Abrir Noticia Guardar

Arquitectura amenazada por la desinformación

Los medios de comunicación se enfocan en el aspecto comercial al tratar el tema.

Los medios de comunicación se enfocan en el aspecto comercial al tratar el tema.
Un conjunto arquitectónico que se encuentra frente a la calle principal en San Pedro ha ido desapareciendo poco a poco.
De lujosas viviendas hasta tugurios diminutos: la arquitectura es una evidencia del estado de la sociedad costarricense.

El mercado que gira en torno a la arquitectura, que va desde el cliente hasta quién construye los edificios, es millonario y por ende muy importante.

Día a día la prensa y las revistas especializadas hablan de nuevos materiales, urbanizaciones y modas, pero según la arquitecta Gloria González, en la mayoría de los casos sirven como medios que desinforman y agrandan problemas a los que nadie quiere ponerles atención.

«La prensa hace alarde de grandes mansiones, en publicaciones que no son sobre arquitectura sino comerciales y que presentan en su gran mayoría arquitectura  estilo «rostipollos». Esto se ha vuelto el paradigma de la estética de la vivienda costarricense a un nivel de clase media y de clase media baja», explicó González.

Ella fue una de las profesionales en el campo de la arquitectura que participó en el Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL), llevado a cabo del 5 al 9 de setiembre en Oaxtepec, México.

Dicho seminario es bianual y  se creó hace 20 años como «un espacio de debate y reflexión sobre los conceptos que guían el desarrollo de la arquitectura en la región, a fin de asumir una visión crítica sobre la producción arquitectónica en América Latina reconociendo la identidad de cada uno de sus lugares».

Es decir, surge como un movimiento que busca rescatar los valores latinoamericanos y tratar de convertirse en un filtro de las visiones globalizadoras.

Esto no significa que se opone a todo lo que viene del extranjero, pero sí que intelectualiza este proceso globalizador con el fin de integrar la memoria de los países de la región, sus tecnologías constructivas y materiales mientras se respeta  la historia de cada uno de ellos.

En la última edición, se trataron temas que tenían que ver con los retos que le impone el momento a la arquitectura latinoamericana y precisamente la desinformación y la inequidad son dos elementos destacables.

«Regresé del seminario y decidí ponerme un poquito al día. Me encontré con  noticias como que Ana Cristina Rossi se cansó de pelear por Gandoca o que los mismos diputados están tratando de desaparecer un edificio que es patrimonio histórico y me hizo pensar que toda esta indiferencia debe estar ligada a la desinformación», recordó González.

En ese sentido, lo que más preocupa a la arquitecta es que las publicaciones de distribución masiva no exploran las raíces de la arquitectura nacional, no proveen parámetros ni promueven la criticidad en la población y más bien se enfocan en los aspectos más comerciales de la arquitectura.

«Se hacen campañas muy fuertes para «meter» en el mercado maquinaria o ciertos materiales. El gibson es un caso muy específico. No sirve: es como un cartón, se humedece, se llena de hongos. Pero nadie concibe construir sin él porque está muy bien posicionado. Esto es una manera de ser irrespetuoso con la economía del país», concluyó González.



COMBATE CULTURAL



Al igual que González,  muchos arquitectos se preocupan por la invasión de modelos importados, de la tendencias de colegas que buscan la fama y de los estereotipos que inundan la prensa y las revistas centradas en el tema de la arquitectura.

«La arquitectura no debe ser un monumento al ego del arquitecto. En algunas de estas obras la diferencia de clases es insultante. No hay una conciencia de integrarse y de respetar ni de sacar partido a lo que tenemos», dijo la arquitecta.

Un ejemplo muy sonado en los últimos días ha sido el de los edificios del Colegio Sion, donde se encuentra la Asamblea Legislativa. Parte de este edificio, declarado patrimonio en 1988, sería demolido de aprobarse el proyecto de ampliación que consiste en un edificio de ocho metros de altura.

El pasado 21 de setiembre el arquitecto Hernán Jiménez envió una carta a Gerardo González recordándole que en 1992 el diseño del edificio fue puesto en concurso y que para 1994 ya se había firmado el contrato para la elaboración de los planos constructivos del proyecto que resultó ganador. Además, se cancelaron los honorarios y se dejó el proyecto en espera.

El edificio que se planea construir ahora no tiene nada que ver con el que ganó el concurso en aquella ocasión ya que aquel cumplía a cabalidad el compromiso de respetar el edificio declarado patrimonio histórico.

«En general no existe una cultura arquitectónica e impera la lógica mercantil. Pero, en la Asamblea este no debería ser el caso, lo que se denota en esta ocasión es una gran incultura. Lo más grave es que son los mismo arquitectos quienes se encargan de destruir nuestro patrimonio algunas veces. Nos hace falta una formación en términos de querer tener una memoria histórica», manifestó Jiménez.

Y es que el patrimonio histórico cultural arquitectónico ha perdido en muchas ocasiones. Se han demolido muchísimos edificios en varias partes del país y otras zonas de gran importancia están en abandono.

Un caso excepcional es el del proyecto «San José Posible» que pretende rescatar el 53 cuadras circundantes a la Avenida 4, en el centro de la capital, que se convertiría en una vía peatonal desde de la Iglesia de la Soledad hasta la de la Merced.

Bruno Stagno, arquitecto encargado del proyecto, explicó que la inversión pública mejorará el espacio y garantizará seguridad en aras de atraer inversión privada.

«Se necesitan funcionarios con voluntad de cambiar las cosas y arquitectos con sentimiento y compromiso con la ciudad en la que viven», puntualizó.

Por otro lado, señaló la importancia de generar un sentimiento de orgullo y  respeto hacia lo que se ha hecho en el pasado. Para ello, Stagno apuesta por la educación que ayude a entender la arquitectura en colegios y universidades.

Además, coincide con Gloria González en que «los medios de comunicación son fundamentales. Si en estos no se siente el valor que implica transmitir información sobre nuestra arquitectura y se enfocan en el silencio, es muy fácil que ocurra lo que está ocurriendo».

  • Mariana Murillo 
  • Cultura
Invasion
Notas

Este documento no posee notas.