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Ottón Solís, candidato presidencial del PAC: «Arias quiso hablar en secreto»

Solís afirma que por temor, la ciudadanía esconde sus verdaderas simpatías políticas a las encuestadoras.

Solís afirma que por temor, la ciudadanía esconde sus verdaderas simpatías políticas a las encuestadoras.
Según Ottón Solís, «el TLC va a ser el factor de unión, porque aun los más fanáticos del TLC, con tal de que haya algún tratado, van a ayudarnos a cambiar estos puntos en Washington».
El candidato presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC), Ottón Solís, expresó su certeza de que ganará las elecciones, pues su partido asciende de manera acelerada en la intención de votos. Además, aseguró que, por temor o por necesidad, la gente no expresa abiertamente sus preferencias, pues una propaganda avasalladora le plantea el triunfo arista como un hecho consumado. También afirmó que en cuanto asuma el poder, retirará el TLC con EE.UU. de la Asamblea Legislativa, para renegociar once puntos que son negativos para Costa Rica.   En la entrevista, que tuvo lugar el pasado 17 de enero, en el Semanario, participaron Laura Martínez, directora, Ana Incer, jefa de Redacción, y el equipo de periodistas de la Sección País: Eduardo Ramírez, Fernando López, Jeymer Gamboa, Javier Córdoba y María Flórez-Estrada, quien editó el texto final.

Usted apuesta a ganar las elecciones en una segunda ronda electoral. Sin embargo, la última encuesta de la Universidad de Costa Rica indica que esas posibilidades serían mínimas. ¿Cómo podría variar los pronósticos a dos semanas de las elecciones?

 

-Nosotros apostamos a ganar en la primera ronda. Todas las encuestas, incluida esta, lo que muestran es un crecimiento del PAC. Y ese aumento solo tiene que haberse acelerado. Eso es lo que sentimos en las calles. Esta campaña tiene algo particular: mucha gente está temerosa de decir por quién va a votar, y dice cosas contrarias a lo que va a hacer, por la estrategia que ha seguido Arias a punta de dinero, de tratar de convencer de que ya él es el Presidente. Y lo digo poniendo el siguiente ejemplo, que ha ocurrido montones de veces: gente que tiene un «sticker» (calcomanía) de Óscar Arias, y Ud. le  pregunta y dicen que están conmigo, o que no van a votar. Y les pregunta ¿por qué el sticker? y responden: «Don Ottón, es que lo pusieron allí», «Tía María quiere un bono» o «Porque queremos que se arregle esta calle, y como don Óscar va a ganar, pero nosotros no votamos por él.» Esto es un fenómeno interesante, y ahora lo cuento porque andaba conmigo el periodista de La Nación, Mauricio Herrera, y él lo vio. Ayer en Turrialba, gente hacía señas de que está con nosotros, pero disimuladamente. Porque, claro, el país que ellos construyeron es uno de politiquería y clientelismo, y Ud. recibe beneficios, o no lo castigan, si es del partido que gobierna. Porque eso sí, quizás el 99% de la gente cree que Óscar va a ganar. La gente se está cuidando. Ellos creen que el encuestador va a contar, que de alguna manera se va a enterar. Mucha gente no conoce el anonimato que existe detrás de eso. Pero el apoyo que vemos en las calles, el fervor y la euforia, eso que la prensa no lo reporta, es una cosa extraordinaria.

¿No cree que también podría estar un poco agazapado el voto socialcristiano histórico, cuya militancia se siente un poco avergonzada de decir que igual va a votar por la Unidad? Eso también restaría votos al PLN.

-Sí, gente que jamás quiere que gane Liberación . Por eso hicimos nosotros lo del boxeo y los rounds y el ajedrez, que esto no termina hasta que termine. Toda la estrategia de Arias, en ciertos sectores, ha sido decir: «No se preocupen, esto está ya decidido». Y hay mucha gente, entonces, que convencieron con un año de campaña diciendo subliminalmente lo mismo, y la gente está con ese temor.

Pero, entonces, ¿las encuestas se equivocarían?

– Como se han equivocado. A nosotros nunca nos dieron más del 20% en la campaña pasada. La más generosa, nos dio cercanos al 26%. Las encuestas se han equivocado muchas veces, por fenómenos peculiares. En una elección parecida, cuando decían que Daniel Ortega ganaba a Violeta Barrios por 14 puntos, y la gente, con las acciones prepotentes de los sandinistas, no decía la verdad, tenía miedo. Y ahora es una prepotencia terrible, ponen «stickers», hay atemorizamiento, hay una cosa muy avasalladora, la Sala IV, el Tribunal Supremo de Elecciones nombrando personas, la Contraloría General de la República, tiene un gran sector de la prensa, entonces ahora ponen stickers donde sea, irrespetando a la gente. Es un asunto parecido: el sandinismo muy matón, muy agresivo, y convencía a la gente con el aparataje del Estado de que iba a ganar, pero la gente no quería que siguiera esa ruta.

