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El Área de Conservación Tortuguero se preocupa por cuidar su «vecindario».
Los canales de Tortuguero y los bosques aledaños conforman valiosos ecosistemas que son amenazados por la contaminación y la deforestación (foto: E. Ramírez).
Conscientes de que la protección integral de los parques nacionales debe incluir no solo el área asignada por ley sino también el «vecindario», los funcionarios del Área de Conservación Tortuguero (ACTo) desarrollan varios proyectos con miras a bajarle las presiones que esta enfrenta, especialmente en materia de deforestación.
Gracias a estos proyectos, esa área ha logrado reducir en los últimos años la tala ilegal, aunque todavía debe hacerle frente a amenazas como la cacería, pesca, y contaminación por los agroquímicos que se usan en los cultivos de piña y banano, aseguró el director del ACTo, Mario Coto Hidalgo.
El funcionario destacó la importancia que tiene la protección ambiental para esta región, pues -aparte de flora y fauna que posee- en ella se encuentran los segundos mantos acuíferos más importantes del país.
El Área de Conservación Tortuguero cumple este año sus 30 años de creación, por lo que del 21 al 27 de agosto realizarán diversas actividades conmemorativas, y el viernes 26 será la sede oficial de las celebraciones del «Día de Parques Nacionales».
Ese día será aprovechado para que representantes del ACTo firmen un convenio con la Fundación para el Desarrollo de la Cordillera Volcánica Central (FUNDECOR), tendiente a consolidar el sistema de información geográfico que emplean para controlar el uso de los bosques.
Además de la FUNDECOR, dicha área de conservación recibe la colaboración de la Comunidad Europea, a través del proyecto Conservación del Bosque y Desarrollo Sostenible de las Zonas de Amortiguamiento del Caribe Norte de Costa Rica (COBODES), el cual se inició en el 2001 y concluye el próximo año.
Con un área protegida de 26.156 hectáreas en la parte terrestre y 50.160 en la marina, el Parque Nacional Tortuguero alberga una valiosa diversidad biológica, entre ella la flora y fauna asociados a sus numerosos canales, así como las tortugas que desovan en sus playas. Por estos atractivos, Tortuguero es el cuarto parque nacional con mayor visitación del país.
PROTEGER EL «VECINDARIO»
Mario Coto Hidalgo -director del ACTo- destacó la importancia para esta unidad de conservación, de desarrollar acciones también en el área de amortiguamiento, para evitar que los impactos sobre el parque Tortuguero sean mayores.
El Área de Conservación Tortuguero se extiende dentro de los cantones limonenses de Pococí y Guácimo, y una parte en el de Sarapiquí -Heredia-. El Refugio Nacional de Vida Silvestre Barra del Colorado es otra de las áreas importantes que integran el ACTo, en donde habitan más de 150.000 personas.
Debido a las numerosas poblaciones que rodean al Parque Nacional Tortuguero y a que las principales actividades económicas son de tipo agropecuarias, los riesgos ecológicos que amenazan a esta área preocupa a los guardaparques.
Una de las cosas que más inquieta a Coto Hidalgo es la expansión galopante de el cultivo de la piña, cuyos sembradíos ya llegan en algunos casos hasta el refugio de Barra del Colorado.
Al referirse a la importancia de los acuíferos de la zona, el Director del ACTo comentó que muchas de las actividades productivas impermeabilizan los terrenos, con lo que se afecta la filtración de agua hacia esos reservorios y se genera erosión de los suelos.
En este sentido, Luis Rojas -director del COBODES- avaló lo dicho por Coto Hidalgo y enfatizó en la relevancia de los humedales de esta región -que incluye los canales de Tortuguero-, no solo por la labor de filtración que ejercen, sino también por la biodiversidad que generan.
Por eso, advirtió que la contaminación que ocasiona la población y las actividades productivas afecta a la flora y fauna del Parque Nacional Tortuguero, hacia donde es arrastrada por las aguas que fluyen al sistema de ríos, quebradas, caños y canales que desagua en el cercano mar Caribe.
Es en este contexto, que la colaboración prestada al ACTo por la FUNDECOR y el COBODES es de gran importancia para mitigar el deterioro del parque Tortuguero.
La FUNDECOR ayuda en el control de la tala ilegal mediante la utilización de modernas tecnologías como los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) y las agendas electrónicas conocidas como PDA (Asistentes Digitales Personales), los cuales permiten enlazar con algunos satélites y conocer con exactitud la ubicación de los árboles en un bosque o la categoría forestal del sitio, para determinar si se autoriza el permiso de corta solicitado o si ha existido tala ilegal.
La aplicación de estos instrumentos ha permitido reducir considerablemente la corta ilegal de bosque en los últimos dos años, según datos del ACTo.
Mientras tanto, el COBODES está abocado a mejorar: la capacidad técnica del personal del ACTo; el uso racional de los recursos naturales del área; y las prácticas de los pobladores, con el fin de que el desarrollo sea sostenible.
German Vargas, comunicador que labora para este programa, explicó que por ahora, más que insistirle a los pobladores en aspectos de conservación ambiental, procuran que asuman formas productivas que mejoren su calidad de vida.
Por otro lado, Germán Obando -de la FUNDECOR- anunció que están por terminar un catastro forestal de la zona -el cual servirá para llevar un mejor control- y un estudio de tenencia de la tierra.
IMÁN TURÍSTICO
El Parque Nacional Tortuguero tiene un gran potencial para el turismo y desde hace varios años es un imán para miles de visitantes extranjeras que lo buscan y dejan millones de dólares al parque y a la comunidad aledaña que vende servicios turísticos.
En razón de lo anterior, los administradores del parque saben que la visitación es una fuente importante de ingresos para todos, y lo que hagan para protegerlo desde un punto de vista ecológico, redundará también en beneficios económicos.
En el 2004, llegaron al parque 52.977 extranjeros y 11.365 nacionales, para un total de 64.342, según precisó Alonso Rojas, encargado de uso público de esta área.
La mayoría de estas personas pagan por entrar al parque para ver el desove de las tortugas -principalmente- verde y baula que llegan a esta costa. De esto se benefician los guías
urísticos del lugar, que son contratados para este fin y con la anuencia de los guardaparques
En junio pasado empezó la temporada de anidamiento de las verdes y termina en noviembre. Para Andrea Haro, coordinadora de campo de la Caribbean Conservation Corporation -organismo que trabaja en la protección de las tortugas-, dijo que para la actual temporada esperan que se supere la marca de anidación anterior (118.000 en el 2004), ya que la arribada en este momento es más fuerte. Lorelis Soto -subadministradora del parque- confirmó lo anterior y cree que de mantenerse esta afluencia, será la mayor de los últimos 30 años
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