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Leía no hace mucho un artículo titulado «El Fantasma recorre América Latina», en alusión a las victorias cosechadas por Luis Ignacio «Lula» da Silva en Brasil, Nestor Kirchner en Argentina, Hugo Chávez en Venezuela y más recientemente Tabaré Vázquez en Uruguay, todas ellas victorias surgidas de un nuevo movimiento de reencuentro con los postulados bolivo-martianos de integración. Hoy la América mayor resurge como fénix en la palestra internacional, replanteando la idea de la Gran Colombia, una gran Patria Latinoamericana resistiendo a la absorción del Norte.
LA DIVISIÓN HACIA «RESTOLANDIA»
¿Si ellos son los americanos, nosotros qué? Restolandia en palabras de Adrián Goizueta, se ha convertido luego de las recetas para el «desarrollo», en cuna ya no de desigualdades, sino más bien de exclusión social y sometimiento. Hoy día las contradicciones de un mundo «economizado» han calado diferencias en las entrañas de América Latina, convirtiéndola en la zona del mundo con mayor desigualdad en el ingreso, pues según el Informe de Desarrollo Humano para el año 2000, en 13 de los 20 países al decenio de 1990, el 10% más pobre tiene menos del 5% del ingreso del 10% más rico, desigualdad acrecentada en Brasil, donde aun se conservan rasgos del modelo esclavista del siglo XVI.
Las políticas de «desarrollo» de los organismos financieros internacionales (OFI) como el FMI y el BM a través de la privatización de los activos nacionales, propuestas -¿impuestas?- y seguidas al pie de la letra en países como Argentina, han demostrado en más de 20 años que el «desarrollo» no desarrolla, sino más bien acrecienta la riqueza en pocas manos y la exclusión contra las mayorías, pues como bien lo denuncia Eduardo Galeano cuando escribe: «En nuestras tierras los numeritos tienen más suerte que la gente. ¿A cuántos les va bien cuando a la economía le va bien? ¿A cuántos desarrolla el desarrollo? «
Esta instauración de la «restolandia» al sur del Río Bravo ha marcado el camino para los nuevos movimientos sociales desde el «zapatismo» de Marcos en Chiapas, México, a los «piqueteros» en la Tierra del fuego, embelesando de gritos por y para un nuevo modelo y plataforma de desarrollo en «Nuestra América».
IMPORTANCIA DEL «PATIO TRASERO»
La importancia geoestratégica de este «patio trasero» para los EE. UU como actual ente hegemónico, aumenta con la presencia de una vasta cantidad de recursos naturales y minerales como agua (el oro azul del siglo presente), petróleo, gas natural, carbón, cinc, níquel y otros cuyo control vislumbra las nuevas guerras. Un caso característico de estas nuevas guerras, se suscitó en Cochabamba Bolivia en el 2001, luego de la implantación del modelo de «apertura» del sector «en pro de los pobres» -según el lenguaje del BM-; y que en la realidad se vio traducido en un aumento draconiano de los precios del agua, en pro de las mega corporaciones y en contra de las mayorías.
El petróleo y en especial el agua, de la cual Brasil posee el 20% del total de agua dulce en el mundo, en un escenario no muy alentador se ven como los «factores generadores de guerra del presente siglo»; claro ejemplo de esto tenemos la ocupación desatada en Irak por los EE. UU., a través de la cual se pretende dominar las segundas reservas de crudo más importantes del mundo, y los afluentes de agua dulce más importantes en la región del Medio Oriente -zona desértica- como son los legendarios ríos Tigris y Eufrates.
No muy lejano a esto vemos las políticas hostiles de Bush y su ministra de Relaciones Exteriores Condoleeza Rice hacia el gobierno chavista, a quien se han encargado de proclamar como el «nuevo comunista cubano castrense del siglo XXI», a quien ni los golpes de Estado, ni la política sucia de los medios (des) informativos han logrado derrumbar.
Reencuentro sudamericano: sabor a tango y zamba
La división histórica de América desde tiempos coloniales, y el análisis «mackinderiano» de división en dos grandes islas Norte y Sur, luego de la construcción del Canal de Panamá, parece diluirse en los retratos al sur hasta la tierra del fuego.
El paisaje reciente cargado de nuevos movimientos sociales en la América del Sur, y «el reencuentro histórico de las masas continentales de Brasil y Argentina genera movimientos y procesos independentistas y de adquisición de poder internacional y nacional». (Cfr.E. Saxe-Fernández, 2005). Entre estos nuevos procesos podríamos percibir el neo bolivarismo de Chávez y su resistencia a la carrera político hegemónica de Bush en la acumulación de petróleo; el movimiento de los Sin Tierra en Brasil y la conjunción de izquierda en el gobierno de Lula; la resistencia argentina al sometimiento de los OFIs -especialmente el FMI; el caso chileno con un renovado socialismo; el nacimiento y posterior victoria de una coalición de sectores sociales en Uruguay con el Frente Amplio; el neo indigenismo boliviano con Evo Morales a la cabeza, entreviéndose como próximo presidente según las últimas encuestas; y la común idea martiana presente en todos de que «la América ha de promover todo lo que acerque a los pueblos, y de abominar todo lo que los aparte».
NUESTRO NORTE ESTÁ EN EL SUR
El poético emblema del nuevo canal latinoamericano «TELESUR», iniciativa de los gobiernos de Venezuela, Cuba y Argentina pretende consagrarse como un medio alterno al bombardeo publicista y (des) informativo de las grandes maquinarias de (des) información tales como CNN y Univisión; un canal para encontrarnos con nuestros cineastas, nuestros productores y nuestra visión propia de ver la realidad del mundo, una manifestación más de la trascendencia de estos nuevos procesos crecientes.
La vuelta del Brasil hacia el continente con el establecimiento del español como segunda lengua, y su obligatoriedad de enseñanza, muestra otro claro ejemplo en/para la construcción de utopías. La utopía del país imaginario crece palabreando a Neruda en «el continente de cántaros». Latinoamérica, ese país imaginario ha decidido ya caminar por sus propios senderos, lejos de la manipulación maniquea de los centros hegemónicos de poder. Las ideas bolivariana-martianas han calado y comienzan a escribirse con fulgor en los cielos desbocando cántaros sobre los Andes.
En nuestra Gran Patria -nexo de sabores, colores y sonidos- los nuevos procesos históricos y el resurgimiento de nuevos modelos de desarrollo de/para Nuestra América se comienzan a escribir con sabor propio, y las ideas de esos grandes elefantes blancos Bolívar, Martí, y Guevara encuentran en los corazones latinoamericanos un tambor gigante avivando la barca de la integración. Ya lo había escrito Pablo Neruda, poeta de los tiempos: «La libertad en América será hija de nuestros hechos y de nuestros pensamientos».
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