Lo mismo le pasó a Vargas Llosa, en Perú.

-Exactamente.

Algunos votantes se manifiestan desencantados por la división que sufrió el PAC en el 2003. ¿Cuánto cree usted que ha influido en la intención de voto la escisión que sufrió su agrupación política?

-Yo creo que deberían estar encantados con el PAC, porque por fin hubo un partido en América Latina que respetara los compromisos de campaña a cualquier costo, que es lo que yo siempre he dicho en mi vida, que no vale la pena ganar una elección violando principios, como prometer bonos, puestos, recibir contribuciones de quién sea. No vale la pena tener una unidad, si a cambio Ud. le miente a la gente, modifica un código de ética que prometió en campaña. Es decir, yo no podría hablar de ética ante Uds., ¿con qué cara?  Aquí a veces llaman liderazgo a ofrecer cosas para que un resentido que no quedó en la papeleta de diputados no se vaya: «Mire, lo hago directivo del ICE», y entonces Ud. mantiene los partidos unidos con esa perversión. Eso no es liderazgo. Liderazgo es tener claras las ideas, los compromisos. Creo que el partido probó que eso es lo que la gente debería estar haciendo. Cuando decimos que vamos a subsidiar y proteger el agro, lo vamos a hacer, cuando decimos que si ese TLC no se modifica no va, es que no va. Como yo he sido en la vida. Yo dije: «No al PAE III», cuando fui candidato a diputado, igual que el resto de Liberación, y no hubo una fuerza en este planeta que me hiciera votar el PAE III. Cuando hablamos en esa campaña de eliminar torerías y abusos en la Asamblea Legislativa, no hubo nada que me moviera, y no voté por candidatos del partido que no se comprometieran a eliminar gastos superfluos. Es decir, que esa es la filosofía del PAC. Cumplir lo que se dice en campaña es lo mínimo en democracia, porque el ciudadano después ya no cuenta con nada: ya entregó su arma, entregó el voto, queda dependiendo de la ética de los que están allí. Y firmar un Código y después modificarlo en seis puntos, lo cual es, además, legislar en beneficio propio, porque lo propusieron los mismos que se iban a beneficiar de la flexibilización, yo, dentro de la ética, lo considero detestable. Pero el PAC no sucumbió, prefirió que se fueran. Y esa es la tónica. Ese es el PAC.

¿Cree usted que el panorama sería diferente con una coalición de partidos?

-Las coaliciones las hacen las gentes. Eso de cúpulas reuniéndose en secreto a transar cosas… Yo no quiero hablar, pero hubo gente que me planteó una coalición y me pidió tres diputados a cambio de darle la adhesión al PAC. Entonces, ¿la gente ha hecho la coalición, la gente escogió cuál es la alternativa al neoliberalismo aquí, o no? Yo fui el que la propuse. El 21 de noviembre del 2004, pedí una autorización para que hiciéramos coaliciones y convergencias y alianzas, pero no electoreras, eso es lo que siempre se ha hecho en sesiones cerradas en este país. Entonces, puse como condición una agenda. Y las personas que hicieron mucha alharaca por lo de la comisión, no me presentaron ni media página de agenda. Pedí unas dos paginitas, no generalidades. Y no se dio, y realmente me parece que hubiese sido absurdo que un partido que cree en programas y propuestas concretas, de repente, por asuntos electorales y sumas de votos, hiciésemos todo a un lado. Reitero: no hay ningún principio que justifique violarse para ganar una elección. Eso fue lo único que yo pedí. Yo creo mucho en la acción ciudadana de los pueblos. Los pueblos están haciendo la alianza por medio de sus decisiones.

Su insistencia porque se realice el debate entre usted y Oscar Arias, ¿obedece a la distancia electoral que muestran las encuestas y a una campaña publicitaria que ha sido muy criticada?

