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Abren nuevo espacio para la creación

Con motivo del anuncio de los ganadores de la convocatoria CINERGIA 2005, el jurado de dicha iniciativa visitó Costa Rica, entre ellos figura el realizador brasileño Rogerio Soares, director de programación de la organización no gubernamental (ONG) Televisión para América Latina (TAL).

Con motivo del anuncio de los ganadores de la convocatoria CINERGIA 2005, el jurado de dicha iniciativa visitó Costa Rica, entre ellos figura el realizador brasileño Rogerio Soares, director de programación de la organización no gubernamental (ONG) Televisión para América Latina (TAL).

TAL proyecta lanzar en el 2006 un canal sin fines de lucro a través de señal satelital, dedicada a difundir el material audiovisual producido de manera independiente o en escuelas de cine de nuestro continente.

«La iniciativa de esta ONG proviene de un grupo de gente de medios de comunicación, que se propusó la meta de crear una señal democrática y abierta a las producciones latinoamericanas», detalló Soares.

Destacó que la programación se trabajará de manera cooperativa con señales públicas de televisoras estatales, escuelas de cine, universidades y fundaciones que produzcan material audiovisual, además de la producción independiente.

Según Soares, «nuestra propuesta es hacer una ventana abierta y no comercial, por lo que no se venderán espacios y la señal será libre para ser copiada y retransmitida por quien quiera».

TAL fue fundada hace ocho años en Brasil, donde oficialmente se le considera una Organización de la Sociedad Civil (OSCIP) sin fines de lucro.

Sin embargo, Soares explicó que en los últimos tres años la organización inició acciones concretas tendientes al lanzamiento del Canal TAL. De esa manera, hoy cuenta con 90 asociados en 21 países y más de tres mil horas de programación disponibles.

«Se trata de un proyecto revolucionario porque busca hacer disponible programación cultural para su uso gratuito», agregó.



PROPUESTA DEMOCRÁTICA



«TAL significa un trabajo muy complejo, pues es el proyecto de una multinacional, una ONG, que intenta dominar las herramientas de las multinacionales de la comunicación para utilizarlas de una manera democrática, todo lo cual requiere de mucho tiempo y dinero», destacó Soares.

En ese sentido, el financiamiento proviene de empresas privadas que asumen cuotas de participación quinquenales.

Agregó que entre los aspectos a los que más atención se les debe poner están  la realidad de los asociados respecto de su capacidad de realización y pensar propuestas de programación democrática que dé visibilidad a todos los países y productos.

Soares tradujo esta vocación democrática del proyecto, además del hecho de que será una señal abierta, en que «no somos dictadores del formato, abriremos la pantalla a todas las producciones y formatos, siempre que tengan un contenido humanista y serio, y aceptaremos trabajos con capacidad técnica baja porque esas son las condiciones de nuestro continente»

A lo anterior se suma el sistema de cuotas de programación por país, según el cual Brasil, que cuenta con mayor cantidad de producción, cubrirá un 35% del espacio transmitido. «Consideramos que ésta es una oportunidad muy grande para la televisión de América Latina, nacida del sueño de ayudar», concluyó.
 

  • Vinicio Chacón 
  • Cultura
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