Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
La escritora costarricense dice que terminó la primera versión de su novela «Limón Reggae» al tiempo que abandona su lucha ecológica por Gandoca-Manzanillo.
Lloré todas las lágrimas del mundo por Gandoca; ni el río Reventazón hubiera podido tanto. Como le dije una vez al presidente Abel Pacheco: no me quedan lágrimas para seguir.
Las lágrimas, no derramadas, le ponen acuosa la mirada. Anacristina Rossi, una de las escritoras más importantes que tiene Costa Rica, responde cabizbaja sobre su lucha ecologista para preservar el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo. «Fracasé», asegura con dolor.
Luego de 13 años de incesante batalla para evitar que esta zona sea impactada por desarrollos de bienes raíces que quieren urbanizar toda la zona costera del Refugio, Rossi teme por su vida pues se le comunicó que los desarrolladores habían decidido que era hora de «pararla».
Pese a esto, la escritora se muestra aliviada de haberse quitado de encima la carga de defender a Gandoca.
Y en medio de esta tensa situación nace «Limón Reggae», los capítulos pares del libro «Limón Blues», este último que relata las vivencias de los primeros limonenses quienes vinieron desde Jamaica.
En una entrevista anterior, dijo que le parecía que la comunidad negra en cierto momento hizo de Limón la zona más culta del país. Pero no duró mucho.
PRODUCIR PESE AL INFORTUNIO
Luego de «Limón Blues», un éxito en Costa Rica, ¿cómo va la segunda parte de la novela que le da seguimiento a la primera?
-Está en proceso. Tiene dos grandes mundos: uno de tiempo y otro geográfico. Uno es de Limón, qué pasó con el Movimiento de Marcus Garvey, cómo un símbolo, el centro de reunión de él en el edificio que se llamaba Liberty Hall, fue convertido en un bailongo, el Black´s.
Ese paso del Liberty Hall, que buscaba ser un eje del mejoramiento de la raza al salón de baile Black´s -que la gente no sabe qué significa- es una metáfora que articula el Limón de hoy en la obra.
¿Cómo vivió el proceso creativo de tejer, imaginar y sumergirse en esta nueva novela?
-Fue doloroso, porque enfrentar la realidad de Limón es doloroso.
GOLPE DE TIMÓN
¿Habrá trilogía o el proceso creativo ha cambiado su idea original de hacer tres novelas sobre Limón y la cultura afroantillana costarricense?
-Por el momento están estas dos novelas. Más tarde veré si vuelvo a Limón. Pero no creo. No sé si vuelva más. Y si vuelvo, veré. También ha sido un proceso duro con las editoriales. Ser centroamericano es de entrada no existir en el mercado del libro. Por ejemplo, la Editorial Alfaguara decidió no incluir «Limón Blues» en su plan editorial y eso significa que el libro no irá a España, como yo les pedí. O sea, no le dan un chance a la literatura centroamericana.
¿Cómo ha sido la experiencia internacional de «Limón Blues»? Recientemente usted anduvo en Cuba hablando sobre la novela en algunos foros culturales.
-No solo eso. En Cuba gané el Premio Latinoamericano José María Arguedas -un galardón honorario de Casa de las Américas-.
Se hizo un tiraje cubano de «Limón Blues», pero aparte de Cuba, El Salvador, Guatemala y Panamá el libro no se ha distribuido internacionalmente. Lo más lejos que ha llegado es donde los cubanos lo llevan en las ferias del libro. Eso sí le agradezco a Cuba, que lo ha llevado, por ejemplo, a Buenos Aires.
¿Se siente frustrada porque la primera novela de la trilogía no se haya distribuido como usted esperaba?
-No sé si frustrada. Es lo que se siente cuando uno topa con la realidad de que el mundo editorial de hoy es comercial y las grandes editoriales creen que lo centroamericano no vende. Yo creo que sí vende, pero nadie está dispuesto a arriesgar.
VIDA AGRIDULCE
¿Qué satisfacciones personales y artísticas le están dejando estas novelas sobre la cultura afrolimonense?
-Me han permitido conocer dicha cultura, cómo era antes y cómo es ahora, además de saber que algunos afrodescendientes quedaron muy contentos con la novela.