-Obedece a que creo mucho en los debates. Por eso he ido como a 15 o 20 con los otros doce candidatos, que todos quieren -porque estamos arriba-, sacarme de ese puesto, pero he ido porque confío en las ideas nuestras, en mi trayectoria, estoy dispuesto a someterlas donde sea. Y sí se ha profundizado en esos debates. El debate es una herramienta de la democracia, de información, la gente tiene que saber por quién votar, y gastar tres mil o cuatro mil millones de colones Ud. solo, diciendo cosas bonitas de Ud., por un año, eso no informa de nada. Es el contraste de ideas lo que le informa a la gente. Entonces, es fundamental. En todas las democracias más maduras del mundo, hay debates en serio. Este será el único caso en la democracia moderna en el que no hay un debate donde se pueda profundizar de esa manera. Esto no es una apuesta, es una demanda de la democracia. Óscar Arias, al final del debate en Canal 6, quería que habláramos, que yo tenía muy buenos candidatos a diputados y él también, que habláramos. Entonces yo le dije: «Hablemos en público, porque al fragor de conversaciones privadas, aquí se han robado a Costa Rica.» Él fue quien planteó que conversáramos, solo que él quiere hacerlo en secreto, tomando café en una de las dos casas. Yo quiero hacerlo ante la prensa y ante Costa Rica. Pero él no quiere, no hay debate, yo no puedo hacer nada. Él dice que eso es un pleito, yo no sabía que un debate era un pleito. Pleito es ir a «Café política», donde yo no estaba, a acusarme de las cosas que me acusó. Eso sí es hacer pleito y ser ofensivo, ¿verdad?

¿Ud. cree que rehúye el debate por temor?

-No me cabe ninguna duda. Tiene miedo de que le recuerden su trayectoria: cómo regaló Millicom, y ahora con un Fiscal como D´Allanese… Cómo en su primera campaña hubo dineros de muy dudoso origen, totalmente comprobado, y no sabemos cómo se financia esta campaña, entonces. Cómo ha dicho que es bueno que una economía se abra a las importaciones de otro país, aunque ese otro país no se abra a nuestras exportaciones, que es lo que es el TLC. Cómo en un momento habló de que las campañas debían ser cortas, cuando todavía no había logrado que la Sala IV hiciera lo que hizo, e hizo esta campaña larguísima. Cuando no sabía que iba a ser candidato, habló de reducir la deuda política, de la contribución del Estado, y ahora instruyó a sus diputados a no votar las propuestas del PAC para reducirla a menos de la mitad. Es decir, ¿cuál Óscar Arias es el que espera ser Presidente? Esas, y muchas otras preguntas, quisiéramos conversar con él. Y que él diga lo que tenga que decir de mí. No a solas, cuando yo no estoy, como lo hace poniendo a Kevin Casas a atacarme, él atacando cuando yo no estoy. Eso el país debe saberlo: mis debilidades, las de él; mis fortalezas, las de él. Ahora dice que un premio Nobel no debate…

¿No cree que evadir el debate también responde a una estrategia de no calentar la campaña porque las encuestas dicen que el mayor porcentaje de indecisos sí tiene claro que no votaría por Óscar Arias, y esto incrementaría la posibilidad de una segunda vuelta?

-No sé la motivación. Por razones electorales, vamos creciendo aceleradamente en las últimas encuestas y lo sabemos. Este es un asunto de transparencia y de democracia, y esa fue mi respuesta cuando él me invitó a hablar. Él fue quien me invitó a hablar, pero no en secreto. Supongo que fue en secreto que se hizo lo de Millicom. Yo no recuerdo que eso fuera en una reunión pública. Entonces, es públicamente que tenemos que hablar. Esto es una democracia de total transparencia. Yo nunca oí que Bush se rehusara a ir a un debate con Kerry o viceversa, nunca. Bachelet siempre fue encima de Piñera, y siempre aceptó los debates. No es un asunto de puntos más o puntos menos, es asunto de inseguridad sobre sus propias ideas, sobre su propia trayectoria, temor. Cuando uno teme algo, es porque debe algo, o porque sabe que va a ser vencido, ¿verdad?

Oscar Arias ha insistido mucho en que ustedes tienen ideas similares. ¿Cuáles serían esas ideas?

-Óscar es el candidato del bipartidismo corrupto y neoliberal, que ha empobrecido a este país y que ha hecho que se desaparezcan gran cantidad de fondos públicos, ¿qué tenemos en común? Yo le renuncié de su gobierno porque le escribía cartas para que eliminara gastos superfluos y ni siquiera las contestaba; porque empezó a eliminar los silos del CNP y a eliminar el crédito subsidiado y a aprobar programas de ajuste estructural que nos tienen empobrecidos. Estoy seguro de que hay cosas en común como por ejemplo, que los dos estamos a favor de mejorar la educación pública, pero con eso están de acuerdo también Fidel Castro, Hugo Chávez, el presidente Bush, Margaret Thatcher, el Papa, el asunto es cómo se mejora la educación pública.

¿Apoyaría el retiro inmediato del Tratado de Libre Comercio y volver a hacer una negociación bilateral?

