlo. Sabe que si participa ahora, queda montado para la campaña del 2010.»

Luis Guillermo Solís:
«Mañana será otro día»
Exsecretario general del PLN y politólogo de la UCR, Luis Guillermo Solís es de los liberacionistas que han tomado distancia del liderazgo en su partido. El 17 de agosto respondió a preguntas de UNIVERSIDAD sobre las implicancias del remozado pacto bipartidista.
Existe un nuevo acuerdo bipartidista entre el PLN de Óscar Arias y el PUSC de Abel Pacheco-Ricardo Toledo, al que se ha llamado un «pacto de gobernabilidad». ¿Qué es «gobernabilidad» cuando restan pocos meses para las elecciones? ¿Se transan los votos seguros, hoy -y que no lo estarían en la próxima Asamblea- para el TLC y una reforma fiscal mediatizada en cuanto a sus intenciones de gravar a los grandes capitales?
-El PLN y el PUSC han entrado en una fase de entendimientos pre-electorales que recuerda mucho los viejos tiempos de bipartidismo «clásico». Tales acuerdos están lejos de constituir un «pacto de gobernabilidad» y más bien son de corta duración, orientados a limpiar la agenda legislativa de los dos temas álgidos que a Óscar Arias y al gobierno interesan: la aprobación del TLC y de una reforma fiscal degradada. Con este acuerdo, Toledo y Arias satisfacen a sus principales aliados de la élite política nacional, no se desgastan en inútiles batallas legislativas que son campo fértil en el que medran los pequeños partidos de la oposición, y concentran sus baterías en sus adversarios más importantes.
¿Qué espera obtener el PUSC de Pacheco-Toledo con este pacto? ¿Calderón y Rodríguez terminarán usufructuando de posibles ganancias?
-Mi impresión es que tanto el Presidente como Toledo necesitan tener las aguas calmas de aquí a las elecciones. El desgaste personal e institucional de ambos y del gobierno del que forman parte es tan marcado, que lo que menos necesitan es una guerra innecesaria con el PLN, que marcha solo -aunque lejos de tener segura la victoria electoral- en la punta de las encuestas. Creo que a Calderón y a Rodríguez esta situación también les beneficia, pues como se vio con claridad en la Asamblea, han logrado mantener un firme control sobre el PUSC, precisamente gracias a la debilidad del «pachequismo»  (no «toledismo», porque eso no existe)
¿Óscar Arias es más un gran empresario interesado en las posibilidades del TLC para las grandes empresas, que un político con sentido nacional, como era don Pepe?
-Don Óscar Arias es el candidato al que apoyan los grandes intereses económicos del país. Su apuesta por el TLC refleja las prioridades de esos sectores y su determinación de aprobarlo es cónsona con el modelo productivo por el que éstos abogan (y en el que él cree) desde hace décadas. Don Óscar es el representante más culto y preparado del conservadurismo costarricense actual, y quizá por ello no le es «incondicional» en un sentido sociológico. Se ha separado de éste en temas centrales como la política internacional. Por ello, a diferencia de líderes empresariales que estarían por plegarse a la hegemonía estadounidense de manera irreflexiva, don Óscar tiene una visión mucho más madura, universal e incluso patriótica de las relaciones mundiales, que ya puso a prueba -exitosamente- durante los años de la crisis centroamericana. Sin embargo, por temperamento, formación, práctica política, vocación personal, carácter y compromiso con la gente común, don Óscar está en las antípodas de don Pepe, líder de quien él claramente nunca fue discípulo.
El PLN de Arias, apoyado por intelectuales como Leonardo Garnier, ¿sigue siendo un partido fuerte? ¿Hay un PLN de Corrales, otro de Álvarez Desanti, otro de Mariano Figueres y Luis Guillermo Solís? ¿Cuán fuertes pueden ser?
-¿Quién puede dudar de que el PLN sigue siendo un partido «fuerte»? Obviamente no lo es como antes; ni está tan cohesionado ni tiene la capacidad de convocatoria que tenía. Sin embargo las encuestas demuestran cómo pese a todo, el «piso» liberacionista es considerable, aunque un gran número de liberacionistas de base esté desanimado por la prepotencia y el conservadurismo doctrinario del liderazgo superior actual. Como yo, en materia político-electoral, soy un realista, me inclino a pensar que el único PLN que existe (con sus luces y con sus sombras) es el que está inscrito en el TSE. Antonio Álvarez Desanti ya no está en el PLN y tampoco José Miguel Corrales: ambos han hecho casa aparte y están construyendo sus propias, muy respetables opciones partidarias. Mariano está trabajando duro en La Lucha y yo estoy dedicado a mis actividades académicas. ¿Tenemos hoy fuerza suficiente para contrarrestar la avalancha? Sólo fuerza moral, que es una de las mayores fuerzas. ¿Y mañana? Mañana será otro día.


Burguesía transnacional

«Fernando Naranjo, presidente de Taca Costa Rica, explicó que la próxima aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos generará gran cantidad de negocios en la región que demandarán movilizar más empresarios.» («Taca compra 26 nuevos aviones. Invertirá más de $1000 millones». LN, 15-12-2004)

  • Emanuel García Jiménez 
  • País
BourgeoisieIndividualismNational LiberationPartido Liberación Nacional
Notas

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