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En los adolescentes Se comprueba influencia social en los hábitos alimentarios

Un estudio realizado con  adolescentes residentes del área urbana y rural de San José mostró que el patrón alimentario que predomina en ellos y que se caracteriza por consumo de alimentos ricos en grasas saturadas tiene mucha influencia del medio social, especialmente de grupos de amigos, mientras que lo relacionado con consumo de frutas y vegetales proviene de la influencia  del medio social y  la familia.

Un estudio realizado con  adolescentes residentes del área urbana y rural de San José mostró que el patrón alimentario que predomina en ellos y que se caracteriza por consumo de alimentos ricos en grasas saturadas tiene mucha influencia del medio social, especialmente de grupos de amigos, mientras que lo relacionado con consumo de frutas y vegetales proviene de la influencia  del medio social y  la familia.
Los adolescentes deben hacer un esfuerzo por consumir mayor cantidad de frutas.
A esa conclusión llega el Dr. Rafael Monge Rojas, en su trabajo de tesis en el  Programa de Doctorado en Ciencias de la Universidad de Costa Rica; en este caso lo obtuvo con énfasis en Ciencias Biomédicas. La investigación denominada «La ingesta de nutrientes en adolescentes y factores psicosociales asociados», se propuso analizar el consumo de alimentos, de nutrientes de macronutrientes y el perfil de grasas que tienen los jóvenes con los factores psicosociales que influyen en ese patrón alimentario. Los resultados señalan que entre algunas de las barreras que los mismos muchachos o muchachas señalan como impedimento para tener una dieta saludable, resaltan la carencia en la disponibilidad de alimentos saludables en el ambiente escolar, la inadecuada selección de alimentos en la familia y la construcción de la masculinidad en torno a la alimentación, pues la alimentación saludable es percibido por los hombres como algo propio de las mujeres y un elemento que menoscaba la masculinidad. El Dr. Monge Rojas se propuso con esta investigación aportar información para la ejecución de los programas de intervención y de promoción de la salud,  que tiendan a fomentar un adecuado crecimiento y desarrollo de los adolescentes, así como a disminuir las tasas de enfermedad y muerte cardiovascular en la edad adulta. En la primera etapa del trabajo el investigador evaluó el consumo de alimentos, la ingesta de nutrientes y el perfil de grasas de 275 jóvenes, con edades entre los 12 y los 19 años  Este estudio empleó diferentes métodos y mediciones para obtener el registro de alimentos, de ácidos grasos, de nutrientes, de frutas, concentraciones séricas de triglicéridos, colesterol total, HDL y LDL. La segunda etapa del estudio incluyó un abordaje psicométrico, para el cual emplearon un instrumento diseñado para medir la influencia de la familia, los pares o amigos, la imagen corporal, el ambiente social y la autoeficacia en el consumo de frutas y vegetales, en el consumo de alimentos ricos en grasa saturada, hierro y calcio. La muestra incluyó 1.200 adolescentes  del Gran Área Metropolitana. La tercera etapa del trabajo fue cualitativo, con 36 grupos focales, en donde se aplicó el análisis de contenido. Este trabajo fue aprobado para su ejecución por un comité científico del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (INCIENSA).

DESCUIDO EN EL COMER

Los resultados que arroja el trabajo realizado por el Dr. Monge revela que  no se cumplen las recomendaciones dietéticas  vigentes o las recomendaciones para la prevención de las enfermedades cardiovasculares y de otras enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a la dieta, por ejemplo en cuanto a exceso de consumo de grasas saturadas, grasas trans y carbohidratos. También  existen deficiencia en cuanto a fibra, ácidos grasos poliinsaturados, calcio, vitamina B-12, zinc, magnesio, consumo de frutas, vegetales, leguminosas, pescado y granos integrales. El resultado de la medición muestra que los jóvenes que viven en las zonas urbanas de San José tuvieron un mayor consumo de grasas saturadas, colesterol y ácidos grasos trans que los que viven en la zona rural, pero estos últimos tienen menos consumo de grasas poliinsaturadas y de micronutrientes, considerados ambos beneficiosas para la salud.  Los jóvenes de la zona rural le ganan a  sus iguales de la zona urbana en que consumen más carbohidratos. El Dr. Monge Rojas considera que no se puede señalar que la dieta de los muchachos y muchachas que viven en la zona urbana de la ciudad sea más propicia a generar niveles de colesterol alto, porque aunque efectivamente consumen  grasas y comida no muy saludable, también consumen más nutrientes con capacidad para bajar el colesterol, en comparación con sus iguales de la zona rural. Los resultados del trabajo concluyen que el perfil de lípido o grasas, según zona geográfica, solo mostró una diferencia importante en los niveles de HDL (colesterol malo) encontrada en los adolescentes rurales y que se explica más por la cantidad de carbohidratos que consume, que por los niveles de grasas.

ASPECTOS INFLUYENTES

Por otra parte, el estudio de los factores psicosociales asociados mostró que la imagen corporal emergió como un factor que influye sobre todas las conductas estudiadas, incluyendo el consumo de alimentos ricos en hierro y en calcio, es decir que los jóvenes buscan alimentos que son ricos en estos minerales, pues quieren tener una apariencia saludable. En el análisis multivariado se concluye que factores como el nivel educativo del padre, la edad del adolescente, el género femenino y la ubicación en la zona rural inciden en un efecto positivo en la conducta alimentaria. El Dr. Monge espera que esta información lleve a  la ejecución, a corto plazo, de cambios en el ambiente escolar, familiar y en las normas del grupo de amigos, con el fin de brindar las oportunidades necesarias para que los adolescentes adopten una dieta saludable, así como replantear el concepto de alimentación saludable como un elemento atractivo para la cultura y la lógica juvenil. El considera que si los jóvenes de las zonas urbanas  y rurales tienen a su disposición un mayor número de alimentos nutritivos en la escuela y en su casa, la alimentación saludable llegará a formar parte de las normas sociales de los adolescentes, pues ellos mismos los señalan como elementos motivadores para alimentarse saludablemente.

  • Lidiette Guerrero Portilla 
  • Crisol
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