-Totalmente. Al ganar nosotros las elecciones y asumir el poder, retiro inmediatamente el TLC y planteo los puntos que queremos renegociar, y eso, en realidad, es hacer otro TLC, que de todos modos siempre ha sido bilateral. No hay ninguna orden legal que diga que no se puede tener un tratado diferente del de Nicaragua. Han tratado de decir que cómo se me ocurre plantear una renegociación, si tendría que entrar Centroamérica. ¿Por qué?, allá tienen su TLC, ellos. Está tan probada esa tesis, que ese día en la conversación se lo dije a Arias: «Pero, Óscar, ¿cómo se le ocurre apoyar ese TLC? ¿No sabe lo que le hace al agro de este país?» Y él me dijo: «Mirá, es que renegociarlo es muy duro, habría que  renegociarlo con Centroamérica.» Y le dije: «Óscar, eso no es cierto, es tan no cierto que vea que está por entrar en vigencia en enero y Costa Rica no entra. ¿Vio que es bilateral esto?» Y me dijo: «¿Vos creés?» Es ignorancia. Ahora, como ya se negoció y se avanzó un borrador, no hay que empezar de cero. Hay once puntos que yo quisiera cambiarle, hay seis que son inclaudicables, y corregidos esos puntos, nos parece que el TLC puede seguir adelante: agro, ambiente, laboral, telecomunicaciones, seguros, protección de inversiones, son los inclaudicables. Pero yo quisiera negociar ayuda económica, una apertura parcial del mercado laboral, industria y propiedad intelectual, la lista negativa en servicios.

Tal y como está planteado el escenario político en torno al Tratado, es muy probable que la discusión termine en las calles. ¿Qué posición asumirá la fracción del PAC ante esta posibilidad?

-¿Usted está hablando en el ínterin, antes de que asumamos el poder?

En caso de que gane Óscar Arias.

-No, no va a ganar, y nosotros vamos a abrir el país y el TLC va a ser el factor de unión, porque aun los más fanáticos del TLC, con tal de que haya algún tratado, van a ayudarnos a cambiar estos puntos en Washington, con sus aliados. Y justamente la gente que se opone al TLC, se opone por esos puntos. Si nosotros planteamos que si se aprueba esa negociación, es la única forma de que lo reenviemos a la Asamblea, se va a unir. La mayoría del país sabe que hay que tener tratados comerciales con Europa, Japón, Estados Unidos, MERCOSUR, porque son instrumentos legales que permiten tener normas predecibles y exigibles; lo otro es tener un comercio sin regulaciones, según el potencial económico de los diferentes países, de caprichos, de si me cae bien, de si Ud. vota por mí en Naciones Unidas, entonces le hago esta concesión. Eso no nos sirve, sino tener comercio regulado. Y eso lo comprende la mayoría de los costarricenses. Y en Estados Unidos, con el mandato democrático de que se deben renegociar esos puntos, yo ya no iré a hablar a nombre del PAC, sino a nombre de Costa Rica, la democracia más prestigiosa de este continente, y allá hay un montón de aliados en la política, en las iglesias, en la academia, que creen que el TLC empobrece a Costa Rica y que no quieren más migrantes, y va a ser un momento muy lindo que viviremos en Costa Rica.

El proyecto de Ley General de Telecomunicaciones plantea que a partir del 2007 los operadores y proveedores podrán competir libremente para suministrar al cliente servicios inalámbricos móviles y toda la nueva tecnología. ¿Qué papel asumirá la fracción del PAC cuando llegue esta iniciativa aperturista a la Asamblea Legislativa?

-Estamos en contra de la apertura. Vamos a votar en contra y a tratar de persuadir a otros diputados de que voten en contra.

Usted se ha expresado en contra del gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez. Sin embargo, ese mandatario es quien lidera el bloque de naciones del sur que han dado un giro hacia la izquierda. ¿Usted se uniría políticamente a este grupo y fortalecería los lazos comerciales?

-No, yo no me he expresado contra el presidente Hugo Chávez. Él es presidente democráticamente elegido de una nación soberana. Pero yo no comparto su idea de andar buscando enemigos de Estados Unidos para hacerse aliado de ellos. Yo no veo el mundo así. Creo que tenemos que convivir y yo no excluyo a nadie ex ante: ni a China ni a Estados Unidos, quiero dialogar con todo el mundo, igual que aquí no excluyo ni a empresarios ni a sindicalistas, asumo que todo mundo ama a este país. Sí queremos una alianza, un tratado con el MERCOSUR, y he hablado con el embajador de Brasil y de Argentina de estas cosas. Pronto vendrá el canciller argentino y me voy a reunir con él y hablaremos de este tema. Además, yo no tengo nada contra Estados Unidos, sí contra algunos de sus gobiernos: las guerras, el neoliberalismo, querernos poner a los pies de las multinacionales, un TLC, por supuesto que estoy en contra de eso, la violación de derechos humanos en Guantánamo y en cárceles europeas. Yo no tengo ninguna animosidad con el país que se llama Estados Unidos ni con su gente. Entonces, no me uniría a esa brigada antinorteamericana.

  • Emanuel García Jiménez 
  • País
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