Mirta Brito dirige la Selección Nacional de fútbol de playa.
Mirta Brito, entrenadora de la selección nacional de fútbol playa.

Una educadora amante del deporte que por casualidad se introdujo en el novedoso mundo del fútbol de playa, ahora dirige la selección nacional mayor de esta disciplina.
Ella es Mirta Brito, entrenadora de la selección costarricense de fútbol de playa, quien dirige además el equipo de primera división de la instalación educativa donde labora como directora, el Centro Educativo Royal, en Guachipelín de Escazú.
Brito también es madre y esposa; por lo que debe mezclar todas estas facetas y lo afronta con su peculiar actitud de «formadora».
En el círculo familiar, ella cuenta con el apoyo de sus tres hijos y su marido, que también son amantes del deporte y se sienten orgullosos de su labor.
Dentro de su apretada agenda, entre citas con padres y regaños a educandos, Brito recibió a un periodista de UNIVERSIDAD para conversar sobre la labor de la selección de cara a las primeras eliminatorias mundialistas de la disciplina, y el impulso de este deporte en Costa Rica. A continuación un extracto de la entrevista.
 
 

Siendo mujer, ¿qué particularidades se dan al entrenar un equipo de varones?

– Honestamente no creo que sea muy diferente. Las bases son iguales indistintamente del género. Siempre tiene que haber respeto, comunicación y mucho trabajo en equipo; eso no cambia con el género. Más bien me parece que se da una mayor disciplina y más respeto porque soy menos permisiva en el sentido del vocabulario o los dichos que se dan entre hombres.


¿Y como educadora?

– Como educadora también me gusta dar formación en ese sentido. Mi línea de trabajo es la de educar y formar. Mi aptitud y la de mi equipo tienen que ser coherentes con el trabajo que se realiza, el esfuerzo y el producto final.

¿Cuál es su carrera profesional?

– Soy profesora. He enseñado en primaria por muchos años y ahora soy la directora del Centro Educativo Royal. También estudié análisis y programación de sistemas, y tengo una maestría en administración educativa.

Con la vida de familia, ¿cómo concilia su labor de entrenadora?

– En mi familia tenemos mutuo respeto y apoyo por los intereses e inclinaciones particulares de cada persona. Todos sabemos que la única forma de compartir y estar feliz, es cuando uno está satisfecho con lo que hace.
Mis hijos ya están grandes (21, 20 y 14 años) y no me necesitan tanto, si acaso el menor, pero ese tiene su afición por la música. Además, dos de ellos juegan fútbol de playa, el mayor está en el equipo de Royal y el menor en la juvenil.
Mi marido es parte del apoyo y respeta mucho lo que hago, igual como yo apoyo lo que él hace. Tengo 22 años de casada con él, y cuando habla con los amigos de mi carrera de entrenadora, lo hace con orgullo.

¿Qué aplica del fútbol de playa a su vida personal?

– Todo. En cada entrenamiento o partido se aprende algo nuevo. Se aprende de los jugadores, de la táctica, de la estrategia, de todo. A veces los jugadores se comportan de cierta manera y cuando llego a la casa me doy cuenta de que mis hijos se comportan casi igual.

¿De qué manera se inició en el fútbol de playa?

– A mí siempre me han encantado los deportes, inclusive de joven jugaba mucho fútbol. Y aquí en el centro he entrenado varios equipos. Hasta que un día los muchachos me pidieron que nos inscribiéramos en un torneo de fútbol de playa, entonces empecé a prepararme y a investigar detalles de la disciplina y cómo se juega. Tomé cursos de dirección técnica, de entrenador de porteros, de fútbol sala, de fútbol salón, todo lo que me sirviera a enseñarles mejor a los muchachos. Después del torneo nos invitaron a participar en Primera División e incluimos exalumnos en el equipo.
Como educadora creo en la necesidad de aprender y prepararse bien para enseñarle a otros.

¿Cómo le va a la Selección Nacional de fútbol de playa?

– Bien, satisfechos con el trabajo hecho. Tenemos un grupo bastante unido y con un buen tiempo de estar juntos. Ahora nos estamos preparando para las eliminatorias del mundial de la disciplina que será el año que viene.
Esta etapa es bastante fuerte, pero no es imposible lograr la clasificación. CONCACAF tiene dos plazas y tenemos que luchar por ellas. Los rivales más duros serían Canadá y Estados Unidos que estuvieron en el premundial pasado; al resto no lo he visto, pero probablemente Cuba, Nicaragua y México van a presentar buenas representaciones. Hay que recordar que este es el primer proceso eliminatorio que se va a hacer en el fútbol de playa y no hay antecedentes.

En duelos internacionales, ¿qué tal le ha ido a la Selección?

– Fuimos a un torneo internacional que nos invitaron en Ecuador y quedamos de primeros. Competimos contra la selección de ese país y otro equipo invitado y mostramos un buen nivel. Después hemos tenido varias invitaciones que no se han podido aceptar por problemas de horarios  y falta de recursos. Ahora esperamos hacer efectiva una invitación que nos hicieron para ir a Cuba en setiembre u octubre, solo falta que la federación (FEDEFUT) nos dé el visto bueno de los fondos.

¿Cuáles son las satisfacciones más grandes que le ha dejado este deporte?

– Depende. En el ámbito personal lo más lindo ha sido ver crecer al equipo de Royal y cómo se van especializando los muchachos, que ya no son jugadores de otras disciplinas que ocasionalmente llegan a jugar sobre la arena. Con la selección lo mejor ha sido formar un equipo de verdad, que no se trata de una selección de jugadores de distintos equipo que llegan a los entrenamientos, sino que ahora es un equipo  que se ha unido mucho, que trabaja junto y que tiene claro el futuro.
Esta disciplina se está desarrollando mucho. La concepción de que solo se juega en la playa está desapareciendo y el deporte ha crecido en las ciudades. La gente empieza a ver que tiene más dinámica, un juego más fluido y le ha dado mayor interés. No es sino hasta ahora que la FIFA decide entrar con el fútbol de playa, dándole la posibilidad de crecimiento diez veces mayor.

¿Y en Costa Rica, para la selección y la liga de primera?

– Como todo lo que recién empieza, tiene todas las posibilidades de salir adelante. Siempre se requiere el apoyo de jugadores, de la liga, de la federación y de los aficionados. Sin embargo, con la selección la diferencia en cuanto a los logros por obtener se dan en el esfuerzo de los jugadores cuando están en acción.