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El barco necesita capitán

Ahora resulta que los encargados del derroche, le metieron en la cabeza a Oscar Arias que sería el capitán ideal para el barco que se viene hundiendo desde hace más de dos décadas, en buena parte por culpa suya. En un desperdicio de propaganda al mejor estilo hollywoodense, descubren lo obvio: que «el barco necesita capitán». Slogan muy pobre para una campaña política, en la que Oscar es repudiado por los caracoles ante su desafortunada auto-asunción a águila imperial.

Ahora resulta que los encargados del derroche, le metieron en la cabeza a Oscar Arias que sería el capitán ideal para el barco que se viene hundiendo desde hace más de dos décadas, en buena parte por culpa suya. En un desperdicio de propaganda al mejor estilo hollywoodense, descubren lo obvio: que «el barco necesita capitán». Slogan muy pobre para una campaña política, en la que Oscar es repudiado por los caracoles ante su desafortunada auto-asunción a águila imperial.

El ejército de caracoles que él menosprecia, hoy tiene los ojos bien abiertos. Sabe lo que quiere y lo que se necesita. ¡Dios nos libre de ese capitán ambicioso que ya tuvo al mando la nave, la dejó a la deriva, y 20 años después tiene el descaro  de decirnos que veremos los frutos de una supuesta gestión suya dentro de otros 20 años!  ¿Desde dónde cree este señor que veríamos esos «frutos»? De seguro sería desde la profundidad del océano, como los pasajeros del TITANIC; si el pueblo cometiera el error de elegirlo…

Estamos en una situación muy similar a la del Titanic. Aquel fatídico 14 de Abril de 1912, el Capitán Edward John Smith, no  fue capaz de maniobrar el barco para evitar la tragedia; hoy, en el 2005, Oscar Arias, el mismo que cuando tuvo la oportunidad no pudo capitanearlo bien, pretende ser el capitán de nuestro barco, que está a la deriva. En 1912 el diseñador del Titanic, Thomas Andrews desafió a Dios; en el 2005 Oscar Arias cometió también el sacrilegio de desafiarlo (Diario Extra 18/07/2005). En 1912, el Titanic se encontraba ante un peligro inminente; ahora en el 2005 nuestro barco también lo está. Si en el hundimiento en 1912, atropellando mujeres y niños, un grupo de cobardes se peleaba por abordar los botes salvavidas ¿qué nos esperaría ahora con el viejo Oscar como capitán?  Mejor abramos bien los ojos. Porque al menor indicio de un hundimiento, cual Flautista de Hamelin, correría hacia los salvavidas junto a sus 1,000 «magos» ¿…?,  seguido por supuesto por los roedores, mientras el resto de nosotros nos hundiríamos con el barco.

Recientemente con el mismo propósito, el PLN publicó otros anuncios: «LA ORQUESTA NECESITA DIRECTOR», y : «EL AVION NECESITA PILOTO». Todo parece indicar que el estado de desesperación e inseguridad del arismo es tan grave que colocan vallas hasta en colegios y estadios, cosa nunca antes vista. Estamos confundidos. Que por favor nos aclaren cuál es la verdadera vocación del Oscar Arias Sánchez candidato a la presidencia, ¿es la de marinero, la de músico, o la de aviador? ¿O nos irán a sorprender un día de estos con que algún circo necesita payaso?…

  • Carmen Jiménez C, Ex colaboradora de Oscar Arias
  • Opinión
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