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Izquierda busca alternativas

Dirigentes latinoamericanos analizaron opciones al Neoliberalismo.

Dirigentes latinoamericanos analizaron opciones al Neoliberalismo.
El gobierno del mandatario Lula da Silva en Brasil fue uno de los factores de la discusión política
Repensar y reconstruir la izquierda, recuperar su opción de poder, rearticular su proyecto y su capacidad de modificar el entorno social, fueron algunas de las propuestas analizadas en un foro regional convocado por la Fundación Friedrich Ebert.
Este se realizó en la ciudad de Panamá, el 25 agosto pasado, con la presencia de 50 representantes de diversos sectores de la izquierda democrática centroamericana.
A la reunión asistieron también delegados de partidos y organizaciones de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, que contribuyeron a dar al debate una dimensión regional más amplia.
 
 

AGENDA

La crisis de Centroamérica fue identificada como la típica del modelo neoliberal que se ha aplicado en el istmo en el último cuarto de siglo.
La globalización trajo a América Latina conflictos muy severos, afirmó el Ministro de Gobierno y Justicia de Panamá, Héctor Alemán, en la apertura del encuentro. Poco después el presidente Martín Torrijos explicaba los desafíos que enfrenta su gobierno, para responder a las demandas insatisfechas de la población.
Por su parte, Alemán señaló que concluida la guerra fría, se desmantelaron las dictaduras en la región. «A inicios de los 90 surgieron procesos de transición que instauraron democracias de clara tendencia neoliberal, se contrajo gasto social, se privatizaron empresas públicas, surgió un multipartidismo extremo, y se fragmentó el sistema político en nuestras naciones. El error más grave fue considerar que el mercado era todo para la economía, y las elecciones, todo para la democracia. Los efectos fueron fatales y se propagó la pobreza», añadió.
En todo caso, existe conciencia de que «la calidad de vida de los centroamericanos se degrada vertiginosamente», sin que se den muestras de capacidad para revertir esa situación. «La pobreza, violencia, corrupción, narcotráfico, el crecimiento poblacional anticipan que a corto plazo, la crisis habrá de exacerbarse hasta niveles impredecibles», enfatizó.
Ahora América Latina se orienta hacia gobiernos de centro izquierda: valora la inversión social, propone reformas fiscales, y muestra reservas a la globalización y al libre comercio.
En ese contexto, los participantes de la reunión se propusieron redefinir los objetivos de la izquierda centroamericana y repensar el modelo democrático actual.
Esto implica una discusión abierta en la que surgen diversas propuestas, desde las relaciones con los movimientos sociales y la equidad de género, hasta la advertencia contra lo que se calificó de «una izquierda secuestrada por ideas y valores de la derecha».

CAFTA Y BRASIL

La próxima entrada en vigencia del Tratado de libre comercio con Estados Unidos (CAFTA) fue objeto de diversas intervenciones, considerando que en la cita estaban presentes parlamentarios y delegados de partidos que se oponían a ese tratado, pero también algunos que habían votado favorablemente en Guatemala y El Salvador.
La reunión aprobó una declaración sobre el CAFTA, en la que se destacó la necesidad de encontrar un modelo alternativo al neoliberal, que el tratado vendría a consolidar en la región.
La declaración hizo un llamado a los pueblos de Costa Rica y Nicaragua, donde el parlamento todavía no lo ha ratificado, a resistir a esa aprobación.
En la reunión se analizó también el conflicto que vive el gobierno de Brasil, acosado por las denuncias de corrupción que afectan al Partido de los Trabajadores (PT), del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Se señaló que «la campaña contra el PT y el presidente Lula apunta a debilitar los cambios políticos que ocurren en la región».
«Lamentamos que viejas prácticas del mundo político hayan permeado la organización del PT, que el presidente Lula y el propio partido están enfrentando con valentía», señaló la declaración, que destaca también la importancia que tiene para América Latina la profundización de los cambios promovidos por Lula y el PT en Brasil.

AMÉRICA DEL SUR

La presencia de representantes de gobiernos o partidos de América del Sur contribuyó a ampliar el debate. Carlos de Oliveira, integrante de la Secretaría General de la Presidencia de la República, en Brasil, destacó las orientaciones del gobierno de Lula. Nuestra primera preocupación «fue volver a crecer. El segundo punto era hacerlo con distribución de renta y generación de empleos. Durante este gobierno se ha creado un promedio de 104 mil empleos mensuales, frente a ocho mil que se abrían, en promedio, en los ocho años anteriores», afirmó Oliveira. El tercer tema, añadió, es la inclusión social. Cerca de 30 millones de personas reciben una ayuda del programa «Bolsa familia», que representa $30, suma que puede parecer insignificante, pero que permite, a las familias indigentes, comer.
Margarita Stolbizer, diputada del opositor Partido Radical de Argentina, destacó que la deuda condiciona cualquier política económica en nuestros países. «Fue el sector privado el que endeudó más al país y después estatizó esa deuda», recordó. Stolbizer propuso globalizar la lucha y considerar cuatro elementos en la definición de nuevas políticas: una estrategia regional de inserción competitiva; la revisión del papel del FMI y organismos de crédito internacionales; soberanía, libertad para decidir sobre políticas; y la cooperación y solidaridad entre los pueblos.
Gonzalo Martner, del Partido Socialista de Chile y miembro del comando de la candidata presidencial Michele Bachelet, destacó los logros económicos y sociales de la administración de Ricardo Lagos. Si gana Bachelet, afirmó, «la izquierda completará 20 años en el gobierno en Chile. «Hay que poner en perspectiva el milagro chileno», afirmó. El crecimiento durante la dictadura fue de 2,9% al año; muy inferior al de la democracia, de 6% anual.
«Esto es fruto de un conjunto de políticas económicas que demuestran que es posible mantener tasas de crecimiento con una preocupación social. Hemos duplicado el crecimiento del producto y hemos reducido la indigencia y la pobreza a la mitad. El salario mínimo en Chile es de $240 mensuales, quizás el más alto de América Latina», destacó Martner.
El representante uruguayo, Esteban Valenti, se refirió a la necesidad de revertir la fractura social profundizada por el modelo neoliberal, la transparencia como modelo de desarrollo y el derecho de la ciudadanía a una información plural.
«El aspecto fundamental es la política. Hay que elegir bien las prioridades. No tenemos excusas para no hacer bien las cosas», recordó Valenti, para quien la principal experiencia del Frente Amplio en Uruguay es la unidad, construir algo diferente a la suma de las partes».

  • Gilberto Lopes 
  • Mundo
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