Es un placer haberme metido en ese mundo del pasado de Limón. Me queda claro que fue una cultura de todos. El material con que conté para escribir es maravilloso y es patrimonio de todos los costarricenses.
A sus 52 años, si usted volviera a ver para atrás, ¿cómo observaría su vida: sus alegrías, sus tristezas, su niñez, Londres, Europa, los idiomas, la formación educativa multicultural, «María la Noche» y sus subsecuentes novelas; el ir y venir de Europa a Costa Rica, los premios nacionales y, por supuesto, su pasión y lucha por el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo?
-Todo me llena de una gran felicidad. Lo único que me duele es no haber tenido los medios económicos y la sabiduría para escribir de manera más constante.
Dejé de escribir seis años después de «María la Noche», desde 1986 hasta 1991. Y en 1993 salió «Situaciones Conyugales». Luego me dediqué a estudiar.
No considero que esos lapsos en que no escribí sean tiempo perdido, pero tal vez tenía que ver algo la inseguridad. Para entonces, me había divorciado y estaba viviendo un momento difícil en mi vida. Siempre tenía presente lo que Dante Polimeni, el dueño de la desaparecida Librería Macondo, me decía sobre el oficio de escribir: sólo hace falta un papel y un lápiz. Pero en ese momento tenía un bloqueo con la literatura.
Además, nunca se me olvidará la crítica literaria que el periodista Carlos Morales hizo de «María la Noche», cuando se vendió en Costa Rica en 1985, y dijo lo del «mundillo putesco de la protagonista». Eso, a mis 30 años, cuando yo venía llegando de Francia, me causó mucho daño. Uno estaba comenzando a escribir. Te marca.
Veo que ese pasaje de su vida no se le ha olvidado. En los 20 años que tengo de conocerla, en algunas ocasiones, usted invoca esa experiencia.
-Así es.
Por cierto, recuerdo a una Anacristina de 30 años, en la contraportada de la primera edición de «María la Noche», publicada por la Editorial Lumen de España.
Es una Anacristina llena de plenitud, con una negrísima cabellera acolochada y una enorme y feliz sonrisa.
Veinte años después, veo otra Anacristina observando el Mar Atlántico, con un gesto pétreo y dolido. ¿Qué le pasó al alma de Anacristina Rossi?
-Algunas cosas, pero no es un rostro pétreo y dolido. Es Anacristina frente a un enigma, ante un mundo realmente muy complicado. Es un enigma que me lleva a pensar qué es Costa Rica, qué es la tan mentada «Suiza centroamericana», qué le estamos haciendo a este país.
Ese enigma es también Limón, qué hicimos con toda la obra de los afroantillanos que vivieron en la provincia y qué hicieron ellos, y los actuales habitantes, con nosotros.
Existe una gran incomunicación entre la comunidad afrodescendiente y el resto de Costa Rica, y viceversa. Sin embargo, hay gente que tiene una visión objetiva de lo que sucede con esa incomunicación, por ejemplo, Ramiro Crawford, un intelectual valioso, una persona ecuménica, que abraza todo, sin dejar de ser afrodescendiente.
Otra persona que tiene esta característica es la esposa de Róger Churnside, Nelly da Costa, así como la poetisa Eulalia Bernard y el escritor y docente universitario Quince Duncan.
Inagotable luchadora
* Nombre: Anacristina Rossi Lara.
* Edad: 52 años.
* Títulos académicos:
-Licenciatura en Lingüística y Literatura (Universidad de París, 1983).
-Maestría en Lenguas Extranjeras Aplicadas (Universidad de París, 1984).
-Diploma de Estado en Traducción en la Escuela Superior de Intérpretes y Traductores de París (1985).
-Maestría de la Mujer y Desarrollo (Instituto de Estudios Sociales de Holanda, 1996).
* Libros publicados: «María la Noche» (1985), «Situaciones Conyugales» (1993), «La Loca de Gandoca» (1995) y «Limón Blues» (2002).
* Galardones: Premios nacionales por «María la Noche» y «Limón Blues», así como el Premio Latinoamericano José María Arguedas -que es honorario de Casa de las Américas (2005)- y la Medalla Presidencial Pablo Neruda correspondiente a 2004.
* Hijas: Andrea (23 años) y Florencia (16).
* Lugar de residencia: Guachipelín de Escazú.
Este documento no posee notas.