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Latinoamérica cree en la izquierda

La toma de poder de Evo Morales en Bolivia afianza el paso de nuestro continente hacia la «revolución democrática».

La toma de poder de Evo Morales en Bolivia afianza el paso de nuestro continente hacia la «revolución democrática».
Esta semana asume el poder como nuevo presidente de Bolivia Evo Morales Ayma, primer mandatario indígena de su país tras haber ganado las elecciones con el mayor apoyo desde el restablecimiento de la democracia, a principios de los 80. Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS) ganaron los comicios realizados el 18 de diciembre anterior con el 53, 74% de los votos emitidos, según los datos oficiales, muy por encima del 28,59% del conservador partido Poder Democrático y Social (PODEMOS). Morales, quien se ha destacado como defensor de los derechos de los indígenas cocaleros de su país, se declara abiertamente antineoliberal, antioligárquico y antiimperialista. Como presidente electo, Morales realizó una gira para visitar Venezuela, España, Bélgica, Holanda, Francia, China, Sudáfrica y Brasil. Según la información publicada por la agencia de prensa ALAI-AMLATINA, en Sudáfrica el líder indígena expresó que «los bolivianos y bolivianas estamos gestando una revolución democrática, una revolución cultural, una revolución con votos y no con balas, que tiene el único objetivo de salvar al continente y al mundo.  Históricamente los pueblos indígenas, campesinos y originarios hemos sido humillados, marginados y exterminados; ahora estamos aquí, de pie y orgullos de nuestra cultura.  Como decía Tupaj Katari, volveremos a ser millones». Con el ascenso al poder de Morales, Bolivia se suma al creciente viraje hacia la izquierda de América del Sur, con Hugo Chávez en Venezuela, Lula Da Silva en Brasil, Tabaré Vásquez en Uruguay y Néstor Kirchner en Argentina. A ellos se les une Michelle Bachelet, una médica socialista exprisionera política y exiliada, quien el 15 de enero ganó de manera contundente en segunda ronda las elecciones en Chile, con lo que se convirtió en la primera presidenta de ese país.   Además, pronto se podrían unir Perú y México, pues en ambos países lideran las encuestas los izquierdistas Ollanta Humala Tasso y Andrés Manuel López Obrador ,respectivamente. La abogada y analista costarricense Nuria Marín, consideró que este giro a la izquierda en América Latina obedece a un movimiento pendular en la historia: «durante los años 80 la preocupación en América Latina fue llevar a todos los países hacia la democracia, pero ésta ha sido mal entendida como procesos electorales solamente y los derechos políticos no se han traducido en derechos económicos. Muchos de los gobiernos de centro derecha promovieron políticas neoliberales y ahora la búsqueda de justicia social implica el vuelco hacia la nueva izquierda». Marín manifestó que «los pueblos están buscando gobiernos más preocupados por la justicia social», sin embargo, se mostró enfática al aseverar que hay diferencias entre «la izquierda verdaderamente comprometida y el sesgo populista». A la hora de analizar qué actitud puede tomar el gobierno de los Estados Unidos hacia Bolivia y los regímenes izquierdistas en general del continente, Marín aseguró que se debe hacer caso a parte de Venezuela. «Estados Unidos ha sido últimamente muy cauteloso hacia Venezuela, por la importancia que este país tiene como cuarto proveedor de petróleo para esa potencia. La relación que Estados Unidos pueda tener con Evo Morales dependerá del acercamiento que éste tenga con Fidel Castro y Hugo Chávez», concluyó. Francisco Barahona, abogado y Coordinador de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), puntualizó que «más que opciones de izquierda, son opciones con sentimiento nacionalista y preocupación social por el bienestar de la gente, empobrecida luego de 25 años de neoliberalismo» Barahona explicó que existe un maniqueísmo respecto del uso de los términos izquierda y derecha al tiempo que explicó que el triunfo de Morales se debe a la reivindicación de la población indígena que él representa. El analista coincidió con Marín en la teoría pendular: «el péndulo hace siete u ocho años llegó a la extrema derecha, ahora se encuentra en el centro, ligeramente hacia la izquierda». «No me resulta sorprendente que haya una nueva opción política que no pasa por el vasallaje a Estados Unidos, que no tendrá más remedio que negociar y bajar el diapasón de la crítica, no sólo porque su política se debe ocupar de asuntos internacionales más complejos, como Medio Oriente, sino porque cada vez son más estos regímenes y representan la voluntad de la gente», añadió.
LA DEMOCRACIA AVANZA

La contundente victoria del MAS en las elecciones produjo reacciones diversas. Por ejemplo, el influyente medio londinense The Economist, afirmó que el triunfo de Morales «inspira en igual medida esperanza y miedo». Por su parte, el periódico mexicano La Jornada, en su editorial al día siguiente del triunfo de Morales, manifestó que «en términos generales, el arribo del líder campesino a la primera magistratura de su país es una muestra más de que la democracia avanza en América Latina. En los últimos años, argentinos, brasileños, uruguayos y venezolanos han apostado al cambio, votando por proyectos que prometen una vida mejor, basados principalmente en la modificación del modelo político-económico dictado desde hace décadas por Washington y los organismos financieros internacionales, causa de la miseria en la región». Mientras tanto, el New York Times destacó la promesa del líder cocalero de oponerse a la campaña financiada por los Estados Unidos para erradicar el cultivo de esta planta. Barahona también apuntó que «tarde o temprano esta corriente afectará a Centroamérica y Costa Rica, donde las próximas elecciones no plantean un verdadero cambio y donde tenemos diez años de atraso en la evolución de las ideas políticas. El nadadito de perro de la clase política no será suficiente y el país buscará soluciones más radicales».

  • Vinicio Chacón 
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