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La excanciller del Ecuador y dirigente indígena analiza la crisis política latinoamericana
La excanciller Nina Pacari del Ecuador y dirigente indígena afirmó que hay que trabajar pensando que es possible ganar las próximas elecciones en esa nación suramericana
Nina Pacari, dirigente indígena del movimiento Pachakutik, ocupó la cancillería ecuatoriana durante los primeros meses de mandato del expresidente Lucio Gutiérrez, entre enero y agosto del 2003. Ahora es una de las precandidatas del partido a la presidencia de la República.
El movimiento Pachakutik ha expresado que se presentará a las próximas elecciones con candidatos propios porque la alianza con Lucio Gutiérrez «fue un fracaso», en opinión de sus dirigentes.
Asesora de la fracción parlamentaria del movimiento, que tiene diez diputados (de los cien que integran la Asamblea Legislativa), Pacari es también integrante del Foro permanente de Pueblos Indígena, de las Naciones Unidas. Llegó al país la semana pasada, procedente de México, para participar en una actividad del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). «Universidad» conversó con Nina Pacari sobre la crisis política de América Latina y de su propio país, Ecuador.
Desde su punto de vista, ¿cuál es la naturaleza de la crisis que vivimos en la región?
Hay una crisis de un modelo de estado. Esa crisis se visibiliza frente a dos necesidades urgentes: por una parte, no hay respuestas a las demandas de una globalización excluyente, el modelo no da abasto para resolver los conflictos profundos. El segundo es un desafío histórico. Se configuraron estados nacionales sin considerar a la población indígena y negra.
Fue en los años 90 cuando se explicitaron los cuestionamientos a ese modelo de estado; cuando, frente a esta realidad global, se comienza a cuestionar un modelo de estado que está en crisis, que no da para más.
¿Cuál es la alternativa?
Necesitamos un pacto social para dar viabilidad a una institucionalidad que de respuesta a los problemas de la región.
Hace falta también democratizar el tema del desarrollo económico. La democracia se ha instalado en ámbito electoral, pero ha sido insuficiente en lo social y económico; cojea. Los grupos económicos, al amparo de la democracia, han consolidado sus intereses particulares y el poder político quedó atrapado por el poder económico.
No se trata de una asociación de personas para una acción política; el objetivo es ver como el partido aúpa mis intereses. Por eso digo que, al amparo de la democracia, han hecho mal uso del poder económico, y eso contribuye a esa fragilidad institucional. Es necesario volver a repensar y construir un profundo pacto social.
En Ecuador, ¿cómo se manifiesta esa crisis?
Con la caída de Gutiérrez, en medio de las protestas populares, asumió un nuevo presidente, Alfredo Palacio, al que le queda año y medio en el poder. Si se hubiese propuesto recuperar y consolidar la institucionalidad en este período de transición, ese mensaje generaría confianza y corresponsabilidad ciudadana. Pero salió diciendo que venía a «refundar el país» y a ofrecer una Asamblea Constituyente, para luego desdecirse. Ahora ha lanzado la propuesta de llevar a cabo una consulta, con algunas preguntas sobre reformas constitucionales (voto facultativo, en vez de obligatorio; parlamento unicameral, y otras), pero no la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que ofreció cuando tomó posesión del cargo.
Esa falta de responsabilidad, de cumplir lo que ofreció, es uno de los puntos débiles del actual gobierno. Se echó para atrás por la improvisación, por la falta de una visión de país.
Hay otros tres grandes temas en la agenda: la necesidad de una mayor inversión social; el logro de estabilidad económica, aprovechando los altos precios del petróleo; y el lanzamiento de un proceso mayor de diálogo.
El país estaba señalando que no quería grandes cambios, imposibles de lograr, sino una respuesta a la crisis profunda a la que habíamos llegado.
¿Palacio no ha dado respuesta a ninguno de esos temas?
Creo que no. Para apuntalar a la inversión social cuenta con fondos de los excedentes petroleros, 70% de los cuales se destinaban al pago de la deuda. Eso se ha cambiado; se aumentó el porcentaje asignado a educación, salud, vialidad y reparaciones ambientales y se redujo a cerca de 50% lo que se destina al servicio de la deuda. El «Foro Petrolero» proponía poner fin a los contratos con las petroleras que significan una pérdida de 600 millones de dólares anuales para el Ecuador.
El crudo más pesado (de menor valor) son los que explotan las empresas privadas; la estatal explota el de mayor valor. Pero, para exportar, se mezclan ambos y se transfiere a la empresa privada parte de los beneficios del Estado.
¿Cómo se ve el panorama electoral?
El proceso electoral, presidencial y parlamentario, previsto para octubre del próximo año, se ve confuso, difícil. Lo que se ha visto con fuerza en estos dos años es un rechazo a la política y a los políticos y la exigencia de una nueva forma de hacer política, con un discurso antipolítico. Una situación de caos, de confusión, no hay credibilidad y puede darse cualquier otra situación en medio de esa improvisación.
Hay candidatos como Álvaro Noboa, productor bananero cuya candidatura representante de la concentración de todo el poder oligárquico en sus manos; León Roldós, que fue vice-presidente entre 1981-84; Pachakutik, que está pensando en una candidatura de las filas del movimiento. Se está hablando del economista Auki Tituaña; es uno de los nombres que tiene mas posibilidades.
¿Qué significa Pachakutik?
Significa cambio, transformación profunda. Se ha definido como movimiento de izquierda comunitaria, con actores indígenas o no, pero con los pueblos indígenas.
¿Tienen posibilidades de triunfo?
Hay que trabajar pensando que es posible ganar. Ojalá hubiera apertura de las élites para ceder, para dialogar, para compartir.
Nuestro programa tiene cuatro puntos importantes: la democratización del modelo de estado; la construcción de una institucionalidad más democrática, que no esté sujeta a grupos de interés económico, alejada de la corrupción.
El segundo tema es el de la economía. Si no logramos revisar herramientas como el presupuesto, creo que tampoco lograremos mayores cosas.
El tercero tiene que ver con una fuerte inversión social. Estamos muy carentes de infraestructura, sobre todo en las poblaciones rurales. Es indispensable avanzar en esto para alcanzar los objetivos del milenio.
Finalmente, está el tema de la gobernabilidad, de considerar los gobiernos locales. Esa es nuestra propuesta: descentralización y autonomía.
PAROS
Ecuador vive desde el 15 de agosto una serie de protestas en dos provincias amazónicas productoras de petróleo, que provocaron la renuncia del ministro de Defensa, la semana pasada.
La ola de paros se ha generalizado, las presiones por más recursos para atender las demandas sociales aumenta; pero hay un déficit fiscal muy alto, de unos 1.200 millones de dólares, cerca de 4% PIB, afirmó Pacari.
La suspensión de las exportaciones petroleras, según el Gobierno, supondrá unas pérdidas fiscales de unos 500 millones de dólares en los próximos tres meses. Esto representará un duro golpe para las arcas del Estado, cuyo presupuesto se financia en más de un 35 por ciento con las ventas de hidrocarburos. La dolarización de su economía ha resultado un fracaso, en opinión de Tituaña.
Pese a esto, una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) visitó el país esta semana, para exigir que, en el presupuesto, se asegure el pago del servicio de una deuda que llega a mas de 11 mil millones de dólares. En un país donde la pobreza afecta a 67% de la población, eso significa una enorme presión sobre las necesidades sociales.
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